Siete años de incertidumbre: La Corte Suprema de Justicia a decidir el futuro de DACA

El futuro del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), así como el futuro de cientos de miles de jóvenes que se benefician del mismo en los Estados Unidos, continua incierto.
Implementado con el objetivo de facilitar la integración de este sector de la comunidad indocumentada dentro del marco social, DACA proveyó a más de 800,000 individuos con una autorización de empleo al igual que la acción diferida de la deportación. Con identificación y numero de seguro social en mano, jóvenes “DACAmentados,” como también se les conoce, comenzaron a disfrutar de experiencias y oportunidades antes no disponibles.
Dados estos resultados, el programa DACA ha sido catalogado como la política dirigida a la integración de inmigrantes más exitosa en los últimos 30 años.
A pesar de esto, la Suprema Corte de Justicia escuchará argumentos sobre la legalidad del programa el 12 de noviembre. Si la decisión le sonríe a DACA, estos jóvenes recibirán un gran respiro para continuar con sus vidas diarias, reforzando los grandes avances realizados bajo esta protección. Sin embargo, si el máximo tribunal de justicia dicta en su contra, dará inicio a un retroceso a todos los derechos y avances forjados durante los últimos siete años.
Esta semana presentamos un reporte que demuestra cuánto está en juego con esta decisión. Estos datos surgen del Proyecto de Investigación Nacional InDACAmentado (NURP- por sus siglas en inglés)- un estudio longitudinal a nivel nacional implementado con fines de entender el impacto de DACA en las vidas de beneficiarios.
Nuestro estudio comenzó en el 2013 con una encuesta nacional de 2,684 jóvenes elegibles para el programa DACA. En el 2015, llevamos a cabo entrevistas en persona con 408 jóvenes DACAmentados. Dos sondeos adicionales, en el 2016 y 2019, complementan nuestro estudio.
Los resultados de esta investigación son contundentes. El beneficiarse de DACA ha producido un profundo impacto en la vida de beneficiarios, sus familias, y comunidades. En estos últimos siete años, hemos atestiguado como nuestros encuestados, ya con DACA en mano, han podido aprovechar numerosas oportunidades como la de trabajar, conducir, establecer una línea de crédito, acceder a servicios de salud, y continuar con una educación postsecundaria.
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En el caso de encuestados forzados a la deserción escolar, DACA proveyó una nueva motivación para retomar estudios e inscribirse en cursos de preparación para exámenes de equivalencia (GED, por sus siglas en inglés).
Para aquellos en busca de una educación postsecundaria, DACA mejoró el a programas de educación vocacional, colegios comunitarios, universidades, y escuelas de posgrado.
En el campo laboral, el permiso de trabajo le permitió a nuestros encuestados el poder obtener nuevos empleos, salarios más altos, y el seguir carreras profesionales estables y relevantes en el ámbito personal.
En el transcurso de este programa, hemos visto cómo las oportunidades facilitadas han desatado la movilidad de nuestros encuestados en diferentes planos como el laboral, educacional, y personal. Todo parece indicar que la implementación de DACA proveyó una respuesta a la pregunta que tanto tiempo nos aquejó, “¿para qué? si no tengo papeles“ .
Así pues, el programa DACA mejoró trayectos educativos, amplió prospectos laborales, y validó vivencias educacionales y sociales al facilitar el a ocupaciones y profesiones previamente no disponibles. Con un incremento en la seguridad financiera y emocional, muchos de nuestros encuestados registraron una mejora en su salud mental y bienestar personal.
Un nuevo poder adquisitivo también se tradujo en una habilidad de establecer una vida independiente, cuidar y proveer a sus familias, y acceder a servicios o productos para beneficio familiar como lo son el cuidado a niños, automóviles, y casas nuevas.
El reporte que presentamos comparte las historias y vivencias de nuestros encuestados, pero también refleja la realidad de muchas de nuestras comunidades. Por ende, este no es un tema ajeno.
La posible terminación de este programa despojaría a cientos de miles de jóvenes, sus familias y comunidades del trabajo arduo, la inversión, y el progreso que se logró establecer durante los últimos siete años.
Una vez más excluidos legalmente, nuestros encuestados se verían forzados a abandonar empleos y programas educacionales; enfrentando nuevas privaciones sociales y económicas; y agudizando trastornos psicológicos que aquejan a esta comunidad.
A siete años de la implementación de DACA y basados en evidencia que indica que no solo los llegados en la infancia dependen de este programa, su terminación hoy resulta absurda.
Nota : La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.