Estos son los lugares que todavía no se recuperan de la recesión

HEMET, California — Muchas ciudades en todo Estados Unidos están mejor hoy que antes de la recesión. Ésta no es una de ellas. Una década después del comienzo de la Gran Recesión, se encuentra en una lucha contra el altos niveles de crimen y pobreza. "Todavía nos estamos recuperando. Realmente la crisis nos golpeó muy duro en todos los niveles", me dijo Linda Krupa, la alcaldesa de Hemet. Una quinta parte de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, en comparación con un 13% en 2005.
Hemet no es la única en problemas. Un informe publicado este año por Economic Innovation Group (EIG), un grupo de investigación iniciado por empresarios de Silicon Valley, encontró que uno de cada seis estadounidenses vive en lo que el grupo llama 'comunidades económicamente desfavorecidas' que están "cada vez más alejadas de los beneficios de la economía moderna". Estas comunidades tienen altos porcentajes de pobreza, muchas viviendas vacantes, una gran proporción de adultos sin diploma de escuela secundaria, alto desempleo y un ingreso promedio más bajo que el resto del estado en el que se encuentran. También perdieron empleos y negocios entre 2011 y 2015.
Muchas de estas comunidades desfavorecidas se encuentran en los estados del Cinturón del Óxido como Ohio, Nueva York y Michigan. Incluyen a Youngstown, Buffalo y Flint. En los meses posteriores a las elecciones de 2016, se habló mucho sobre cómo las personas que viven en estas áreas se sentían abandonados por la economía cambiante y la prosperidad en el resto del país.
Posición | Ciudad | Número de habitantes | Índice de desfavorecimiento | Porcentaje de la población que vive en códigos postales desfavorecidos |
---|---|---|---|---|
1 | Cleveland, OH | 390,580 | 100 | 90% |
2 | Newark, NJ | 279,790 | 98.8 | 81% |
3 | Buffalo, NY | 259,520 | 98.3 | 70% |
4 | Detroit, MI | 690,070 | 97.7 | 98% |
5 | Toledo, OH | 282,280 | 96.7 | 52% |
6 | Memphis, TN | 657,170 | 96 | 66% |
7 | Milwaukee, WI | 599,500 | 94.8 | 46% |
8 | Stockton, CA | 299,720 | 96.6 | 69% |
9 | Filadelfia, PA | 1,555,070 | 93.9 | 49% |
10 | Tucson, AZ | 528,370 | 92.6 | 58% |
Pero hay otro tipo de comunidad rezagada que recibió mucha menos atención. Estas ciudades están ubicadas en los suburbios del oeste estadounidense, en regiones afectadas por la crisis de la vivienda: el sur de California, Las Vegas y Arizona. Hemet, un suburbio de Riverside, California, con una población de 84,000 habitantes, ocupa el octavo lugar en la lista de ciudades pequeñas y medianas más desfavorecidas de EIG. En Hemet, según el informe del grupo , el empleo cayó un 15.5% entre 2011 y 2015, mientras que creció un 9.4% en todo el país. El número de negocios en Hemet cayó un 4.8% durante ese período de tiempo. El precio promedio de la vivienda, de 237,000 dólares, sigue siendo un 30% más bajo que en 2006.
¿Por qué Hemet no puede retomar un paso firme? Por un lado, la región donde se encuentra Hemet fue diezmada por la crisis de la vivienda, con uno de los más altos índices de desempleo y de ejecución hipotecaria en el país; muchas familias todavía se están recuperando.
Pero los problemas de Hemet también son el resultado de cambios estructurales en la economía, cambios que han estado en marcha durante décadas pero que fueron enmascarados por los días embriagadores del auge de la vivienda. Los empleos de clase media han ido desapareciendo, mientras que los empleos con salarios altos y bajos han crecido, pero en diferentes ubicaciones geográficas. Los empleos con salarios altos a menudo se ubican en las grandes ciudades, mientras que los empleos con salarios bajos se encuentran en lugares relativamente baratos como los suburbios y las ciudades pequeñas. Esta dinámica también cambia los mercados de vivienda de estas ciudades, pues las grandes ciudades se ponen cada vez más caras a medida que más trabajadores con salarios altos emigran a ellas, y los trabajadores con bajos salarios abandonan las ciudades en busca de viviendas más asequibles en los suburbios lejanos que puedan permitirse. Ahora que se ha despejado el polvo de la recesión, es evidente que la geografía de la pobreza ha cambiado en Estados Unidos. Hemet es emblemático de lo rápidamente —y de lo dramáticamente— que sucedió.
Visité por primera vez Hemet en 2010, cuando, como reportera de Los Angeles Times , me encontré con un desarrollo de lujo único que los agentes de bienes raíces llamaban, en ese momento, un "gueto cerrado". Decenas de familias en la comunidad, llamada Willowalk, habían perdido sus hogares debido a una ejecución hipotecaria y los inversionistas se habían abalanzado, habían comprado las propiedades y las habían alquilado, a menudo sin consultar referencias ni mantener las propiedades. Los propietarios se sorprendieron cuando los inquilinos con vales de la Sección 8 se mudaron a la casa vecina.
Cuando volví a Hemet en noviembre, asumí que el desarrollo se habría recuperado en los siete años transcurridos desde entonces. Las casas son enormes y Willowalk cuenta con una piscina comunitaria, un lago y senderos para caminar, todas las características que, en el floreciente mercado de bienes raíces de California, harían que el desarrollo pareciera una ganga. Pero no ha cambiado mucho en los siete años desde la primera vez que lo visité. Si acaso, la situación ha empeorado para las personas que se quedaron.
"El índice de criminalidad sigue aumentando", me dijo recientemente Toni Willden, quien compró su casa en 2005, sobre Willowalk. Las puertas que mantienen fuera a los no residentes se rompen una o dos veces por semana, dijo. De todos modos, casi todos en la ciudad conocen el código de las puertas—yo lo obtuve preguntándole al empleado del hotel donde me estaba quedando. Otra mujer, Amy Aschenberg, cuya familia en 2014 compró una casa de cinco habitaciones con vista a un estanque, me dijo que ella y su esposo se dieron cuenta de que habían cometido un error poco después de comprar su casa. La comunidad cerrada estaba llena de inquilinos que no mantenían sus hogares y que organizaban fiestas hasta altas horas de la noche, especialmente en el verano. Los robos en viviendas—a plena luz del día—ocurrían con alarmante regularidad. "Nunca me habría mudado aquí si hubiera sabido lo que era este lugar", me dijo recientemente Aschenberg, de 36 años.
Esta comunidad cerrada es un ejemplo de cómo algunos vecindarios que alguna vez fueron de clase media se están empobreciendo. "La falta de construcción en las ciudades costeras ha obligado a las personas que tienen una educación marginal y bajos ingresos a mudarse tierra adentro", dijo John Husing, economista principal de Inland Empire Economic Partnership. Las rentas promedio en Hemet aumentaron solo un 5% entre 2009 y 2016; en Los Ángeles, aumentaron un 20%, según datos del censo.
Krupa, la alcaldesa, ha dicho que la recesión provocó que Hemet pasara de una comunidad de jubilados a una comunidad de bajos ingresos debido a la afluencia de residentes nuevos y pobres. En los suburbios del área metropolitana de Riverside-San Bernardino, incluyendo Hemet, la cantidad de personas que vivían debajo de la línea de pobreza creció en un 63%, a 596,310 personas, entre 2007 y 2016, según Elizabeth Kneebone, directora de investigación del Centro Terner para la Innovación de la Vivienda de la Universidad de California en Berkeley. En los suburbios de Las Vegas, el cambio fue aún más dramático: Allí, la población pobre creció un 126% entre 2006 y 2016, según Kneebone. "Es la nueva normalidad que los suburbios sufran de pobreza", dijo.
Los problemas de Hemet son, en cierto modo, particulares de las áreas que más sufrieron durante la crisis inmobiliaria. Los suburbios alejados de Los Ángeles, Las Vegas y Phoenix, donde la gente compró casas donde pudieron permitírselas durante el auge de la vivienda, estaban asolados por un gran número de ejecuciones hipotecarias durante la crisis. Después de que las casas fueron ejecutadas, los inversionistas las compraron y alquilaron, creando alquileres nuevos y de bajo costo. Antes de la recesión, un 63% de las casas en Hemet estaban ocupadas por sus propietarios, hoy solo un 54% están ocupadas por sus mismos propietarios, según los datos del censo.
Los inquilinos no son necesariamente malos para un vecindario, pero la transición de vecindario de propietarios a vecindario de inquilinos puede ser perjudicial. Cuando se pierde un hogar por ejecución hipotecaria y luego cambia de manos varias veces, puede trastocar los lazos comunitarios en un vecindario, según Husing. Cuando los propietarios viven en sus propios hogares, invierten en la comunidad y su propia fortuna está ligada a quienes los rodean. Cuando viven lejos y los alquilan, a menudo no pueden dedicar tanto tiempo al mantenimiento y cuidado. "Las viviendas unifamiliares de alquiler suelen alterar verdaderamente la estructura social de las comunidades", dijo Husing. "Muchas veces nunca se recuperan".
Las investigaciones de Deirdre Pfeiffer, profesora de la Universidad Estatal de Arizona, revelaron que después de que los inversionistas compraban casas unifamiliares y las alquilaban en el suburbio de Chandler de Phoenix, Arizona, los vecindarios tenían más llamadas de servicio a la policía sobre crímenes violentos. Husing hizo un estudio similar en San Bernardino, el siguiente condado desde Riverside, y encontró que en una ciudad, Ontario, había un 47% más de probabilidades de que se requirieran los servicios de la policía en las viviendas unifamiliares rentadas que en las viviendas ocupadas por sus propietarios, un 25% más de probabilidades de que se requirieran los servicios del departamento de bomberos en las viviendas rentadas unifamiliares, y 36% más de probabilidades de que la ciudad tuviera que tomar medidas de aplicación del código en viviendas unifamiliares rentadas que en viviendas ocupadas por sus propietarios.
El problema no es la afluencia de inquilinos, necesariamente, sino los propietarios ausentes que no mantienen las viviendas. Hablé con una mujer llamada Domenica Azzolini, quien se mudó a una casa grande en Willowalk después de perder su casa por una ejecución hipotecaria. Se mudó sin ver el alquiler porque estaba desesperada por encontrar un lugar, pero descubrió que los pisos eran de hormigón sin terminar, y que crecía un moho negro en el baño. Su propietario también se rehusó a arreglarlo, así que Azzolini pagó las reparaciones con su dinero. El deterioro en el mantenimiento de algunos vecindarios como Willowalk ha provocado un éxodo de aquellos que pueden irse. Los López, la familia de propietarios de vivienda por primera vez en Willowalk que yo había perfilado en 2010, se fue de su casa y se mudó a otra ciudad. "Se puso tan mal que tuvimos que mudarnos", me dijo María López.
Los vecindarios de bajos ingresos suelen tener una tasa de criminalidad más alta que los vecindarios de ingresos más altos, y una afluencia de inquilinos de bajos ingresos ha coincidido con un aumento del delito en Hemet. Según datos de criminalidad del FBI, en 2016 en Hemet hubo más robos de vehículos (623), robos (170) y asaltos agravados (398) que en cualquier otro año del siglo XXI. "He visto a la comunidad ir verdaderamente cuesta abajo desde la recesión", me dijo Jim Ollerton, un residente de toda la vida de Hemet y miembro de la Comisión de Planificación de Hemet. "La comunidad todavía sufre con mucha actividad criminal relacionada con la calidad de vida". Recientemente votó en contra de un nuevo condominio planificado en Hemet porque cree que la ciudad tiene demasiados alquileres.
Por supuesto, los retos en lugares como Hemet no son solo causados por un repunte en el número de recién llegados de bajos ingresos. Las personas que han vivido en estas áreas durante años también tienen dificultades. No es que no haya empleos: En los últimos cinco años, el Inland Empire, como se llama el área que abarca los condados de Riverside y San Bernardino, tuvo la segunda mayor tasa de crecimiento laboral en California, después de San Francisco. Pero estos trabajos no son del tipo que les da a las familias una cómoda vida de clase media; más bien, son poco remunerados e inestables. La industria de más rápido crecimiento en el Inland Empire entre 2011 y 2016 fue el depósito y almacenamiento, la cual duplicó con creces el empleo. Otros sectores que tuvieron un gran crecimiento fueron el servicio de alimentos y la atención médica. La paga no es excelente en ninguno de estos sectores: en el Inland Empire, los aproximadamente 40,000 trabajadores de preparación de alimentos ganan un promedio de 24,000 dólares al año; los 55,000 movedores de materiales ganan 29,000 dólares, y las 30,000 personas que trabajan en asistencia médica ganan 34,000 dólares. "Es la naturaleza de esta economía que no les da ingresos reales crecientes a las personas en ese tipo de empleos", dijo Husing.
No es una casualidad que estos empleos se hayan concentrado en lugares como Inland Empire. Los empleos bien remunerados para personas con educación universitaria se encuentran cada vez más en las ciudades. Mientras tanto, los empleos en el comercio minorista, la manufactura y el almacenamiento se han suburbanizado a medida que las empresas se mudan a lugares con terrenos y mano de obra más baratos. "Los tipos de empleos que están más suburbanizados suelen ser menos remunerados", dijo Kneebone. Y el Inland Empire es esencialmente un gran suburbio. El área de Riverside-San Bernardino tiene el peor salario promedio anual del sector privado de las principales 50 áreas metropolitanas estadísticas en el país, con 40,000 dólares en 2015.
Los salarios inflados en las industrias de la construcción y las finanzas durante el auge de la vivienda les dieron a los suburbios como los del Inland Empire unos pocos años buenos en los que las personas podían vivir una vida de clase media. Ahora ese estilo de vida está fuera del alcance de muchos, un hecho que Tricia y Rich Powe conocen muy bien. Antes de la recesión, les iba bien: él trabajaba en la manufactura, ella era consejera hipotecaria.
Pero ambos perdieron sus empleos durante la recesión, y luego perdieron la casa que habían comprado en Corona, un suburbio de Riverside, en 2008. Después de un largo período de desempleo, Rich encontró un nuevo empleo en la industria manufacturera hace tres años, pero comenzó como trabajador temporal, y aunque recientemente lo contrataron como empleado a tiempo completo, gana 6.25 dólares por hora menos que antes de la recesión. No han podido acumular ningún ahorro y aún están cancelando préstamos; Rich para la educación universitaria de su hija, Tricia para la escuela. "Estamos viviendo de cheque a cheque", me dijo Tricia. "Si perdemos nuestros empleos, estamos en problemas".
Al final, Hemet no tiene otras opciones. La propia ciudad no puede convencer a las empresas de que paguen mejores salarios, y no tiene control sobre los alquileres en las grandes ciudades que están empujando a la gente a los suburbios. Ha intentado forzar a los propietarios ausentes a mantener sus hogares, pero tiene recursos limitados para hacerlo, y lucha por suavizar su transición de una comunidad de propietarios a una de inquilinos. Al igual que muchos otros suburbios y pequeñas ciudades en todo el país, la situación económica se ha puesto en contra de sus residentes, dejándolos aparentemente sin un camino de regreso a la vitalidad. Como están descubriendo Hemet y muchos otros suburbios, la creciente pobreza puede llevar a problemas aún mayores: menos ingresos tributarios, menos negocios que pueden quedarse, peores servicios como escuelas y policía. Esto, por supuesto, los hace aún menos atractivos para las personas que tienen otras opciones de donde vivir. Con el tiempo, la situación empeora. A medida que prosperan las ciudades cercanas, y la recesión aparece como un simple bache en el camino en el espejo retrovisor, las áreas afectadas todavía están allí, incapaces de avanzar.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en The Atlantic.