Abogado de los detenidos en día de la toma de posesión dice que la Policía está interviniendo sus celulares
El viernes 20 de enero miles de manifestantes se tomaron las calles de Washington DC, en medio de las festividades de la toma de posesión de Donald Trump. Una pequeña fracción de ellos dañó propiedad privada y lanzó proyectiles contra la policía, quienes respondieron con bombas de ruido, gas lacrimógeno y spray pimienta. Sin embargo, de acuerdo a información recabada por CityLab, la mayoría de los 230 arrestados –que incluyeron observadores legales, periodistas y doctores– no participaron en actividades violentas, sino que fueron capturados solo por estar cerca.
Luego de un día en prisión, la mayoría de estos individuos fueron acusados por el delito de disturbios y fueron dejados en libertad, de acuerdo a Jeffrey Light, abogado de muchos de los arrestados. Pero ninguno de ellos ha recibido de vuelta sus teléfonos, ya que el Departamento Metropolitano de Policía de DC dice que está manteniéndolos como evidencia cuando se realicen las audiencias judiciales correspondientes, según explicó Light.
Una captura de pantalla entregada por Light a CityLab sugiere que la policía comenzó a buscar datos e información en los celulares capturados casi inmediatamente luego de los arrestos. La imagen de la cuenta de Gmail de uno de los defendidos de Light, que en el momento tenía claras identificaciones de ser médico, muestra actividad que sucedió en el teléfono a las 4:15 pm, el 21 de enero, justo después de que los policías lo tomaran:

Light dice que la decisión de la policía de quedarse con los teléfonos de los arrestados es problemática, especialmente dado a que muchos de ellos no fueron parte de las protestas. “No es como si ellos hubieran visto a alguien específicamente filmando algo, lo que sería bueno tener como evidencia”, dice Light. “Ellos simplemente tomaron los teléfonos de todos, lo que preocupa especialmente porque aquí hay periodistas y abogados entre la multitud, quienes tienen el producto de su trabajo en los teléfonos”.
No está claro cómo la policía buscará en la información de estos móviles y qué podrían extraer al hacer esto. Si las autoridades federales, como el FBI, son llamados a apoyar en este proceso tomándolo como un caso federal, podrían utilizar sistemas de extracción controversiales, los que pueden ‘crackear’ teléfonos y recolectar cantidades enormes de datos, incluyendo información de las llamadas realizadas, emails, mensajes en redes sociales, información sobre ubicación geográfica e incluso mensajes y fotos borradas. Estos aparatos, y el software que utilizan, podrían luego analizar las redes sociales de los s, los lugares donde han estado y la comunicación en general, haciendo vulnerables a futuros monitoreos a las fuentes de los periodistas, los clientes de los abogados y a los activistas anti Trump.
Para buscar en celulares bloqueados, la policía necesita una orden de cateo, a no ser que puedan probar que están en circunstancias de emergencia, de acuerdo a Chris Conley, analista de la organización de derechos civiles ACLU en el Norte de California. Por su parte, Light dice que no ha sido informado de órdenes de cateo por parte de la Policía de DC, pero uno de los individuos arrestados el 20 de enero (que prefiere mantenerse anónimo) le dijo a CityLab que escuchó a los agentes diciendo que habían obtenido una orden mientras ellos estaban detenidos.
Rachel Reed, vocera del Departamento Metropolitano de Policía de DC, declinó entregar información a CityLab sobre si los teléfonos habían sido “alterados”, como ella dijo. Reed también dijo que no podía confirmar si la policía había conseguido una orden de cateo para extraer datos de los móviles y que eso correspondía a las cortes de justicia.
En Twitter, Alex Abdo, un ex abogado de ACLU y actual miembro del Instituto Knight de la Primera Enmienda, especuló que quizás “la aplicación de correo podía haber estado haciendo un chequeo de rutina”. Es difícil confirmar si esta actividad en la cuenta se debió a actividad humana o una simple actualización del teléfono, pero Light dice que la policía se ha quedado con teléfonos y cámaras como “evidencia”, lo que sugiere que quieren extraer datos de ellos.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.