Otra cosa más que Puerto Rico necesita urgentemente: abogados y apoyo jurídico

En este momento los millones de víctimas del Huracán María en Puerto Rico y en las Islas Vírgenes de EEUU están centrados en encontrar agua, comida, electricidad y servicio móvil que funcione. Pero dentro de poco muchos estarán buscando otro servicio en grandes cantidades: abogados.
Más de treinta residentes de las Islas Vírgenes de EEUU ya han hecho llamadas desesperadas a los abogados en el continente pidiendo ayuda, por ejemplo, porque los dueños de sus propiedades los han amenazado con el desalojo, según explica Jonathan Rhodes, director ejecutivo del Louisiana Civil Justice Center (Centro de Justicia Civil de Louisiana). Algunos de estos departamentos tal vez ni siquiera sean habitables.
“Esa es la emergencia”, dice Rhodes. “Frenéticamente tenemos que encontrar abogados que vivan en las Islas Vírgenes —quienes están tratando ellos mismos de reparar sus casas y oficinas y comunidades— y pedirles que intervengan y que ayuden a estas personas”.
El Centro de Justicia Civil de Louisiana, único centro de ayuda legal permanente del país que está centrado en desastres, está apoyando como punto principal de o legal de emergencia para los territorios estadounidenses. El centro se está preparando para recibir una oleada de llamadas de residentes que buscan asesoría legal sobre múltiples temas, desde la ley familiar hasta las protecciones para consumidores.
Esta organización fue inaugurada como una línea directa de respuesta ante desastres después de Huracán Katrina. El Colegio Estadounidense de Abogados y la Asociación Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) tienen un acuerdo en cada estado que produce una línea legal de emergencia cada vez que se presente un desastre. Louisiana simplemente nunca puso fin a su servicio: la organización sigue manteniendo su línea directa para Katrina, la cual ahora se esfuerza por expandir el a la justica a la población de bajos ingresos en todo el estado.
Los servicios legales que más necesitan las victimas de huracanes encajan en unas cuantas categorías, según Rhodes. La ley familiar es una categoría importante: los desastres naturales pueden causar gran tensión en cuanto a los acuerdos de custodia de los niños, por ejemplo, particularmente cuando uno de los padres se ve obligado a buscar refugio fuera del estado. Los casos de violencia doméstica también pueden brotar después de los desastres.
Las leyes de vivienda también son una preocupación primordial. Algunos sobrevivientes tienen que lidiar con propietarios inescrupulosos que se aprovechan de la tragedia como una oportunidad para desalojar a sus inquilinos. El proceso legal de ejecuciones hipotecarias y la cobranza de deudas son preocupaciones que surgen poco después de un desastre, al igual que los beneficios públicos y las reclamaciones en cuanto al empleo. A medida que las comunidades pasan a la etapa de recuperación, los residentes necesitan abogados para ayudarles a lidiar con las compañías de seguros y los contratistas. Muchos sobrevivientes de huracanes —particularmente los residentes mayores— pueden ser victimizados por el fraude.
“La población pobre es diariamente vulnerable”, dice Rhodes. “A mí no me gusta decirlo, pero [debido a su pobreza] veo a cualquier estado como Louisiana como si estuviera en [condiciones de] un desastre todos los días”.
La cantidad de estadounidenses que ahora necesitan ayuda legal quizás no tenga precedentes. Después de que Baton Rouge experimentó inundaciones en años recientes, unos 100,000 residentes fueron desplazados y el Centro de Justicia Civil de Louisiana recibió miles de llamadas. En Puerto Rico la mayoría de los 3.4 millones de ciudadanos están luchando por encontrar agua limpia para beber. El personal “pequeño, pero fuerte” de cuatro abogados del Centro —junto con las tres personas que forman parte de su personal profesional a tiempo parcial— no pueden contestar la misma cantidad de llamadas que probablemente recibirán.
“A diario conversamos con personas sobre el terreno en Puerto Rico, nuestros homólogos de ayuda legal allá”, dice Rhodes. “Estaban diciendo: ‘ si recibes una llamada de Puerto Rico, tienes que entender las dificultades que pasó esa persona para hacer esa llamada. Tuvo que encontrar un lugar para hacer la llamada en donde podía obtener servicio celular, lo cual significa que probablemente tuvo que conducir hasta allá. Lo cual significa que tuvo que obtener gasolina. Lo cual significa que tuvo que esperar en fila por lo menos 11 ó 12 horas por la gasolina. Para hacer esa sola llamada se requiere un esfuerzo hercúleo”.
Las comunidades que fueron devastadas por las tormentas destructivas de esta temporada quizás estarán lidiando con problemas legales durante los próximos años. Rhodes dice que recientemente visitó la oficina de un abogado en Nueva Orleans que acaba de llegar a un acuerdo con respecto a un caso relacionado con Katrina. Antes de que los huracanes recientes azotaran a EEUU y al Caribe, Louisiana ya estaba lidiando con cuatro de sus propios desastres anteriores —ningunos relacionados con los ciclones recientes—, los cuales abarcaron desde inundaciones hasta tornados; Rhodes dice que el centro recibe 30,000 solicitudes al año de los residentes más vulnerables de Louisiana.
En este momento el Centro de Justicia Civil de Louisiana y el Colegio Estadounidense de Abogados están tratando de reclutar a los abogados que tengan licencia para ejercer derecho en Puerto Rico o en las Islas Vírgenes Estadounidenses a ver si se pueden ofrecer para asumir casos. Cuando las personas llaman a la línea directa, el centro registrará su caso y anotará sus datos de o y entonces los derivará a un abogado. Según dice Rhodes, no es una situación ideal debido al tema de las comunicaciones. Más adelante las asociaciones legales de las islas tendrán que agregar abogados a su personal que tengan la pericia para lidiar con FEMA y el Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones.
Luego de cualquier desastre natural, las familias que son vulnerables a nivel financiero corren los riesgos más grandes. Dado la magnitud de la devastación en los territorios estadounidenses, la demanda para recibir protecciones legales y las consecuencias del fallo de la justicia serán profundas. Esas llamadas sólo están empezando a entrar.
“En este momento no estamos abrumados, pero es así sólo porque Puerto Rico no nos puede llamar”, dice Rhodes.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.