Cumplieron su sentencia y ahora pueden cambiar el resultado electoral: los nuevos votantes indultados de Virginia
RICHMOND, Virginia- En la estación de autobuses del GRTC Transfer Plaza en el centro de Richmond, Virginia siempre hay movimiento. Las personas no solo llegan para esperar su transporte, se quedan a conversar. Muchos de los que se reúnen a los alrededores son pobres, o tienen discapacidades físicas o mentales, o son adictos a las drogas, otros viven en las calles.
Muchos reconocen a Tammie Hagen y cuando la ven la saludan entusiasmados.
" !Hey Girl!" (!Hola, muchacha!), le grita un chico de unos 27 años. Tammie inmediatamente le sonríe y corre a abrazarlo.
"A él le estoy ayudando a que le devuelvan sus derechos... crucemos lo dedos para que alcance estas elecciones", cuenta la mujer de 52 años.
Como organizadora de registro, todos los días Tammie recorre lugares similares al GRTC Transfer Plaza: centros de rehabilitación, comunidades geriátricas, las iglesias al interior de la ciudad, centros de reinserción social y clínicas de metadona. Su objetivo es ayudar a registrarse y recuperar su derecho al voto a quienes, como ella, lo perdieron por haber cometido un delito mayor alguna vez en su vida.
Estas personas "piensan que su voz no cuenta, yo quiero mostrarles que siguen siendo importantes para la sociedad", dice.
Devolverle o no el derecho al voto a las personas que cometieron un delito mayor se ha convertido en la disputa más contenciosa de este año electoral en Virginia, uno de los cuatro estados del país en donde estos individuos pierden los derechos civiles de por vida, sin importar si cumplieron enteramente su condena.
En un movimiento fuertemente criticado por muchos republicanos, el gobernador del estado, Terry McAuliffe, firmó una orden ejecutiva en abril que devolvería los derechos a más de 200.000 exconvictos condenados por delitos no violentos.
La Corte Suprema de Virginia falló tres veces contra McAuliffe, bajo el argumento de que si bien tiene la autoridad constitucional para restaurar el derecho al voto, no lo podía hacer con una orden general que se aplicara a todos los exconvictos, tenía que ser caso por caso. El tribunal también ordenó que las 13.000 personas que habían alcanzado a registrarse para votar bajo la orden de McAuliffe , fueran retirados de las listas de votación.
"Fue como una cachetada en la cara", cuenta Tammie, quien había sido favorecida por la iniciativa y nunca ha votado en su vida. Desde sus 20 años fue privada de sus derechos civiles tras enfrentar varios cargos por posesión de drogas.
En respuesta, el gobernador se comprometió a firmar individualmente las órdenes de restablecimiento de derechos, comenzando por los que ya se habían registrado para votar, y criticó fuertemente la decisión de la corte por "presentar a Virginia como un estado desinteresado en la lucha por los derechos civiles y humanos".
" Seguiré firmando órdenes hasta que haya terminado la restauración de los 200,000 virginianos", dijo en julio a través de un comunicado.
El 17 de octubre fue el último día para registrarse en el estado, hasta ese momento McAuliffe alcanzó a restaurar el derecho al voto a más de 70,000 personas.
Un juego "inmoral"
Cuando Muhammad Abdul-Rahman escuchó sobre la orden ejecutiva de McAuliffe en abril, corrió de inmediato a registrarse para votar. El hombre de 52 años, que estuvo dos décadas enteras en prisión bajo cargos de robo a mano armada, decidió desde ese momento ayudar a "cuantas personas fuera posible" para registrarse.
Primero lo hizo por cuenta propia. Recorría los parques del centro de la ciudad y lugares donde sabía que encontraría "gente como él", que tenían que seguir "luchando" por abrirse paso en una "sociedad que les niega oportunidades por ser exconvictos".
"En las estaciones de buses encuentras muchos, porque generalmente son personas muy pobres que no tienen con que comprar un auto y necesitan una forma para transportarse a sus trabajos", dice.
Luego fue contratado por la organización progresista sin ánimo de lucro, New Virginia Majority, en donde se convirtió en uno de los mejores en su campo al haber logrado registrar individualmente a más de 1,300 personas desde mayo, y con más de 600 peticiones de exconvictos para restaurar sus derechos.
Sin embargo, cuenta Muhammad, tras la decisión de la Corte Suprema tuvo que empezar todo de nuevo y "explicarle a alguien que su voto cuenta después de que le han quitado sus derechos una y otra vez no es fácil".
" Para muchos fue devastador que después de haber encontrado la oportunidad de participar (en las elecciones) les digan que siguen siendo menos que cualquier otro ciudadano, es simplemente inmoral", dice. "Todo se trata de un juego político para bloquear a una población entera... y ¿quienes quedan en el medio? Yo les preguntaría (a los que se oponen) es esto realmente justicia?"
Varios conservadores de Virginia, se refirieron la orden de McAuliffe, quien es cercano a Hillary Clinton, como un “claro esfuerzo para ganar votos”, un caso de “oportunismo político”, cuyo único objetivo es “lograr que Hillary Clinton gane la presidencia de Estados Unidos”, según lo catalogaron el presidente del Partido Republicano de Virginia, John Whitbeck y el presidente de la Cámara de Delegados de Virginia, William J. Howell en abril.
McAuliffe ha asegurado en múltiples ocasiones que su propósito es conseguir que las personas se sientan "incluidas en la sociedad", y que el voto sea parte de su proceso de reintegración.
Lo que está detrás de cada voto
Durante casi medio siglo, Virginia apoyó a republicanos en todas las elecciones presidenciales, pero miles de nuevos residentes, muchos de ellos inmigrantes hispanos y asiáticos, se han desplazado a los suburbios extendidos fuera de Washington DC, cambiando la demografía y abriendo más oportunidades para los demócratas.
Al principio de la carrera presidencial, Donald Trump esperaba ganar en el estado sureño, sin embargo la ventaja allí de Hillary Clinton, que ahora llega a 5 puntos porcentuales, y el posible empuje de su compañero de fórmula Tim Kaine, que fue gobernador del estado, hicieron que el magnate dirigiera su campaña en otros terrenos más amigables.
No obstante, algunas carreras por otros escaños en la Casa de representantes están muy estrechas, y hay mucho en juego cuando se trata de mantener el control en el Congreso.
En Virginia, más de 500,000 personas están privadas de votar por haber cometido un delito mayor, es decir, el 7.8% de la población total del estado, que todavía se considera crucial para los comicios del 8 de noviembre.
"Si las personas que logaron restaurar sus derechos votan, es muy posible que lleguen a tener un impacto en los resultados finales", dijo a Univision Noticias Christopher Uggen, profesor de la Universidad de Minessota y co-autor del libro: Locked Out: Felon Disenfranchisement and American Democracy.
" La privación del derecho al voto realmente remodela el electorado en formas críticas, cuando hay elecciones muy apretadas en las que ganan los republicanos, estas políticas son decisivas", asegura Uggen quien desde 1990 estudia el comportamiento electoral de las personas privadas del voto por tener un récord criminal.
" Generalmente, afecta más a los demócratas, si se considera que gran parte de esta población son afroamericanos y personas de bajos ingresos, grupos demográficos que suelen favorecer a ese partido", agrega.
En Virginia en 19% de la población es negra y uno de cada cinco afroestatounidenses están privados de sus derechos civiles por haber cometido un delito mayor, de acuerdo al estimado de The Sentencing Project.
A correr por la democracia
La fecha límite de registro para votar fue el 17 de octubre. Por esos días, Tammie madrugaba más que de costumbre.
En su bicicleta roja-- porque el carro se averió "hace mucho tiempo"--, recorre las calles de Richmond equipada con los panfletos que detallan las instrucciones de la boleta electoral y varios clipboards con documentos de registro.
"Hola, ya te registraste para votar?", pregunta a cualquier transeúnte que pasa por su lado. Varios le responden que si.
"Bueno, no olvides que las urnas abren desde las 6 am, no olvides llevar tu ID", les grita con tono amigable mientras se alejan.
Muhammad no pierde tiempo en hablar con esta reportera cuando está en el campo de acción. Espera al lado de los autobuses que empiezan a llenarse de pasajeros y saluda con una sonrisa. Antes de que se suban al vehículo ya les ha preguntado a casi todos si están registrados.
"Hay que correr por la democracia, todo esto se trata de eso", afirma.
Tras el vaivén político desatado por la orden de McAuliffe, la organización New Virginia Majority, para la que trabajan Tammie y Muhammad, redobló esfuerzos con una iniciativa de recolección de firmas que piden la restitución automática de los derechos civiles a exconvictos.
" La idea es explicarle a las personas que aunque esté en la constitución, son leyes absurdas que nacieron con propósitos opresivos", dice a Univision Noticias portavoz de la organización Jasmine Leeward .
" Muchos de estos individuos están resignados a que tiene que ser así. A que aunque pagan sus impuesto y cumplen con lo que les impone el sistema, su voz no cuenta para escoger a su Consejo Escolar, al alcalde de su ciudad, a los congresistas que deciden sobre sus impuestos", agrega.
Pero no todos piensan de esa forma.
Roger Clegg, presidente de la organización conservadora Center for Equal Opportunity (Centro para la oportunidad equitativa), asegura que devolver los derechos automáticamente a las personas que cometieron un delito mayor, es "un desperdicio de la oportunidad de usar el voto como un intensivo para que no vuelvan a prisión...y debería ser una ceremonia de reintegración a la sociedad", dice.
Similar a la de las personas que acaban de obtener su ciudadanía, "que el gobernador anuncie que tienen su derecho al voto y haya amigos alrededor celebrando", explica.
El argumento de Clegg es que las personas que salen de prisión, "suelen regresar casi de inmediato", lo que significa, según él, que "no se toman en serio la tarea de ser parte de un país con leyes que hay que cumplir".
Tammie, que ha estado registrando para votar a personas que cumplieron su condena por un delito mayor, asegura que muchos han recibido la restitución de sus derechos con lagrimas.
"Porque son personas que han pasado por una penitencia larga, que no pueden conseguir trabajo por ser exconvictos, que los tratan como si fueran menos por su récord... Cuando les dices que pueden votar les están diciendo: mira, aquí está tu segunda oportunidad, eres parte importante de esta sociedad", dice.
Cumplieron su condena pero no pueden votar
Un hombre que esperó 35 años para poder votar, mujeres que cayeron en las inclementes leyes de la guerra contra la droga y dos activistas en Virginia que luchan por dar voz a los menos privilegiados: estas son las caras de ciudadanos que fueron despojados de sus derechos civiles tras cumplir sus sentencias.
Univision Noticias ofrecerá los resultados en vivo de las elecciones presidenciales el próximo martes día 8 a partir de las 07:00 pm EST.