La policía estatal de Texas anuncia el primer despido de un agente por la fallida respuesta al tiroteo en Uvalde
El Departamento de Seguridad Pública de Texas despidió este viernes a un agente que estaba en el lugar de murieron 19 niños y dos maestras.
El departamento entregó al sargento Juan Maldonado los papeles de terminación de su contrato, dijo la vocera Ericka Miller. No se ofrecieron detalles sobre qué papel jugó el sargento en la escena del tiroteo del 24 de mayo en la Escuela Primaria Robb ni la razón específica por la que fue despedido.
Este primer despido se produce cinco meses después del tiroteo masivo que ha puesto a la policía estatal de Texas bajo escrutinio público por sus acciones en el campus de la escuela cuando un hombre armado con un rifle AR-15 entró disparando y se atrincheró en un salón de clases.
Imágenes de cámaras corporales de los agentes y reportes de los medios han demostrado que el Departamento de Seguridad Pública tuvo un papel más importante en la escena de lo que se pensó después del tiroteo. Los policías estatales estuvieron entre la primera ola de agentes en llegar, pero no confrontaron de inmediato al atacante, lo que, según los expertos, va en contra del procedimiento policial estándar durante los tiroteos masivos.
En cambio, pasaron más de 70 minutos antes de que los policías finalmente irrumpieran en un salón de clases de cuarto grado y mataran al hombre armado, poniendo fin a uno de los ataques escolares más mortíferos en la historia de Estados Unidos.
Este primer despido de un policía estatal se da un día despues de que una grabación de audio publicada por la cadena CNN mostrara a otro agente de ese cuerpo ordenando a su equipo esperar y no entrar en el aula cuando se estaba produciendo el tiroteo.
En el audio, se escucha al capitán del Departamento de Seguridad Pública de Texas Joel Betancourt ordenar a sus subalternos que esperaran porque pensaba que un equipo más preparado estaba en camino, pese a que ya habían pasado más de 70 minutos desde la primera alerta por el tiroteo y el atacante seguía encerrado en un aula con alumnos y maestras.
Una respuesta policial fracasada
Casi 400 agentes en total se dirigieron finalmente a la escena, incluidos policías estatales, policías de Uvalde, agentes escolares y de la Patrulla Fronteriza.
Siete agentes del Departamento de Seguridad Pública fueron puestos bajo investigación interna este verano después de que un informe de los legisladores revelara que la policía estatal tenía más de 90 agentes en el lugar, más que cualquier otra agencia.
Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública, calificó la respuesta de las fuerzas del orden como un "fracaso abyecto", pero culpó principalmente al exjefe de policía de la escuela de Uvalde, Pete Arredondo, quien fue despedido en agosto y se puede ver en el video de una cámara corporal buscando en vano la llave de la puerta del salón de clases, que estuvo abierta todo el tiempo.
Pero el alcalde de Uvalde, los padres de las víctimas y algunos legisladores han acusado al Departamento de Seguridad Pública de Texas de tratar de minimizar sus propias fallas.
El senador estatal Roland Gutiérrez, un demócrata cuyo distrito incluye a Uvalde, reaccionó a la noticia del despido diciendo que la rendición de cuentas en el departamento no debería terminar ahí. “Faltan noventa más, más el director del DPS”, declaró.
Gutiérrez ha demandado al departamento en un esfuerzo por obtener documentos sobre la respuesta al tiroteo. Varios medios de comunicación también han pedido a los tribunales que obliguen a las autoridades y funcionarios de Uvalde a divulgar registros en virtud de las leyes de información pública.
El gobernador republicano Greg Abbott, que se presentará a la reelección en noviembre, apoyó a McCraw y dijo durante un debate en septiembre que era necesario que hubiera “responsabilidad de la aplicación de la ley en todos los niveles”.
Uno de los policías estatales investigados de forma interna fue Crimson Elizondo, quien renunció y luego fue contratada por las escuelas de Uvalde para trabajar como policía del campus. Fue despedida menos de 24 horas después de que padres indignados en Uvalde se enteraran de su contratación.
Después de varios despidos y de la suspensión de todos los guardias de seguridad en la escuela de Uvalde, el pasado 11 de octubre dimitió el superintendente Hal Harrell, quien llevaba 31 años en ese cargo.
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