Un restaurante, un apartamento, cinco vacas y café gratis de por vida: los regalos por una medalla de oro en los Juegos Olímpicos
Cuando Greysia Polii y Apriyani Rahayu ganaron el pasado lunes -para sorpresa de muchos- la final de dobles femeninos de Bádminton en los Juegos Olímpicos de Tokio frente a las favoritas Chen Qing Chen y Jia Yi Fan de China, sabían que recibirían la primera medalla de oro de la justa para Indonesia, pero no estaban preparadas para enterarse de todo lo que les espera de regreso a casa.
La conmoción por su victoria ha sido tal que, cuando pisen Indonesia y después de recibir el cariño de un país entregado a su hazaña, recibirán cinco vacas, un apartamento, terrenos, un restaurante, 5,000 millones de rupias indonesias (unos 350,000 dólares) y café gratis para toda la vida.
El juego final que coronó a las atletas paralizó a todo el país, donde el Bádminton es casi una religión -como el béisbol para los Estados Unidos- y provocó una emoción inconmensurable que hizo vibrar a todos los habitantes en el momento en que se confirmó el resultado final, tras poco menos de una hora por: 21-19 y 21-15.
De acuerdo con la agencia de noticias EFE, el impacto provocado por Polii y Rahayu fue tal que el presidente indonesio, Joko Widodo, las felicitó por redes sociales, donde aseguró que el partido había sido “duro y emocionante” y calificó su victoria como un regalo adelantado por el día de la independencia del país, que se conmemora cada 17 de agosto.
El furor por la noticia provocó una movilización masiva entre la población -a pesar del riesgo latente y vigente de la pandemia del coronavirus- y los regalos no se han hecho esperar, incluido el restaurante de albóndigas que cada atleta recibirá por parte de una cadena, así como celulares, innumerables suscripciones gratuitas a diversas revistas, las vacas que el jefe de distrito de la ciudad natal de las medallistas y el café gratis para toda su vida que una cafetería se ha comprometido a otorgarles.
Por si fuera poco, un grupo inmobiliario tiene listos los juegos de llaves de un par de departamentos en Yakarta - la capital del país- que con mucho placer les entregarán a dos mujeres que hace dos días se convirtieron en medallistas olímpicas para el resto del mundo, pero que en Indonesia nadie duda de su estatus de heroínas.