Qué hay detrás de la manía de los atletas de morder las medallas
“Es una obsesión para los fotógrafos”, dice David Wallechinsky, miembro del Comité Ejecutivo de la Sociedad Internacional de Historiadores Olímpicos y autor de 'The Complete Book of the Olympics'. Esta es una posible explicación de por qué tantos atletas no se resisten a morder la codiciada medalla.
Es un gesto que los atletas vienen haciendo desde muchos juegos atrás pero que en Tokio ha adquirido tales dimensiones que incluso la cuenta oficial de los organizadores recordaba la semana pasada, por si alguien tenía alguna duda, que las medallas no son precisamente de chocolate.
“Nuestras medallas están fabricadas con material reciclado procedente de artículos electrónicos donados por el público”, señalaban los organizadores. “Así que no tienes que morderlas… pero sabemos que aún así lo harás”.
Tradicionalmente, como el oro es más maleable que otros metales, morderlo era una forma de comprobar su autenticidad: las marcas de los dientes habrían dejado una hendidura.
Pero, por supuesto, no es esa la razón por la que los atletas lo hacen ahora. En su lugar, el gesto tiene más que ver con lo que simboliza la medalla, además de proporcionar una oportunidad para hacerse una buena foto. "Creo que lo ven como una imagen icónica, como algo que probablemente se pueda vender. No creo que sea algo que los atletas harían probablemente por su cuenta", señala Wallechinsky.
Material procedente de celulares
Todos los metales de las medallas se crean, como señalaba el tuit de los organizadores, a partir de pequeños dispositivos electrónicos donados por el público japonés como parte del Proyecto de Medallas de Tokio 2020.
"En los dos años transcurridos entre abril de 2017 y marzo de 2019, el 100% de los metales necesarios para fabricar las aproximadamente 5,000 medallas de oro, plata y bronce se extrajeron de pequeños dispositivos electrónicos aportados por personas de todo Japón", señalan los organizadores. "Esperamos que nuestro proyecto de reciclaje de pequeños aparatos electrónicos de consumo y nuestros esfuerzos por contribuir a una sociedad ecológica y sostenible formen parte del legado de los Juegos de Tokio 2020."
"¿Qué pose de medalla de oro serías tú? El signo de la paz. Las lágrimas de felicidad. El 'wow mira que brillante'. La mordida de la medalla".
¿Qué hacen con sus medallas los deportistas?
Los atletas hacen todo lo posible, como cabía esperar después del esfuerzo brutal que les ha permitido llegar hasta ahí, por dejar sus preciados premios en lugares seguros. El gesto de Tom Daley, del equipo británico que ganó la semana pasada la competición de saltos de trampolín de 10 metros sincronizados, no obstante, va más allá de la seguridad y se ha ganado el corazoncito de sus seguidores. Daley tejió una bolsa para guardar la medalla de oro durante su estancia en Tokio y evitar que se le estropee, según explica en su cuenta de Instagram.
Durante sus primeros días en los Juegos Olímpicos, al mítico nadador Michael Phelps se le ocurrieron ideas originales para transportar sus medallas. En 2012, el nadador contó que alojaba sus ocho medallas de oro de los Juegos de Pekín de 2008 en un estuche de maquillaje de viaje envuelto en una camiseta gris.
En 2008, la futbolista del equipo de EEUU Christie Rampone dijo al Tampa Bay Times que sus medallas estaban escondidas entre las ollas y sartenes de su casa, n lugar seguro en el que es improbable que nadie se dedique a husmear.
Otros deciden donar sus medallas para una buena causa. Es el caso del nadador Anthony Ervin que subastó en eBay su medalla de oro olímpica de 2000 para ayudar a los supervivientes del tsunami del Océano Índico de 2004.