Peter Svarzbein: ayudando a definir una identidad fronteriza a través del arte y la política

Peter Svarzbein se sorprendió cuando logró ser elegido como parte del Concejo Municipal en El Paso, la ciudad fronteriza en donde nació. “No tengo la formación del político típico”, dice Svarzbein, de 36 años. “Tengo una licenciatura en literatura, una licenciatura en fotografía con una maestría. Pero creciendo en El Paso, en la frontera, como un mexicano-judío-estadounidense de primera generación, en mi corazón estaba pensando en qué realmente significa crecer en esta región”.
Esa curiosidad, junto con su sensibilidad de artista, eventualmente llevó a Svarzbein a un proyecto único. Su tesis para su maestría, la cual estaba desarrollando en Nueva York, la dedicó al tranvía que alguna vez existió entre El Paso y Juárez, por el simbolismo que representa una ligamenta así entre las ciudades gemelas. Entonces empezó una campaña publicitaria usando fotos históricas del tranvía que existía en El Paso hasta 1974, colgándolas por el centro de la ciudad. También creó un personaje, ‘Alex, el Héroe del Tranvía’, para atraer atención al proyecto e incluir en los posters que creó para su tesis.
Pero muy rápido el proyecto se convirtió de un trabajo escolar y artístico a un plan político. Svarzbein descubrió que un miembro del concejo municipal en esa época, Steve Ortega, estaba proponiendo un plan para reactivar el tranvía, esta vez conectando la universidad al centro de la ciudad. Al mismo tiempo, Svarzbein estaba graduándose de su programa, y contemplando lo que quería hacer después. “Sentí esta energía especial llamándome a regresar a El Paso”, dice. “Quería saber qué tan lejos podría llegar este proyecto”.
Resulta que muy lejos. Svarzbein llegó a El Paso y siguió con su idea. Sabía que iba a ser muy difícil recrear un tranvía binacional por el momento, pero quería cumplir con el plan de crear un sistema conectando la universidad y el centro comercial, usando los carriles del sistema que existía en 1950 y 1970. Sentía que era simbólico usar esos carriles: implicaba anunciar los intenciones de El Paso en ser una ciudad binacional e internacional y honrar la historia de conexión que tiene el lugar con Juárez. El gobierno municipal no estaba muy convencido, pero Svarzbein no se dio por vencido; hizo un mosaico del tranvía que usó fotos de personas en las dos lados del límite y lo llamó ‘Rostros de la Frontera”. Ese proyecto generó mucha atención. También recolectó firmas para una petición para que la ciudad supiera la opinión del público sobre crear el tranvía y preservar los carriles. Obtuvo 20,000 firmas en dos meses.
El Concejo Municipal eventualmente aprobó los fondos para la línea en julio de 2014. En 2015, Svarzbein fue elegido al Concejo como representante del distrito 1 de El Paso, en gran parte por su trabajo en este proyecto. Ahora, la línea está en construcción y va a abrirse en 2018.
“En El Paso, la violencia [de Juárez] no cruzó, pero el dolor sí. El paso fronterizo nos ha definido como ciudad”, dice Svarzbein. “Tenemos lenguaje, cosas, arte que se cruza. Yo pienso que hacer este proyecto puede ayudarnos a reimaginar abrir esas vías otra vez”.