Correr puede ayudarte a lidiar con el estrés en el trabajo
Si ponerte las zapatillas y salir a correr es tu forma de sobrellevar una semana estresante en el trabajo, no estás solo.
Correr es una forma valiosa de ayudarnos a lidiar con el estrés, incluido el laboral. Nuestro estudio investigó cómo afectaba a los empleados de organizaciones de distintos tamaños y tipos participar en "parkrun", una carrera masiva de 3 millas organizada semanalmente en todo el mundo. Demuestra que correr puede ayudarnos a gestionar mejor las expectativas, frustraciones y presiones del trabajo contemporáneo.
Las investigaciones sugieren que una de cada siete personas experimenta problemas de salud mental relacionados con su trabajo. Y los estudios también muestran que nuestra vida laboral es cada vez más intensa: se espera de nosotros que hagamos más cosas en el trabajo y que lo hagamos más deprisa. Esto puede hacernos sentir que nunca somos lo suficientemente buenos y nos predispone al fracaso. El fracaso repetido puede traducirse en la sensación de que nosotros mismos somos un fracaso.
Todo esto erosiona nuestro sentido de la vida. Esto significa que el trabajo no sólo puede ser física y mentalmente agotador, sino también perjudicial para nuestro sentido de identidad.
correr puede ayudar a abordar estos sentimientos. Correr puede ofrecernos una comunidad y una identidad más allá de nuestro yo laboral, un valorado sentido del yo sobre el que tenemos control.
La comunidad de corredores
Las personas con las que hablamos en nuestra investigación destacaron que tener la identidad de un corredor, y el sentimiento asociado de pertenecer a una comunidad de corredores, les daba un sentido de sí mismos y de valor. Esto contrasta fuertemente con su sensación de que el trabajo les hacía sentirse insignificantes o estaba corrompiendo lo que realmente querían ser.
En segundo lugar, nuestra investigación sobre cómo el running puede ayudar a los directivos a enfrentarse a los problemas del lugar de trabajo sugiere que correr aumenta la resiliencia. En concreto, puede ayudarnos en nuestra capacidad para afrontar el fracaso.
Correr conlleva sus propios riesgos de fracaso. Por ejemplo, es muy probable que en algún momento nos lesionemos, pero sabemos que es una posibilidad y aprendemos a gestionarla, quizá corriendo una distancia más corta o aceptando tiempos más lentos mientras nos recuperamos.
Además, si los corredores se ejercitan como de un grupo, los fracasos se afrontan colectivamente. Se producen lesiones, no se alcanzan los objetivos. Los fallos son habituales y normales. Esto puede neutralizar, o al menos reducir, los sentimientos negativos que acompañan al fracaso. Exponerse al fracaso puede ayudarnos a examinar nuestras emociones al respecto y a cultivar una tolerancia al fracaso que podría trasladarse a nuestro trabajo.
No ir demasiado lejos
Pero nuestra investigación también ha advertido de que correr demasiado -especialmente cuando va acompañado de las redes sociales y el uso de aplicaciones de seguimiento del rendimiento- puede alimentar nuestro deseo de logros y competición constantes. Los corredores pueden dejarse seducir fácilmente por una sensación de logro, engañados por la necesidad de correr más lejos, más rápido o con más frecuencia que los demás de su comunidad, ya sean amigos, compañeros o la comunidad en línea de una persona. En este contexto, correr puede reforzar las tendencias disciplinarias del trabajo contemporáneo.
Una dependencia excesiva de la carrera, ya sea para escapar o para relajarse, especialmente cuando -como es inevitable- se producen lesiones, corre el riesgo de acelerar la corrosiva sensación de no ser nunca lo suficientemente bueno que caracteriza el trabajo y la vida contemporáneos.
Así pues, correr puede reportar importantes recompensas. Además de los beneficios más obvios para la salud física, puede permitir a las personas encontrar una identidad que encaje con lo que quieren ser y sentir que pertenecen a una comunidad de corredores con ideas afines. Pero ten cuidado, no dejes que te consuma.
Kate Black, Catedrática / Directora de Educación, Northumbria University, Newcastle y Russell Warhurst, Profesor Asociado de Gestión, Northumbria University, Newcastle
Kate Black, profesora / directora de Educación, Northumbria University, Newcastle y Russell Warhurst, Profesor Asociado de Gestión, Northumbria University, Newcastle
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