Cómo la entrada forzada a EEUU puede dañar los procesos de asilo de los migrantes de la caravana
Mientras Donald Trump usa su cuenta de la red social Twitter para atacar a la caravana de migrantes y advertirles que no entrarán al país, abogados y activistas advierten que la violencia y la entrada forzada a Estados Unidos daña severamente el proceso de asilo.
También le piden al presidente que permita a los miles de refugiados que huyen de sus países de origen la oportunidad de pedir asilo y que sean los jueces de inmigración quienes decidan sus futuros.
“Debe enviar a agentes capacitados para procesar las aplicaciones de asilo con mucha más rapidez de lo que hacen en este momento”, dice Jorge Mario Cabrera, director de comunicaciones de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles (CHIRLA).
Las peticiones, sin embargo, no son atendidas por el mandatario. Este lunes Trump volvió a amenazar con cerrar nuevamente la frontera, pero esta vez de forma permanente.
“México debería mover la bandera que agita a los migrantes, muchos de los cuales son criminales duros, y enviarlos de vuelta a sus países. Hágalo en avión, hágalo en autobús, hágalo de la manera que desee, pero NO van a ingresar a Estados Unidos. Si es necesario, cerraremos la frontera de forma permanente. Congreso, ¡financia el MURO!”, escribió.
En la víspera, el mandatario estadounidense condicionó al nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que asume este 1 de diciembre, y también a los gobiernos de los países de donde proceden los migrantes. “Sería muy INTELIGENTE si México detuviera a las Caravanas mucho antes de llegar a nuestra frontera sur, o si los países de origen no las dejaran formarse (es una forma de sacar a ciertas personas de su país y dejarlas en Estados Unidos. Ya no). Demócratas crearon este problema. ¡No hay cruces!”, advirtió.
¿Qué sucederá con los migrantes que tienen una causa legítima de asilo? ¿Está en riesgo el debido proceso migratorio? Univision Noticias fue en busca de respuestas y esto dijeron abogados y activistas respecto a la crisis de migrantes centroamericanos en la frontera sur de Estados Unidos.
Si bien para abogados y activistas la crisis e la frontera se trata de un asunto humanitario, la Casa Blanca lo toma como un asunto de seguridad nacional.
El pasado 20 de noviembre la Casa Blanca publicó en su página digital declaraciones de la secretaria de Prensa, Sarah Huckabee Sanders, sobre el fallo de un juez federal de distrito en contra de la decisión de Trump de negar asilo a migrantes que ingresan por lugares no autorizados.
Huckabee dijo que la decisión “impide que la rama ejecutiva cumpla con su deber constitucional de imponer nuestras fronteras y controlar el ingreso a Estados Unidos. Esta decisión abrirá las compuertas e invitará a innumerables extranjeros ilegales a ingresar a nuestro país con el dinero del contribuyente estadounidense".
"La decisión del tribunal", precisó, "es contraria a la ley federal bien establecida, a la discreción del fiscal general y del secretario de Seguridad Nacional (DHS) bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad, y la propia autoridad constitucional y estatutaria del presidente”.
La vocera dijo además que “la sentencia interfiere con la autoridad del poder ejecutivo para istrar el sistema de inmigración de manera que garantice la seguridad de la nación y el Estado de derecho”, y aseguró que “tomaremos todas las medidas necesarias para defender la respuesta legítima del poder ejecutivo a la crisis en nuestra frontera sur”, fortaleciendo la tesis manejada por Trump respecto a que la mayoría de los integrantes de la caravana son traficantes de drogas, delincuentes y hasta terroristas.
Marcha repelida con gases
El domingo un grupo de unos 500 migrantes, entre ellos mujeres y niños, intentaron cruzar a la fuerza la valla fronteriza entre Tijuana (México) y la garita de San Ysidro (San Diego), pero fueron frenados al ser repelidos por gases lacrimógenos lanzados por agentes estadounidenses.
La marcha se originó debido a la incertidumbre respecto a si Estados Unidos escuchará sus reclamos de asilo y al tiempo que demorará los pedidos. Los abogados temen que ambos procesos demoren varios meses y no hay certeza que sus casos vayan a ser aprobados, quedando expuestos a ser deportados a sus países de origen.
“Cuando el país más poderoso en el mundo se rehúsa a escuchar las plegarias de migrantes que buscan asilo, es importante entender que la desesperación puede reinar”, dice Cabrera. “No es bueno tomar nada por la fuerza, ni es humano o legal atacar a los migrantes con gas lacrimógeno habiendo familias y niños indefensos entre un grupo que trató de entrar a la fuerza”, añade.
El activista dijo además que, “esta crisis la provocó Estados Unidos, y la desesperación de los migrantes la puede aminorar el gobierno de Estados Unidos con acciones específicas, entre ellas escuchar sus reclamos y que avance el debido proceso migratorio”.
Respeto a la ley
¿Qué dice la ley de inmigración al respecto? “La ley de inmigración permite que las personas busquen asilo, incluso si ingresan ilegalmente a los Estados Unidos”, dice Víctor Nieblas, expresidente de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA). “La proclama del presidente de negar el asilo a quienes ingresan ilegalmente, fue bloqueada por un juez federal de distrito en San Francisco. Este tribunal no fue el 9º Circuito, según lo reclamado por el presidente”, agregó.
Nieblas señala además que, la crisis humanitaria que se registra en la frontera hay que resolverla de manera diferente a como lo está haciendo el gobierno. “En lugar de gastar dinero para enviar tropas, el presidente debería enviar más agentes de asilo a la frontera para extender el procesamiento de las solicitudes de asilo”.
La recepción de solo 100 personas por día solo obstaculiza el debido proceso”, advirtió. “A propósito, está desacelerando el proceso, lo que provoca que las personas que intentan buscar asilo de manera ordenada se desesperen y que tomen medidas desesperadas”, como las registradas el domingo entre Tijuana y San Diego.
“Todas estas acciones, en ambos lados, no ayudan a la causa de los solicitantes de asilo”, previno Nieblas. “El presidente y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) deben acelerar el procesamiento de los solicitantes de asilo”.
Ahora bien, si el gobierno de Trump “no puede procesar a estas personas, debe solicitar ayuda médica a las Naciones Unidas y buscar una solución regional e involucrar a otros países”, apuntó Nieblas. “Como comparación, la crisis de refugiados en Siria se resolvió con la ayuda de países pequeños, como el Líbano y Turquía, que acogieron a más de 1,5 millones de refugiados, mientras que otros como Alemania absorbieron a más de 600.000”.
“Parece que Estados Unidos tiene miedo de procesar a entre 5,000 y 7,000 refugiados potenciales. Podemos hacer mucho mejor de lo que hemos visto”, precisó.
Condiciones de desesperanza
Para otros abogados, el limitado número de cupos diarios en la frontera, sumado a la llegada del invierno y la falta de albergues en Tijuana para atender las caravanas de migrantes, “han causado una crisis humanitaria sin precedentes”, dice Lilia Velásquez, profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California, en San Diego.
“Estamos hablando de 90 cupos diarios, quizás menos, habiendo miles que huyen de sus países y buscan asilo en Estados Unidos”, agrega. “En la frontera hace frío, hay madres con niños sufriendo la pena negra y a esto se suma que no existen garantías suficientes de que van a ser escuchados. Hay una crisis humanitaria en Tijuana que se seguirá creciendo en la medida que sigan llegando migrantes y Estados Unidos no mejore la atención en la frontera”.
Velásquez dice además que “hay una especie de circo, una especie de pandemonio en los puertos de entrada y nadie sabe qué hacer. No sabemos nosotros, los abogados, que sucederá, sobre todo cada vez que el presidente Trump dicta una norma y cambia el proceso. Y si viola el debido proceso, entonces la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) salta y lo demanda y viene un juez y lo detiene. Todo esto incrementa la incertidumbre”, advierte Velásquez.
“En mi opinión, Trump ha generado la crisis debido a su decisión de no dejarlos pasar por los puertos fronterizos”, dice Bárbara Hines, una exprofesora de la Clínica Legal de la Escuela de Leyes de la Universidad de Texas, en Austin. “El derecho internacional y doméstico, o sea la ley de asilo, provee que un solicitante puede pedirlo sea cualquiera la manera de ingresar, incluida la entrada ilegal. Pienso que Trump debería elaborar otra política y estrategia, mas allá que nombrar criminales y terroristas a los de la caravana, cuando en realidad son personas que buscan protección. Es una tragedia”.
Qué hacer con la caravana
Los abogados coinciden que la crisis en la frontera con México es grave, no hay precedentes y amenaza con convertirse en un problema humanitario de grandes proporciones.
“Mientras, hay que educar al pueblo, a los de las caravanas, y pedirle a los activistas y abogados que los manejan que les expliquen claramente las reglas del juego estipuladas por el gobierno de Estados Unidos”, dice Velásquez.
“Mire, todos estamos sufriendo con esto, incluso los abogados. Nunca se había visto algo así”, agrega. “Aquí hay de todo y estamos viendo de todo. Y lamentablemente debido al desorden que ocurre en este tipo de situaciones, están pagando justos por pecadores. Tal vez algunas personas sean traficadas, quizás hayan utilizado el camino equivocado intentando entrar a la fuerza. Tal vez haya personas que los hayan adiestrado para que digan exactamente un renglón que se memorizan y de esta manera pasen la entrevista de miedo creíble. Pero ¿cómo sabemos quién dice la verdad? Eso lo sabremos cuando se llegue al juicio”.
Velásquez dijo además que, una manera de garantizar el debido proceso “es enviando recursos a la frontera para que haya más agentes de asilo, jueces, pero no se pueden esperar buenos resultados si el gobierno aumenta la presión para sacar casos lo mas rápido posible, si presiona para que se tomen decisiones aceleradas y no permita que se hagan las investigaciones debidas en cada caso. Así sólo de cometerán abusos, arbitrariedades y las personas no serán escuchadas como se debe”.
La abogada, con más de 30 años de experiencia, dijo además que “tampoco hay tantos defensores legales para toda esta gente. Nunca habíamos visto estas cifras de personas. Pero el mejor consejo es para quienes tengan la batuta, el gobierno de Tijuana, los activistas, la gente de ACLU, que vayan a la frontera y le digan a los migrantes que esperen su turno. No podemos decirle a la gente que se lance a lo bravo porque pueden haber muertos. No vale la pena hacer eso. Es necesario el orden porque, de otra manera, los resultados serán los menos esperados por todos”, concluyó.