Gobierno presenta demanda para impedir la publicación de libro del exasesor de seguridad nacional de Trump

El Departamento de Justicia (DOJ) presentó este martes una demanda para impedir que sea publicado un libro de John Bolton, exasesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, asegurando que el mismo contiene información clasificada.
El gobierno considera que The Room Where it Happened ("El salón donde sucedió”) no cuenta con la debida autorización oficial, pese a que Bolton y sus abogados afirmaron que sometieron el manuscrito a la revisión del gobierno, como suele hacerse en estos casos de obras presentadas por exfuncionarios de gobierno.
La solicitud de 27 páginas presentada ante un tribunal federal en Washington DC pide al juez que actúe “dentro de su poder” para detener la publicación del libro de la manera como está redactado y ordene al recolección de copias manuscritas que hayan podido ser enviadas a terceras partes.
“Los Estados Unidos no están buscando censurar ningún aspecto legítimo del manuscrito del acusado (Bolton). Solamente busca una orden que requiera al acusado completar el proceso de revisión previo a la publicación y adoptar los pasos necesarios para asegurarse que solo un manuscrito que ha sido oficialmente autorizado en el proceso -y por tanto está libre de información clasificada- es diseminado públicamente”, indica el texto de la demanda gubernamental.
El libro de Bolton, presentado como unas memorias, detalla su paso por el gobierno de Trump, entre abril de 2018 y septiembre de 2019. Estaba previsto para publicarse el 23 de junio. La publicación ha sido postergada por el proceso de revisión que ha encabezado el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca que una vez presidió Bolton.
La semana pasada, el abogado del exasesor, Chuck Cooper, escribió un artículo en The Wall Street Journal en el que acusó a la Casa Blanca de usar el argumento de seguridad nacional como una “excusa para censurar al señor Bolton, en violación de su derecho constitucional de hablar en temas de la mayor importancia pública”.
Figura polémica
Bolton ejerció como asesor de seguridad nacional de Trump por 17 meses y dejó el equipo de la Casa Blanca de manera inesperadamente tumultuosa luego de varias diferencias con el presidente sobre el manejo de la política exterior, en particular Corea del Norte, según fuentes de la presidencia recogidas por varios medios.
“(Bolton) regularmente estaba en o con alguna de la información clasificada más sensible que existe en el gobierno estadounidense”, indica la demanda, en la que el Departamento de Justicia pide al tribunal que declare el período que trabajó como asesor presidencial está bajo el acuerdo de no divulgación.
“Yo consideraré toda conversación conmigo como presidente como altamente clasificada. Así que eso significaría que si él escribió un libro y el libro sale, él ha roto la ley y yo pensaría que él tendría problemas criminales”, dijo el presidente Trump el lunes al ser consultado sobre la posibilidad de la publicación de las memorias de su antiguo asistente.
El DOJ parece cuestionar el hecho que Bolton hubiera pactado la publicación de sus memorias “dentro de los dos meses de su salida del servicio gubernamental” y que “negociara un acuerdo por supuestamente $2 millones y había escrito un manuscrito de más de 500 páginas pleno con información clasificada”, según se desprende del texto de la demanda.
¿Renuncia o despido?
Como muchas otras figuras que han trabajado para Trump, su suerte cambió radicalmente desde los halagos cuando se sumó a la istración republicana, hasta el desprecio y desvalorización que hace el presidente de aquellos en quienes ha perdido la confianza.
En el caso de Bolton la ruptura final quedó marcada por la disputa de cómo se produjo, pues mientras el presidente aseguró que lo había despedido, el exasesor aseguró que había presentado su renuncia.
La salida de Bolton se produjo en los esfuerzos que hacia Trump por aquellos días para suavizar su política exterior frente a enemigos tradicionales como Corea del Norte e incluso Irán. Bolton no estuvo de acuerdo con la iniciativa del presidente de reunirse dos veces con el líder norcoreano, Kim Jon un.
En los últimos meses de su paso por la Casa Blanca, Bolton estuvo al centro de la estrategia de Washington para intentar un cambio político en Venezuela, que comenzó con la cancelación de compras de petróleo de ese país sudamericano y el Nicolás Maduro.
El exasesor presidencial siempre ha sido una figura polémica, muy halagada en círculos conservadores por sus posiciones duras en materia de seguridad nacional y relaciones internacionales, en las que muchas veces ignora la importancia de las alianzas de Washington y su obligación con organizaciones multilaterales como Naciones Unidas.
Paradójicamente, Bolton fue embajador ante la ONU entre agosto de 2005 y diciembre de 2006, cuando el presidente George W, Bush lo nombró interinamente para el cargo, una vez que quedó claro que no lograría el visto bueno del Senado para trabajar en una organización cuya existencia cuestionaba.