Presos y denuncias de tortura: lo que dejan los supuestos complots contra Maduro en Venezuela
CARACAS, Venezuela.- El supuesto atentado sufrido por el presidente Nicolás Maduro el pasado sábado en pleno centro de Caracas y frente a una parada militar que se transmitía en cadena de radio y televisión es el último de una serie de eventos que han puesto en entredicho la fortaleza del chavismo y la lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) hacia su comandante en jefe.
Las denuncias de intentos de magnicidio y golpes de Estado han sido una constante en los casi 20 años de chavismo. Pero la ausencia de investigaciones independientes, la manipulación del discurso por parte de las autoridades y la persecución desatada contra el liderazgo opositor instalan la incredulidad en la opinión pública venezolana, que duda de las versiones oficiales o directamente las rechaza por considerarlas falsas.
Sin embargo, eso no significa que todo sea un montaje. Los siguientes datos parecen demostrar que funcionarios de la FANB y de cuerpos de seguridad del Estado sí han participado en actos conspirativos para defenestrar a Maduro, cuya deriva autoritaria ha sido censurada por Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y la mayoría de los gobiernos de América Latina:
152 militares detenidos por "razones políticas"
La ONG Justicia Venezolana develó que hasta el 20 de junio permanecían encarcelados 152 militares por "razones políticas". De ese total, 60 habían sido capturados en el primer semestre de 2018. Ante la Comisión de Defensa del Parlamento de mayoría opositora, relataron que varios de los uniformados detenidos presentaban signos de tortura. “Uno de los tenientes coroneles llegó a la audiencia con costillas rotas, otros con laceraciones en las muñecas por lo apretado que les ponen las esposas”, describió la abogada Lilia Camejo, directora de la ONG.
La plenaria del Poder Legislativo exigió el 26 de junio la liberación de estos oficiales a los que calificó como “presos políticos”. Los diputados opositores destacaron en sus intervenciones que los militares están tras las rejas por cumplir y defender la Constitución que, a su juicio, viola permanentemente el gobierno chavista. “La política los hizo presos y la política debe devolverles la libertad”, enfatizó Edgar Zambrano, jefe de la Comisión de Defensa.
Mientras avanzaba el debate parlamentario, se supo que los tribunales condenaron por “isión de los hechos” a cinco militares y tres civiles vinculados con el llamado “golpe azul”, una supuesta conspiración contra Maduro en 2015 habría pretendido atentar contra Maduro. Las penas a los involucrados oscilan entre los tres y seis años de prisión.
Al analizar los ascensos en la FANB que se realizaron a principios de julio y que incluyeron como inédito requisito la firma de un “juramento de reafirmación de lealtad y compromiso con el Presidente”, el periodista de la fuente militar Javier Ignacio Mayorca aseveró: “ Hasta ahora han logrado desmantelar las dos conspiraciones detectadas en apenas tres meses, y tal parece que por el momento estos grupos han sido neutralizados. Pero eso no quiere decir que la crisis militar haya sido superada”.
Amenaza especial
El mayor general retirado del Ejército, Miguel Rodríguez Torres, antiguo jefe de inteligencia del difunto comandante Hugo Chávez y exministro de Relaciones Interiores del propio Maduro, fue arrestado el 13 marzo por su presunta vinculación con un complot que pretendía –en palabras del gobierno- “atentar contra la unidad monolítica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.
A Rodríguez Torres se le relacionó con el denominado “Movimiento de Transición de la Dignidad del Pueblo”, por el que también apresaron a unos 16 efectivos del Ejército venezolano. “Se caracterizaron por estar casados con la revolución, tenían comando como sucede con los más leales en la FANB”, afirma la periodista experta en temas militares Sebastiana Barráez, quien identifica a este grupo como “profundamente chavista”.
Barráez indicó que horas antes de que se celebraran las elecciones presidenciales del 20 de mayo, desconocidas por la plataforma opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y por las potencias occidentales, el gobierno supuestamente desmontó la denominada “Operación Armagedón” organizada por un “equipo élite” conformado por oficiales de la Armada y la Aviación que se cuentan “entre los mejores comandos de la FANB”.
“La Inteligencia militar venezolana los habría detectado en la preparación de una acción para enfrentar o desconocer a Nicolás Maduro como Presidente de la República y comandante en Jefe de las Fuerza Armada", apuntó la reportera, quien contabilizó la captura de, al menos, 33 uniformados." Quizás esta operación de comandos ha sido la más elaborada conspiración que ha puesto en alerta a la FANB y al gobierno”, añadió.
En la lista de apresados por la “Operación Armagedón” resalta el médico traumatólogo colombovenezolano José Alberto Marulanda Bedoya, recluido en la cárcel militar de Ramo Verde acusado de instigación al odio y traición a la patria. Medios locales reseñan que en realidad lo arrestaron para presionar a su novia, la capitana de Navío retirada Emmy Mirella Da Costa Vanegas, quien sí habría promovido un levantamiento militar.
En el presunto complot intervino, según su propio testimonio, el coronel retirado de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Oswaldo Valentín García Palomo, quien desde la clandestinidad itió que habían “fallado”, pero aclaró: “Nuestra estructura de lucha ha quedado casi intacta (…) Pronto se presentarán nuevas comisiones para darle la estocada final a este narcorégimen moribundo”.
Un asalto de película
Antes de que este sábado 4 de agosto supuestamente un par de drones cargados con explosivos surcaran el cielo caraqueño para atacar a Maduro, un helicóptero sobrevoló el centro de la capital, disparó contra las sedes del ministerio de Interior y del Tribunal Supremo de Justicia, y desplegó una pancarta en apoyo a la desobediencia civil.
El protagonista de aquella acción cinematográfica ocurrida el 27 de junio de 2017 fue Oscar Pérez, inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CIC). Mucha gente dudó de la veracidad de este hecho, creyendo que se trataba de un “show” o “trapo rojo” del gobierno para desviar la atención de la crisis.
La confirmación llegaría con sangre y fuego el 15 de enero pasado, cuando funcionarios militares y policiales masacraron a Pérez y a sus seis compañeros rebeldes que se escondían en una casa de El Junquito, en el noroeste de Caracas. La periodista Barráez publicó que unos 26 oficiales de la FANB se encuentran tras las rejas por este caso.
Tras la incursión del exagente del CIC, el domingo 6 de agosto de 2017 se registró un asalto al Fuerte Paramacay, en la ciudad de Valencia, a 174 kilómetros de Caracas. El ataque dejó un saldo de dos muertos y diez detenidos. Los sediciosos sustrajeron un centenar de armas de la instalación militar.
“Nos declaramos en legítima rebeldía, unidos hoy más que nunca con el bravo pueblo de Venezuela para desconocer la tiranía asesina de Nicolás Maduro. Aclaramos que esto no es un golpe de Estado, esta es una acción cívica y militar para restablecer el orden constitucional y más aún, para salvar al país de la destrucción total”, declaró en un video difundido posteriormente el líder de la “Operación David”, capitán retirado de la GNB, Juan Carlos Caguaripano.
Cuenta pendiente
Caguaripano fue capturado a los pocos días en una alcabala policial ubicada en el este de Caracas, precisamente en un municipio gobernado por un alcalde opositor. La defensa del oficial señaló a principios de año que ha padecido “fuertes torturas” a manos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
El ministro de Interior, Néstor Reverol, anunció que entre los seis capturados por el presunto atentado contra Maduro figura un ciudadano que “tenía orden de aprehensión por su participación en la toma del Fuerte Paramacay”.
La directora de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, Rocío San Miguel, cree que “ Maduro se siente inestable y su principal amenaza no proviene de la oposición ni del ‘imperio’, sino del seno de la FANB”. Subraya que “nunca, en 20 años de revolución, tantos oficiales de comando han estado detenidos por rebelión o delitos contra la patria” como en la actualidad.
No obstante, la abogada no cree que oficiales descontentos hayan ejecutado el supuesto ataque contra su comandante en jefe. “El malestar en la FANB continuará expresándose en Venezuela, pero nunca con intentos de magnicidio. De darse un golpe militar será liderado por esa parte del chavismo dentro de la FANB que ve en Maduro una amenaza a la continuidad de la revolución”, opina San Miguel.