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Detroit, la capital del mal crédito en Estados Unidos

Dos tercios de los residentes en esa ciudad son considerados deudores de alto riesgo, lo que muestra lo mucho que debe seguir avanzando la ciudad para mejorar su economía.
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28 Oct 2016 – 11:27 AM EDT
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El panorama en las calles de Detroit ha mejorado, pero todavía sus índices de crédito muestran que la situación está lejos de ser perfecta. Crédito: Andrew Burton/Getty Images

Por estos días, una avalancha de buenas noticias llega desde Detroit. Luego de todo lo que ha sucedido ahí, sobrecoge leer sobre sus pujantes huertas urbanas y el ajetreo de la actividad empresarial que le está devolviendo a los residentes alguna esperanza de que este olvidado titán industrial, tras salir de la bancarrota en 2015, pueda aún levantarse. Los valores de las casas están subiendo, el desempleo ha ido mermando poco a poco, por no hablar de otros síntomas alentadores de un crecimiento económico.

Pero un nuevo informe del Urban Institute viene a ser un sensato recordatorio de cuán herida financieramente está aún Detroit: dos tercios de su población tienen un crédito considerado de alto riesgo (o no tienen puntaje de crédito).

Los investigadores revisaron datos de Experian, una de las tres oficinas crediticias que compilan índices de créditos individuales. Estos puntajes son utilizados por bancos y otras instituciones con la finalidad de tomar decisiones de préstamos a potenciales solicitantes.

Aquellos con bajo puntaje, o con el llamado crédito subprime, se enfrentan a mayores tasas de interés y a términos más rigurosos cada vez que piden préstamos. El número de residentes en Detroit, agrupados como deudores de alto riesgo, es extremadamente notable: más de dos veces el promedio nacional y mucho peor que sus camaradas de la región del Cinturón de Óxido (como Cleveland, Buffalo, Milwaukee e Indianápolis).

Solo un 21% de los habitantes de Detroit tiene créditos clasificados prime o mejores (la ciudad que le sigue es Indianápolis, con cerca de un 39%). Y sobre un 68% de los residentes locales pesa lo que llaman deuda incumplida, una cifra que representa casi el doble del promedio para el país (35%). “Esa es una estadística muy chocante”, señala Diana Elliott, investigadora asociada del Urban Institute (UI) y coautora del estudio. “Lo que pone en primer plano este informe es que los residentes de Detroit están ciertamente en una clara posición de desventaja”.

Estas no son buenas noticias, aunque tal vez no sorprendan, para aquellos que pregonan el resurgimiento largamente esperado de la Motor City, dado que el deplorable estado de su crédito hace parte de la nefasta constelación de otros problemas financieros que también acusa la ciudad, desde la incapacidad de financiar el hogar o la compra de un auto, hasta la vulnerabilidad de cara a la depredadora industria de servicios financieros. Sin a los bancos tradicionales o a las cooperativas de crédito, los prestatarios de alto riesgo a menudo recurren a operaciones de préstamos en los días de pagos, a estafadores de titularidad , a la renta de equipos con opción de compra, y también a otros negocios que han encontrado un modo de enriquecimiento sacando partido de la pobreza urbana.

¿Por qué Detroit? Elliott acota que la ciudad fue particularmente golpeada por la crisis inmobiliaria de 2008, muy asociada a los paquetes de préstamos subprime. Pero su paupérrima salud financiera es en realidad el resultado de décadas de pérdidas de empleos, falta de inversión, y decrecimiento poblacional. “Quienes tenían mayor holgura financiera, se largaron de la ciudad, muchos a la zona metropolitana más grande”, sostiene Elliott. De hecho, el área del Gran Detroit está en mucha mejor forma, en cuanto a crédito: nótese cuánto más saludable, financieramente hablando, es el resto del Área Estadística Metropolitana (MSA, por sus siglas en Inglés), comparada con Detroit: un 61% del resto de los residentes del MSA disponen de crédito prime, o de, incluso, uno mejor.

Urban Institute/Experia


Detroit, a su vez, tiene algunas características que hace especialmente difícil, para sus residentes de bajos ingresos, el recuperarse hasta alcanzar estabilidad financiera. Se trata de una ciudad inmensa, bien diseminada, con un sistema de transporte público pobre, por lo que un automóvil es esencial para encontrar empleo y mantenerlo. Los automóviles representan un gasto enorme para los trabajadores más necesitados, y muchos se hunden más allá de la deuda con tal de financiarlos. “La gente trata de hacer lo correcto: están tratando de hallar trabajo. Pero sus opciones fiscales son muy limitadas”, añade Elliott.

El informe destaca diversas maneras de abordar el problema. Citemos las iniciativas de desarrollo de la fuerza de trabajo promovidas por el alcalde de la ciudad y un prometedor programa de la organización National League of Cities, llamado Local Interventions for Financial Empowerment through Utility Payments (Intervenciones Locales para el Empoderamiento Financiero por medio de los Pagos de las Utilidades) o LIFT-UP, el cual ayuda a los hogares a pagar deudas de servicios públicos y ofrece asesoría financiera gratis.

Pero la urbe tiene un largo trecho por recorrer en su viaje de regreso desde el abismo económico. Uno necesita solo echar un vistazo al este, a Pittsburgh, para ver cuán dramáticamente ha cambiado la suerte de estos dos grandes pueblos industriales, en décadas recientes: un 63% de los residentes de Pittsburgh gozan de créditos clasificados como prime, o mejores, muy por encima del promedio a nivel nacional (55%). Esto no es más que un reflejo del éxito que tuvo la ciudad reinventándose a sí misma, como una economía de servicios ex-dependiente del acero.

Ahora bien, el correlato de esa transformación, para el caso de Detroit, si es que la transformación ocurre, depende de que haya residentes fiscalmente aptos para participar de la economía local nuevamente. Eso, la verdad sea dicha, no está ocurriendo todavía. “La salud financiera de las ciudades y de sus residentes”, indica Elliott, “es un todo en sí mismo”.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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