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Reforma Migratoria

Reforma migratoria, la tarea inconclusa en el primer informe de Biden sobre el Estado de la Unión

Un año y 39 días después de haber sumido el control de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden rinde su primer informe sobre el Estado de la Unión bajo la sombra de una guerra que amenaza con expandirse en Europa tras la invasión de Rusia a Ucrania. Y en casa, 11 millones de indocumentados siguen esperando salir de las sombras esperando una reforma migratoria. Sigue aquí nuestra cobertura en vivo aquí.
Publicado 1 Mar 2022 – 08:48 AM EST | Actualizado 1 Mar 2022 – 08:07 PM EST
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Un año y 39 días después de haber sumido el control de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden rinde la invasión de Rusia a Ucrania.

A nivel nacional, sin embargo, el conflicto bélico no distrae los ataques republicanos -encabezados por el expresidente Donald Trump- y tampoco ocultan las preocupaciones y miedos de la comunidad inmigrante, entre ellos 11 millones de indocumentados a quienes Biden les prometió una reforma migratoria en el primer año de su mandato.

Ya transcurrieron 404 días y siguen estando en las sombras, la mayoría con los mismos temores que en los cuatro años anteriores de ser detenidos y deportados, de acuerdo con los resultados de una encuesta Univision-NORC publicada este martes.

El 55% de los latinos dijo que “no hay diferencia” entre el actual gobierno y el anterior en cuanto a las preocupaciones de que alguien pueda ser detenido y/o deportado de Estados unidos, dato que pone en evidencia una percepción negativa de la política migratoria de Biden.

A su vez, sólo el 30% de los encuestados dijo que ahora estaba “menos preocupado” y el 13% respondió que bajo la actual istración las preocupaciones han aumentado.

Promesa de reforma migratoria de Biden

Durante la campaña 2020, el entonces candidato Biden prometió que durante su primer año de mandato promulgaría una reforma migratoria para sacar de las sombras a la mayoría de los 11 millones de indocumentados que viven en el país.

“Y lo cumplió, pero el congreso no tiene la voluntad política de legalizar a los millones de personas sin documentos, que era la mayor esperanza de los migrantes”, dice Lilia Velásquez, abogada de inmigración y profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California en San Diego.

Y no solo cumplió en que llegara al Congreso un plan como el que había propuesto, sino que “también cumplió con revertir las políticas racistas del expresidente (Donald) Trump para que los migrantes y refugiados reciban un tratamiento digno y humano”, agregó.

Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, que no han sido pocos, Biden se enfrenta, un año después, no solo a las criticas de sus rivales políticos, los republicanos, sino también de la comunidad latina que lleva décadas esperando por la ansiada reforma.

Deshaciendo la ‘tolerancia cero’ de Trump

Los primeros meses de Biden en la Casa Blanca fueron intensos en materia de inmigración. Declaró una moratoria de deportaciones, anuló las órdenes ejecutivas relacionadas con la construcción del muro en la frontera con México, anunció nuevas prioridades de deportación, canceló el Programa de Protección del Migrante (MPP), activó un equipo especial para reunificar familias separadas forzosamente por el gobierno anterior, devolvió a los jueces facultades de discreción y ordenó al Departamento de Justicia recuperar el debido proceso migratorio, entre otras medidas.

“Es cierto que durante sus primeros meses la istración de Biden tomó una serie de medidas para tratar de enmendar algunas de las nefastas políticas migratorias implementadas por su predecesor”, dice Maribel Hastings, directora de America’s Voice en español.

A la lista de medidas Hastings agregó la restitución de DACA y el fin del veto para la entrada de musulmanes, otras dos medidas de Trump que golpearon con fuerza a la comunidad inmigrante en general.

No obstante, agrega la activista, “es imposible tapar el sol con un dedo” y menciona como decepciones "mantener el Título 42 del Código de Estados Unidos”, una vieja Sección activada en 2020 por el gobierno de Trump que permite la deportación inmediata de extranjeros por razones de salud pública.

Cobijándose en la pandemia, impide que migrantes, incluso con casos creíbles de asilo, puedan solicitarlo”, indica. “Se ha utilizado principalmente contra migrantes haitianos”, precisó.

Biden eliminó el MPP, pero en agosto del año pasado un juez de Texas, en respuesta a una demanda presentada por Texas y Missouri, lo restableció. El programa fue activado en diciembre y poco después el Departamento de Justicia le pidió a la Corte Suprema revisar el fallo con el propósito de eliminar el programa y reemplazarlo por un nuevo.

El máximo tribunal de justicia aceptó el pedido y lo revisará en la primavera.

“Cosas buenas”, pero…

Los abogados consultados por Univision Noticias destacan las “cosas buenas” de Biden en materia de inmigración durante su primer año y 39 días de gobierno, aunque estas no se aprecien a simple vista. “Retiró varias decisiones judiciales importantes de la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) que fueron implementadas previamente por la istración anterior”, dice Víctor Nieblas, un expresidente de la Asociación Americana de Inmigración (AILA). “Devolvió el poder y la autoridad a los tribunales de inmigración y relajó muchos requisitos de asilo”, agrega.

Nieblas también menciona el retiro de la regla de carga pública de Trump que puso severas restricciones a inmigrantes pobres que solicitaban la residencia y habían utilizado fondos públicos legalmente disponibles, así como la recuperación “de las opciones de discreción procesal de sentido común para los abogados y funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS)”.

Pero la vigencia del Título 42 sigue siendo una parte del talón de Aquiles del presidente. “Se continúa deportando a miles de personas bajo esta regla utilizando la pandemia como excusa para devolver a las personas a países como Haití, Venezuela y otros”, agrega.

Y aunque el balance quizás no esté a favor de Biden debido a que los 11 millones de indocumentados siguen estando en las sombras, Nieblas insiste en que el presidente “no es responsable del fracaso de la reforma migratoria”.

“Es hora de que los políticos, los analistas, los comentaristas y el público digan la verdad. El fracaso de la reforma migratoria se debe directamente a los senadores demócratas conservadores Joe Machin y Krysten Sinema. Se negaron a apoyar la legislación Build Back Better BBB) del presidente Biden (Ley de Gasto Social) que incluye muchas reformas migratorias positivas”, precisó.

Para aprobar el BBB los demócratas del Senado utilizaron la herramienta conocida como paquete de reconciliación, que permite aprobar leyes con mayoría simple de 51 votos. Tanto demócratas como republicanos tienen 50 cada uno y el desempate lo rompe la vicepresidenta, Kamala Harris. Dentro de la BBB el liderazgo demócrata propuso incluir una Enmienda con la reforma migratoria del presidente, pero para hacerlo necesitan el respaldo de la principal asesora del Senado (Parlamentarian), la abogada Elizabeth MacDonough, quien lo ha rechazado en tres ocasiones entre septiembre y diciembre.

El último recurso era dejar de lado la opinión de MacDonough y aprobar el BBB con la enmienda de inmigración, pero los senadores Sinema y Manchin anunciaron en diciembre que no votarían a favor de BBB por desacuerdos con el contenido de la iniciativa. Al no tener los demócratas los 50 votos que requiere el proyecto, la iniciativa permanece estancada al igual que la posibilidad de incluir una vía de legalización para millones de indocumentados.

“Todo el mundo sabe que para que la reforma migratoria suceda, el Congreso debe estar involucrado. Sin el apoyo del pleno del Senado demócrata, nada puede pasar porque el partido Republicano seguirá votando en contra de cualquier propuesta de inmigración que vea y seguirá siendo el partido antinmigración”, recuerda Nieblas.

La frontera sur

Uno de los principales retos a los que se tuvo que enfrentar Biden durante el primer año en la Casa Blanca ha sido la frontera con México. “Empezó deteniendo la construcción del muro”, dice Rebeca Sánchez-Roig, una abogada de inmigración trabajo como fiscal de inmigración durante 15 años en los gobiernos de Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama. “Y ha tenido que lidiar con la migración en la frontera de Sur”, agrega.

Sánchez advierte que “muchos creyeron incorrectamente que, como Biden es demócrata, iba a abrir las fronteras para dejar entrar a todos”. Pero, de hecho, “es posible que los agitadores y activistas engañaron a miles de inmigrantes para que tomaran camino y vinieran a Estados Unidos asegurados de que las puertas se les abrirían”. No fue el caso.

Esa opción no es viable en ningún país. Por lo tanto, al llegar, encontraron las puertas cerradas y debían permanecer en México. Eso, desafortunadamente, aumentó el número de inmigrantes en nuestra frontera -que ya venía aumentando en el último tramo del gobierno de Trump- y le echó leña al fuego antiinmigrante que ya ardía entre los republicanos”, apuntó.

La exfiscal de inmigración dijo además que “las promesas de campaña son una cosa, y todos los candidatos las hacen. Pero luego se enfrentan al mundo real y la realidad modifica las promesas. Biden se ha enfrentado a la dificultad no sólo de los republicanos que no cooperan sino, igualmente, de algunos extremos de su propio partido, aquellos que propugnan la política de todo o nada que han sido responsables de hundir algunas de las prioridades del presidente”.

Sánchez asegura que, a pesar de no haber una reforma migratoria todavía, “eso no significa que Biden no haya tenido éxito”. Menciona, por ejemplo, la anulación de algunas decisiones draconianas implementadas por Trump, entre ellas decisiones que anularon miles de decisiones de jueces que habían cancelado istrativamente casos de deportaciones, lo que llevó a un aumento alarman te de expedientes en los tribunales.

“Ahora tenemos más de 1.6 millones de casos que son un producto directo de las políticas nocivas del gobierno anterior que reflejan su total ignorancia del sistema y su odio hacia los inmigrantes”, precisa. Y enseguida agrega: “Los planes de Biden probablemente eran demasiado ambiciosos, pero no creo que ningún otro presidente en la historia moderna haya tenido la tarea monumental de tener que lidiar con los vestigios de una istración anterior completamente corrupta” en materia de inmigración.

Qué dicen los republicanos

En las filas republicadas hay dos posturas, una contraria a la de Trump y otra que encabeza el expresidente.

Los moderados reconocen que Biden tuvo como prioridad, al comienzo de su mandato, el tema de la reforma migratoria, pero de desentendió del asunto y lo dejo en manos del Senado, controlado por su partido, el demócrata.

“No creemos que el presidente Biden, así como él habló del problema migratorio en su campaña y al comienzo de su mandato, lo haya mantenido como una prioridad. No hemos visto que para él sea una prioridad en su primer año de gobierno”, dice Wadi Gaytán, vocero de la Iniciativa Libre, un grupo conservador que se define como una organización de base no partidista y sin fines de lucro que promueve los principios y valores de la libertad económica para empoderar a la comunidad hispana en Estados Unidos.

“Se le reconoce que el día después de la toma de posesión habló de la reforma migratoria y agarró el tema. Y dijo que iba a ser una prioridad, pero hemos visto que el plan no ha sido una prioridad en los meses siguientes”, agregó.

Gaytán dijo además que “somos realistas en el sentido que cada presidente escoge un tema como legado. Obama escogió el cuidado de salud, Trump la reforma de impuestos y nosotros mantenemos la opinión que el tema migratorio era una prioridad para Biden y la prometió lo suficiente durante su campaña, pero no se ha visto para nada esa prioridad en estos meses”.

El portavoz del grupo dijo que el mandatario “le delegó el poder y el peso de la reforma migratoria al Congreso y se desentendió de ella, se lavó las manos y se lo paso al liderazgo del senado sabiendo que era complicado. Se requiere una Casa Blanca presente en el tema para que se apruebe”, indicó.

El discurso de Trump

La segunda postura republicana es la del expresidente. El senador Rick Scott (Florida), por ejemplo, anunció la semana pasada un plan de 11 puntos que establece cuál debería ser la agenda para los republicanos y los conservadores si retoman el control del Congreso en las elecciones de medio término de noviembre y la Casa Blanca en 2024.

Uno de esos puntos es reiniciar y terminar la construcción del muro en la frontera con México, una de las principales promesas inconclusas de campaña de Trump.

Scott también incluyó en su plan el respaldo a la inmigración legal y el rechazo a la inmigración indocumentada, proponiendo, al igual que lo hizo el expresidente, quitarle fondos a las ciudades que dan santuario a indocumentados y enjuiciar a cualquier funcionario electo que “se burle de nuestras leyes de inmigración".

La propuesta Scott también incluye aumentar la seguridad en las fronteras con la contratación de más agentes y nuevas tecnologías.

Trump, por su parte, mantiene la línea de su cuestionada política de tolerancia cero. El 28 de enero, el mandatario utilizó su página Save América para enlazar un artículo editorial del periódico Washington Examiner, que recoge la esencia de su pensamiento sobre el tema.

La publicación critica el número de arrestos hechos por la Patrulla Fronteriza a finales de enero y asegura que la frontera sur se encuentra “en un caos total”. E indica que los últimos datos del Departamento de Seguridad Nacional muestran un récord de 178,840 inmigrantes arrestados cruzando ilegalmente la frontera este diciembre, lo que eleva el total para 2021 a un récord de 2,033,863”.

Agrega que un poco más de la mitad de estos migrantes fueron devueltos a México bajo la autoridad de salud pública del Título 42. Pero del aproximadamente 1 millón de migrantes restantes arrestados, asegura, “casi a todos se les permitió ingresar al país con solo la promesa de que algún día se presentarían ante un tribunal de inmigración y solicitarían asilo”.

La narrativa utilizada por el editorial no explica cuántos fueron liberados, bajo qué programas (por ejemplo, Alternativas de Deportación -ATD-), las condiciones en las que fueron liberados (fianza o grillete electrónico) y si recibieron o no Notificaciones de Comparecencia (NTA) para acudir a citas ante oficiales o jueces de inmigración.

El editorial también habla de personas “atrapadas” y que la mayoría de ellos “hacen solicitudes de asilo sin mérito todos los meses”, y que un número incalculable de estas personas “ha ingresado al país sin ser detectado”.

Sobre este último asunto en particular, el pasado 20 de enero Univision Noticias reportó que, después de una larga discusión sobre los indicadores utilizados por el gobierno de Trump para tener una idea de cuál es la situación real en la frontera, en 2016 se comenzó a utilizar una nueva y más precisa metodología de medición, que fue recogida en un Reporte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sobre las métricas de seguridad fronteriza publicado en mayo de 2018.

Según el informe, el número de cruces no detectados había caído casi tan rápidamente como el número de aprehensiones realizadas por la Patrulla Fronteriza en la frontera sur. De 851,000 en el Año Fiscal 2,000, la cifra pasó a 62,000 en el Año Fiscal 2016.

Tres años más tarde, en el Informe del Año Fiscal 2020 del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el último de la presidencia de Trump, el ministerio estimó que, de acuerdo con los datos disponibles sobre entradas ilegales exitosas entre los años 2017 y 2018 experimentaron un incremento. Y que la efectividad por encima del 95% en la capacidad de detención registrada entre los años 2006 y 2016 (de más de 1 millón a menos de 56,000 por año al final del gobierno de Obama), se estaba revirtiendo.

De acuerdo con el reporte, la metodología utilizada para estimar el ingreso indocumentado exitoso mostró un aumento entre 2017 y 2018, los dos primeros años del gobierno de Trump, una subida de al menos 11 puntos porcentuales con respecto a 2016. Respecto a los años fiscales 2019 y 2020 el DHS no ha publicado datos actualizados.

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