“Justo cuando nada debería detenerlo, aparece su peor enemigo: Donald Trump. El millonario narcisista y arrogante muerde su propia cola. Cae en la trampa. Cae en las encuestas. Lo persigue el síndrome de la abstinencia y no puede sobrevivir sin el aplauso. Incluso a costa de su propia credibilidad: ¡menuda paradoja!”.