¿Te imaginas controlar la música y la calefacción con gestos en el aire? Este mexicano ya lo inventó

Una de las grandes innovaciones de los últimos tiempos en la tecnología para consumidores son los asistentes hogareños que funcionan con órdenes verbales. Puedes decirle a Alexa que le baje a la música, a Siri que te diga cómo está el clima o a Google que compre flores.
Pero el mexicano Alonso Ybañez llevó la confluencia de la inteligencia artificial y las computadoras hogareñas un paso más allá: creó el Hayo, un aparato con el que ni siquiera hace falta hablar.
Permite cambiar el volumen de la radio con bajar o subir una mano en el aire, encender la calefacción tocando una mesa o incluso construir una pared virtual que avise si un niño se está acercando a la chimenea o a la estufa.
"Es una cámara 3D que todo lo que está en su campo de visión puede convertirse en un control remoto virtual", explica Ybañez, de 37 años, que creció en Ciudad de México pero en 2003 se fue a Francia, donde hizo un doctorado en tratamiento de imágenes. "Puedes crear botones en el espacio que vas a conectar con acciones. En donde tocas un botón, algo va a pasar".
Esto es posible gracias a que el aparato tiene una cámara similar a la de los juegos electrónicos Kinect, que ve movimientos hacia arriba y abajo, hacia los costados y hacia adelante y atrás.
Esto, según explica Ybañez, le permite convertir cualquier parte de una habitación mediana en un 'botón' que detona una acción.
Lanzamiento en Estados Unidos
El producto todavía no está disponible para los consumidores, aunque la empresa de Ybañez, SpaceConnect (de ocho empleados), ya tiene un prototipo que está mostrando a inversionistas y al público en la feria CES que inicia esta semana en Las Vegas.
A fines de enero, lanzarán una campaña de recaudación en el sitio IndieGoGo para arrancar la fabricación masiva del Hayo. Los que donen allí recibirán el suyo a partir de septiembre, estima el mexicano.
La empresa –fundada por Ybañez y su esposa Gisèle Belliot– está basada en Nueva York luego que Oscar Salazar, uno de los inversionistas ángeles mexicanos más famosos, invirtió en ella.
Salazar es conocido porque fue miembro del equipo fundador de Uber y desde que dejó la empresa ha invertido en varias startups. Ybañez y él hicieron el doctorado en el mismo instituto en Francia, Télécom ParisTech.
Hace un par de años, se reencontraron en París e Ybañez le mostró en qué estaba trabajando con su empresa Ayotl, donde ya usaba la tecnología que hoy está en el Hayo y creaba prototipos interactivos para grandes clientes como compañías de publicidad callejera, centros comerciales y hospitales.
"Le hicimos una demo –cuenta– y me dijo: 'Estás perdiendo tu tiempo, tienes que venir a Estados Unidos, crear un producto para consumidor. Yo te echo la mano'".
Con la inversión inicial de Salazar, SpaceConnect estableció operaciones en Nueva York y luego consiguió fondos de otros 'ángeles', como se conoce a los individuos que invierten –por lo general, cantidades de no más de 100,000 dólares– en etapas muy tempranas de un negocio. Ahora busca inversiones más grandes.
¿El futuro? Gestos, voz y pantallas
SpaceConnect no es la única empresa que está trabajando en este tipo de tecnología. De hecho, Ultrahaptics, una startup basada en Inglaterra que también exhibirá en CES, propone controles en el aire para usos hogareños y profesionales.
Ybañez cree que este tipo de aparatos es la solución a las casas cada vez más pobladas de dispositivos inteligentes –desde termostatos a medidores de agua, sistemas de sonido a puertas de garaje–, cada uno con una aplicación diferente en el teléfono del .
También, irónicamente, cree que puede servir para vivir una vida menos conectada.
"Es un desastre porque necesitas todas las aplicaciones y despues buscar la app, buscar la opcion que quieres, y lanzarla –argumenta–. Y, al mismo tiempo, lo que querías era relajarte, pero te llegaron mails del trabajo, alguien te escribió por Facebook, algo te llegó por Twitter. En lugar de relajarte, sigues trabajando y pasas una hora con tu teléfono".
Además, dice, tener controles en las paredes, la mesa o en el aire permite que las visitas los usen sin conectarse a ninguna red, o que los niños lo hagan sin que haya que darles un teléfono o tableta.
El objetivo de la empresa es vender 10,000 unidades este año y crecer desde ahí. Pero el mexicano no cree que estos controles 3D vayan a reemplazar a los comandos por voz, que apenas están empezando a volverse masivos.
"En un futuro –dice–, la casa va a volverse inteligente cuando mezcle todas estas tecnologías y no vas a depender de tu teléfono. A veces vas a usar el teléfono, a veces tu voz y a veces los gestos".