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Qué decirle a un policía si te pide que no lo grabes

Expertos y activistas te explican paso a paso tus derechos y las precauciones que debes tener.
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12 Jul 2016 – 10:18 AM EDT
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En primer lugar, ni siquiera deberían pedirlo.

"Como principio básico, no podemos decirle a nadie que no filme", dice Delroy Burton, presidente del sindicato de la Policía Metropolitana de Washington DC y un veterano con 21 años de servicio. "Si usted está parado al otro lado de la calle filmando, y yo estoy en un lugar público, realizando mis funciones públicas, [entonces] me pueden grabar, y no hay nada que el oficial de policía pueda hacer legalmente para impedir la filmación".

"A lo que usted no tiene derecho es a interferir", explica. "Grabe a distancia, permanezca fuera de la escena, y el oficial no tiene derecho a venir a tomar su cámara o confiscarla".

Los oficiales tienen derecho a decirle que deje de interferir en su trabajo, especifica Burton, pero no tienen derecho a destruir la grabación.

Sin embargo, aún algunos oficiales lo hacen. Un video aficionado tomado en abril del año 2015 parecía mostrar a un alguacil estadounidense confiscando y destruyendo la cámara de una mujer mientras ella lo filmaba.

"La fotografía es una forma de poder, y la gente se rehusa a soltar el poder, incluyendo los oficiales de policía. Es una lucha de poder donde el ciudadano está protegido por la ley, pero, debido a que precisamente es una lucha de poder, a veces eso no es suficiente", dice Jay Stanley, analista principal de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).

Stanley escribió la guía 'Conozca sus derechos' de la ACLU para los fotógrafos, la cual establece en términos claros las protecciones legales que se les garantizan a las personas que graban en público. Entre éstas se encuentran las siguientes: los fotógrafos pueden tomar fotos de cualquier cosa a plena vista desde los espacios públicos, incluyendo a funcionarios públicos, pero los propietarios de tierras privadas pueden establecer reglas para la fotografía en sus propiedades. Los policías tampoco pueden "confiscar o exigir ver" audio o video sin una orden judicial, y jamás pueden borrar las imágenes.

La guía de la ACLU advierte que "los agentes de policía pueden legítimamente pedirles a los ciudadanos cesar las actividades que verdaderamente interfieren con las operaciones de las fuerzas del orden".

¿Qué pasaría si eso sucede, y usted no está de acuerdo con el policía?

"Si fuera yo, y un agente se acercara y dijera: 'Es necesario que apague esa cámara, señor,' yo haría lo posible por recordarle al oficial con firmeza, aunque siempre con calma y educación, mis derechos sin dejar de grabar la interacción, y sin apagar la cámara", explica Stanley.

"En la mayoría de los casos, un agente sólo está tratando de intimidarlo, y de evitar que filme. Una vez que le aclare al oficial que usted sabe cuáles son sus derechos y que no tiene intención de dejarse intimidar, creo que, en la gran mayoría de las situaciones, el oficial desistirá", dice.

Daniel Sánchez recomienda una táctica ligeramente diferente. Sánchez es un organizador de Copwatch in the Bronx, un programa organizado por un grupo de defensa local llamado el Comité de Justicia, el cual filma las actividades de los oficiales en los barrios de bajos ingresos. " Entrenamos a voluntarios para responder con calma: 'simplemente estoy ejerciendo mi derecho protegido por la Constitución a documentar la actividad policial'", detalla.

La mayoría de los oficiales, dice Sánchez, ahora saben que los espectadores tienen el derecho legal de grabar a la policía. Ahora, en lugar de escuchar alegatos de que no pueden filmar, dice que los voluntarios de CopWatch son acusados de interferir con la actividad policial.

"Lo que oímos es: no se puede filmar aquí, es necesario que se retire", comenta.

Momento en el que, dice Sánchez, el voluntario obedece dando un paso hacia atrás.

"El ‘juego del paso hacia atrás’, así lo llamo. ‘Ya di un paso hacia atrás, oficial, estoy retrocediendo, mire, voy a dar otro paso hacia atrás'", dice Sánchez.

El objetivo es cumplir, de forma estrictamente legal, con las acciones del oficial mientras que a la vez se mantiene el derecho a filmar. A pesar de que los espectadores deben alegar inicialmente la legalidad, cada situación es distinta, coinciden Sánchez y Stanley.

"Cada incidente es una situación única, y depende de la naturaleza de los oficiales de policía con los que se está tratando", dice Sánchez. "Podemos darle a la gente directrices y sugerencias, pero al final la gente necesita tomar sus propias decisiones".

"Si usted está enfrentando a un agente de policía agresivo, está en una situación peligrosa. los agentes de policía tienen mucho poder y hay que juzgar la importancia de lo que está haciendo, y el riesgo que está dispuesto a tomar, ante su propio sentido de la justicia", dice Stanley.

La guía de la ACLU de Stanley señala una pregunta que aquellos que han sido detenidos por tomar fotos o videos pueden realizar a un oficial:

Si se le detuvo por fotografiar, la pregunta correcta es: '¿Soy libre de irme?' Si el oficial dice que no, entonces usted está arrestado, algo que en virtud de la ley un oficial no puede hacer sin una sospecha razonable de que usted ha cometido o está a punto de cometer un delito o está en el proceso de hacerlo. Hasta que usted pregunta si se puede ir, su detención se considera voluntaria bajo la ley y es legal.

En muchas situaciones en las que ya no se está grabando a los agentes, dice Sánchez, la grabación puede cambiar las relaciones entre el oficial y el espectador.

"He visto incidentes donde están regañando verbalmente a un miembro de la comunidad y cuando nosotros llegamos toda la escena cambia", explica. Pero también duda de que las cámaras corporales usadas por la policía cambiarán la conducta de los oficiales.

Mientras tanto, Burton afirma que en Washington y en otras ciudades de alta seguridad, los agentes ya asumen que están siendo filmados.

"En el Distrito de Columbia, y en lugares como Boston, donde hay tantas cámaras en lugares públicos, no hay casi ningún sitio donde se pueda ir sin ser grabado. Así que les decimos a nuestros oficiales que así se deben comportar todo el tiempo, como si siempre los estuvieran grabando".


Este artículo apareció originalmente en inglés en The Atlantic.

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