Una emprendedora peruana aprovecha su momento de fama para hablar con Obama y Zuckerberg

PALO ALTO, California — La emprendedora peruana Mariana Costa Checa no lo podía creer.
“Todavía estoy tratando de recuperarme del hecho de que usted me haya presentado a mí”, le dijo al presidente Barack Obama la fundadora de Laboratoria, una empresa social que convierte a jóvenes mujeres sin educación superior en desarrolladoras web en seis meses.
Obama acababa de llamar a cuatro emprendedores al escenario de la Cumbre Global de Emprendimiento 2016, este viernes en el campus de la Universidad Stanford. Una era de Perú, una de Egipto, uno de Ruanda y uno de aquí nomás, cuatro millas al norte: Mark Zuckerberg. A juzgar por las ovaciones y cantidad de fotos que desató, es uno de los rockstars más grandes del mundo emprendedor.
Costa Checa aprovechó el para dialogar con el fundador de la red social más grande del mundo, que cada mes usa uno de cada cinco seres humanos. Contó que cuando tiene que hablarle de internet a posibles estudiantes que a veces no saben lo que es, empieza por Facebook, porque es muy probable que tengan una cuenta.
“Facebook es una herramienta maravillosa para nosotros —dijo—. No importa donde vayas, Facebook está ahí. La gente joven inicia su vida digital a través de Facebook...”
“Así que gracias, ayuda mucho”, le dijo a Zuckerberg.
La escena, en la jornada de cierre del evento que la Casa Blanca de Obama organizó por séptimo año seguido, resume la meta de la cumbre: exponer a 700 emprendedores de todo el mundo —más 300 inversionistas— a personas e ideas que difícilmente encontrarían en sus ciudades o países.
GES (sus siglas en inglés) promueve la economía digital y la innovación y, de paso, funciona como una diplomacia soft que empuja los valores de libre mercado y apertura comercial que Estados Unidos defiende en el mundo.
Estrellas de Silicon Valley
La Casa Blanca y el Departamento de Estado lograron convocar a gran parte del star system de Silicon Valley. Por el escenario pasaron los fundadores de Uber, Airbnb, LinkedIn y AOL, el CEO de Google, y hasta hubo tiempo para el entretenimiento, a cargo de los actores de la serie “Silicon Valley” de HBO.
El impacto en los emprendedores fue aun mayor porque este año el evento se hizo en el corazón de una región que es sinónimo de innovación de negocios y tecnologías de vanguardia. “Silicon Valley te vuela la cabeza”, decía un emprendedor argentino mientras almorzaba con startuperos de Nepal y República Dominicana bajo los árboles frondosos del campus en el sol californiano.
“Aquí —dijo Obama sobre Stanford— la gente va en bicicleta a todos lados y los atletas también son ingenieros en computación. Este es el lugar que volvió cool a lo nerd”.
Los encuentros anteriores fueron en Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Malasia, Marruecos y Kenia. El del año que viene será en India.
El pegamento del mundo
Obama elogió a los emprendedores. “Ustedes son el lado positivo de este mundo interconectado”, les dijo.
“Ustedes son lo que hace funcionar el proceso mundial de innovación —agregó después—. Estamos mejor en un mundo en que estamos comerciando, conectándonos, comunicándonos y compartiendo ideas. Pero esto también significa que las culturas chocan y a veces esto causa disrupciones y la gente se preocupa. Ustedes son el puente, ustedes son el pegamento (...) Deben liderar el camino hacia un futuro de prosperidad que brinde oportunidades a todos”.
El presidente también mostró su relativo dominio del español al hacer una mención especial de un grupo de emprendedores cubanos que, por primera vez en la historia, llegaron a la cumbre por iniciativa del inversionista Antonio Gracias, uno de los embajadores de la cumbre.
“Hola, mucho gusto”, les gritó cuando por fin los ubicó en las butacas superiores del auditorio.
Zuckerberg promovió su principal causa: la conectividad a internet, que es clave para que una empresa con tantos s encuentre una manera de seguir creciendo. Recordó que, de 7,300 millones de personas en el mundo —1,600 millones usan Facebook—, “hay 4,000 millones que no tienen internet”.
“Si quieres oportunidades iguales de causar cambios en el mundo —dijo—, será muy difícil si no tienes a la infraestructura básica”.
Los emprendedores que lo acompañaban en el escenario, justamente, enfrentan problemas para subirse a internet que los ingenieros de Facebook difícilmente se imaginan desde su campus en Menlo Park.
“A veces tenemos problemas para mandar una foto”, contó Jean Bosco Nzeyimana, que como muchos niños de Ruanda tenía que recoger leña para cocinar cuando era chico, en lugar de estar estudiando. Eso lo inspiró a desarrollar combustibles ecológicos y, dos años después, ya tiene una empresa de 25 empleados.
La peruana Costa Checa lamentó que en América Latina las grandes ciudades tienen buena conectividad, pero fuera de ellas la situación empeora. “Debería ser una prioridad de los gobiernos”, dijo.
De la tiendita a Washington
Laboratoria, su empresa, se extendió en dos años a Chile y México. Y, según destacó el propio Obama, logra que 70% de las mujeres que capacita consigan trabajo después. “Tu tasa de éxito ya es extraordinaria”, le dijo a Costa Checa.
Algunas estudiantes pasan de hacer trabajos domésticos a ser desarrolladoras web para empresas.
“Están recibiendo ofertas de trabajo de las mejores compañías de la ciudad y logran triplicar sus ingresos”, dijo la emprendedora. “Una fue de trabajar en una tienda de la esquina en un barrio pobre al Banco Interamericano de Desarrollo como desarrolladora web, en Washington”.
“Cualquier cosa es posible si trabajan lo suficientemente duro para conseguirlo”.