El lado criminal de la industria porno en California: 5 actrices atrapadas en una red de tráfico sexual
En noviembre de 2015, una joven comenzó una carrera en la multimillonaria industria de películas para adultos en el Valle de San Fernando, en el norte de Los Ángeles, California. Como se estila en el negocio del porno, ella usó un nombre artístico, ‘Shay’, y ocultó su verdadera identidad.
‘Shay’ creía que había iniciado con el pie derecho, firmando un contrato de exclusividad por cinco años con una de las principales agencias de talento del ramo, Los Angeles Direct Models. Su dueño Derek Hay le prometió fama y fortuna siendo estelar en películas eróticas con grandes productoras. Pero muy pronto se enteró que todo era un espejismo.
Al año siguiente, ‘Shay’ se había quedado sin dinero y dormía en las calles de Los Ángeles. Se acercó a Hay, quien lo único que hizo fue ponerla en o con “amigos” para que le dieran trabajo.
Esos “amigos” eran Karine Michmichian y Dwight Cunningham, propietarios de un negocio de acompañantes “de alto nivel” llamado The Luxury Companion (TLC), que en realidad era la fachada de una red de prostitución que reclutaba actrices porno, de acuerdo con una acusación de la Fiscalía General de California.
‘Shay’ pasó los siguientes tres años recibiendo mensajes de textos en los que le daban las direcciones de clientes adinerados que pagaban 1,200 dólares por tener relaciones sexuales con ella durante una hora. El acuerdo era que debía entregar una porción de esa tarifa, 300 dólares, a los dueños de TLC.
Esta joven dijo en una entrevista con Troy Holmes, un detective del Departamento de Justicia de California, que desde 2016 y hasta marzo o abril de 2018 se prostituyó al menos 100 veces con clientes de la agencia The Luxury Companion y mencionó que “no recordaba haber acudido a una cita programada por Cunningham en la que no realizó un acto sexual”.
Así las obligaban a prostituirse
Otras cuatro actrices porno contaron historias similares: que aceptaron estar en el catálogo sexual de TLC por dificultades económicas y luego la agencia de Hay redujo sus llamados para grabar películas eróticas con el fin de obligarlas a seguir haciendo “privados”, como le dicen en dicha industria a participar en la prostitución, una actividad que es ilegal en Estados Unidos.
La Fiscalía californiana anunció este martes que obtuvo una acusación formal por parte de un gran jurado contra Hay, Michmichian y Cunningham por operar un esquema de prostitución y explotación sexual a través de The Luxury Companion y Los Angeles Direct Models.
Durante la lectura de cargos de este lunes, los acusados se declararon inocentes.
Hace dos años los tres fueron acusados formalmente por 12 cargos, pero esta semana les agregaron otros hasta sumar un total de 20, incluyendo proxenetismo, conspiración, lavado de dinero y perjurio. Este caso fue interpuesto en la Corte Superior del condado de Los Ángeles.
El gran jurado ha determinado que existe evidencia suficiente para que ellos sean enjuiciados.
De acuerdo con expedientes judiciales, estos sospechosos organizaron cientos de encuentros íntimos entre actrices de la industria para adultos y clientes de TLC a cambio de miles de dólares.
Las fotos que esas mujeres se tomaron para la agencia de talento terminaron sin su consentimiento en la página de internet de TLC, con el propósito de exhibirlas para las “citas sexuales”, declararon ellas.
A una de estas mujeres le dijeron al reclutarla que le ayudarían para que actuara con un productor galardonado, quien catapultaría su carrera. Todo fue mentira. A otra víctima le exigieron que grabara más películas para adultos para así poder subir su tarifa en TLC.
Una red criminal en 'El Valle del Porno'
Este caso ha mostrado el lado oscuro de una industria que genera cientos de millones de dólares al año en el Valle de San Fernando, una región que también es conocida como ‘El Valle del Porno’ porque allí están establecidas alrededor de 200 productoras que se dedican a grabar contenido para adultos, más que ningún otro lugar de Estados Unidos.
El gobierno de California identifica a las cinco denunciantes por su nombre artístico.
‘Charlotte’ le dijo al detective Holmes que se había mudado a California en 2015 para dedicarse al entretenimiento para adultos. Grabó algunas películas durante un tiempo y tres años después empezó a trabajar en TLC para tener un ingreso adicional.
Tenía la misma tarifa: 1,200 dólares por hora. Solo podía cobrar más si el cliente pedía que se quedara toda la noche, no usaba preservativo o había pedidos sexuales explícitos. A los dueños de TLC les tenía que dar 300 dólares. El requisito era siempre estar atenta a los mensajes de texto y llamadas.
Esta joven narró que fue a dos “citas” en hoteles de Beverly Hills en 2017 y 2018. Afirmó que le llamaron “estúpida” porque no le cobró a un hombre antes de tener relaciones sexuales.
Ella firmó un contrato de cinco años con la agencia de Hay y en un momento los propietarios de TLC la presionaron “para que comenzara a grabar más películas porque ellos creían que ganaría más dinero como prostituta si aparecía en más películas de adultos”, indica el informe de Holmes.
Por su parte, ‘Sofi’ declaró que llegó a Los Ángeles en 2017 para ser una actriz porno y ese mismo año firmó un contrato en la agencia Los Angeles Direct Models. No tardó mucho en entrar al catálogo de TLC, donde le aconsejaron siempre traer preservativos y lubricante en el bolso, para estar preparada. Ella cobraba entre 900 y 1,600 dólares por hora, y participó en unos 20 encuentros sexuales.
En septiembre de 2017 tuvo un pleito con Hay y su agencia dejó de llamarla para grabar escenas eróticas. Fue para obligarla a que se prostituyera, de acuerdo con la Fiscalía estatal.
El periplo de
‘Andi’ y ‘Hadley’
Lo que cuenta ‘Andi’ es muy parecido: también firmó un contrato que pensaba era una gran oportunidad, pero dos meses después, en una sesión de fotos en North Hollywood, fue reclutada.
Con ella fueron más explícitos: le indicaron que debía tener relaciones sin protección cuando ellos le aseguraran que el cliente ya había sido “examinado” por enfermedades de transmisión sexual.
Según ‘Andi’, TLC le dio 15 citas sexuales a lo largo de un año. Era Michmichian quien le indicaba lo que tenía que hacer, como tener “sexo normal”, si debía participar en un trío sexual o no exigir preservativo. Cunningham, en tanto, le llamaba una vez cada semana para preguntarle cuál había sido su experiencia y para darle información sobre los hombres con los que se acostaba.
El mismo modus operandi fue descrito por ‘Hadley’, quien se volvió actriz porno en mayo de 2017. Ella se acercó a Hay, tras firmar un contrato de tres años, para decirle que “ocupaba dinero” y que estaba dispuesta a vender su cuerpo.
En junio de ese año la joven tuvo una reunión, en la cual la instrucción principal fue: cobra en efectivo antes del acto, ve al baño a contar el dinero y avisa a los encargados de TLC que el pago es correcto.
Las cinco mujeres aseguran que entregaban una porción de la paga a Michmichian y Cunningham en su casa en North Hollywood, por depósitos bancarios o transferencias por medio de la plataforma PayPal.
La Fiscalía asegura tener evidencia de todas esas transacciones, de entre 300 y 600 dólares.
La próxima audiencia para los tres acusados se programó para el 25 de abril.
Hasta ahora, los fiscales de California no han identificado a ningún cliente de TLC, quienes también habrían incurrido en un delito por solicitar sexo a cambio de dinero. Según lo que han declarado las víctimas, las autoridades tendrían sus nombres, domicilios y evidencia de los pagos que realizaron.