Los 10 factores que componen el salario emocional y por qué son importantes para evitar quemarse en el trabajo
El concepto de salario emocional no es nada nuevo, por supuesto: la flexibilidad horarias, las facilidades para conciliación o el a formación siempre han sido elementos que pueden inclinar la balanza a favor de la empresa que los ofrezca.
Pero la idea se concretó con los trabajos de la mexicana afincada en España Marisa Elizundia, una especialista en recursos humanos que creó el Barómetro de Salario Emocional (ESB, por sus siglas en inglés), una herramienta online que mide los beneficios puramente emocionales que los individuos obtienen del trabajo.
Analizar cuál es el salario emocional que recibes puede ayudarte a valorar hasta qué punto te satisface realmente tu trabajo y qué elementos debes observar y, si es posible, modificar para encontrar el equilibrio. De acuerdo con Elizundia, el salario económico es la base a la que habría que sumar todos aquellos elementos que te ayudan a crecer personal y profesionalmente.
Atención: un salario emocional alto nunca puede compensar un salario económico bajo. El salario emocional, por tanto, suma, y no resta.
Estos son los 10 factores que lo componen, agrupados tras las indagaciones de Elizundia en una veintena de países y tomando en consideración una amplia variedad de ocupaciones:
Puede que tu salario emocional sea, tristemente, bastante bajo, y no tengas mucho margen de maniobra en estos tiempos de pandemia en los que se ha incrementado el síndrome del trabajador quemado o burnout. Afortunadamente, puedes resguardarte con comportamientos y elecciones que, al menos en cierta medida, sí están bajo tu control. Como estos: