La confesión de un exasesor de Trump pone al descubierto la conexión entre la campaña republicana y Rusia
Un exasesor de la campaña del presidente Donald Trump, George Papadopoulos, se declaró culpable este lunes de mentirle a agentes del FBI, convirtiéndose así en el tercer miembro de la campaña presidencial republicana en enfrentar cargos criminales bajo la investigación del Rusiagate encabezada por el fiscal especial Robert Mueller.
El documento judicial que se dio a conocer este lunes dice que el pasado 5 de octubre, Papadopolous, un abogado de Chicago, se declaró culpable de hacer declaraciones falsas a los investigadores del FBI sobre una reunión que sostuvo con un informante extranjero sobre "datos sucios" de la campaña de Hillary Clinton.
Este alegato es, hasta el momento, el punto más explícito de conexión entre el equipo de campaña de Trump con la intromisión del gobierno ruso en las elecciones del año pasado.
Papadopoulos dijo al FBI que había estado en o con un profesor extranjero anónimo que afirmó tener "datos sucios" sobre la entonces candidata presidencial demócrata Hillary Clinton en "miles de correos electrónicos".
El exasesor de Trump dijo repetidas veces a los agentes que se había enterado de esta información (del profesor) antes de involucrarse en la campaña republicana. Pero el documento judicial dice que estas reuniones fueron luego de haber ingresado al equipo de Trump.
Inicialmente, Papadopoulos también dijo al FBI que el asunto no era relevante cuando en realidad él sabía que el profesor "tenía conexiones sustanciales con funcionarios del gobierno ruso".
"El acusado dijo a los agentes que el profesor no era 'nada' y 'solo un tipo hablaba sobre las conexiones' (...) Papadopoulos entendió que el profesor tenía sustanciales conexiones con funcionarios del gobierno ruso (y el profesor se había reunido con algunos de esos funcionarios en Moscú poco antes de decirle al acusado Papadopoulos acerca de los 'miles de correos electrónicos')", dice la acusación.
Durante un periodo de varios meses, el exasesor de Trump intentó recurrir repetidamente a las conexiones rusas del profesor en un esfuerzo por organizar una reunión entre la campaña de Trump y funcionarios rusos.
"Alrededor del 24 de marzo de 2016, el acusado Papadopoulos se reunió con el profesor en Londres. El profesor trajo consigo a una 'mujer de nacionalidad rusa' presentada al acusado como pariente del presidente ruso Vladimir Putin con conexiones con altos funcionarios del gobierno ruso", dice el documento.
El acusado dijo también que había tenido un o mínimo mediante correos con "cierta mujer de nacionalidad rusa antes de unirse a la campaña" (la misma que le presentó el profesor) pero en realidad Papadopoulos se reunió con ella "el 24 de marzo o alrededor de esa fecha", cuando era ya asesor de Trump. La acusación además alega que él se reunió con la mujer precisamente porque creía que tenía conexiones con funcionarios del Kremlin.
"A través de sus falsas declaraciones y omisiones, el acusado impidió la investigación en curso del FBI sobre la existencia de vínculos o coordinación entre individuos asociados con la campaña y los esfuerzos del gobierno ruso para interferir con las elecciones presidenciales de 2016", agrega el documento judicial.
En su rueda de prensa de este lunes, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, afirmó que el papel de Papadopoulos en la campaña de Trump fue muy limitado y en capacidad de voluntario. Agregó que no tuvo ninguna participación activa u oficial, ni coordinó alguna actividad relacionada con la campaña.
"Fue un voluntario en la campaña y un voluntario como asesor", insistió Sanders, quien agregó que al reunirse con el presidente en la mañana de este lunes, Trump dijo lo que la Casa Blanca ha estado comunicando, que las acusaciones no tienen nada que ver con la campaña que lo llevó a la Presidencia.
Esta revelación se conoce el mismo día en que la investigación del fiscal Mueller reveló cargos contra el exjefe de la campaña de Trump, Paul Manafort, y su exasociado de negocios, Rick Gates. Ambos quedaron imputados por conspiración contra Estados Unidos, lavado de dinero y por actuar como agentes de un gobierno extranjero.
Se tratan de las primeras acusaciones criminales provenientes de la investigaciones sobre la influencia rusa en la elección presidencial.
Desde mayo de 2017, Mueller dirige la investigación sobre la intromisión rusa en el proceso electoral estadounidense. Su nombramiento se produjo poco después de que el presidente despidiera abruptamente al exdirector del FBI, James Comey, quien conducía las pesquisas del caso que el mismo abrió en 2016 en plena campaña.
La elección de Mueller fue realizada por el vicefiscal general, Rod Rosenstein, porque el fiscal general Jeff Sessions tuvo que recusarse de la investigación luego de que se supiera que había tenido os con el embajador ruso cuando era miembro de la campaña de Trump.
La comunidad de inteligencia de EEUU concluyó en enero de este año, pocos días antes de que el expresidente Barack Obama saliera del cargo, que Rusia interfirió en la campaña 2016 mediante hackeos y publicación de mails privados de la campaña demócrata para intentar ayudar a Trump a derrotar a Clinton.
Trump y su campaña han negado las acusaciones de colusión con Rusia y ha dicho que las investigaciones e informes periodísticos son una "cacería de brujas". Moscú también ha negado dichos señalamientos.
Además de la investigación de Mueller, tres comités del Congreso están llevando a cabo sus propias investigaciones.