Policía de Nicaragua reprime violentamente una protesta opositora y detiene a más de 100 manifestantes
La Policía de presos políticos. Los oficiales arremetieron con golpes, bombas lacrimógenas y balas.
La marcha fue convocada por la Unión Nacional Azul y Blanco (UNAB), instancia que aglutina a diferentes expresiones sociales. Los ciudadanos llegaron a las dos de la tarde a la Rotonda de Centroamérica, uno de las principales arterias viales de Managua. De inmediato, un enorme despliegue policial rodeó la zona.
Los oficiales primero centraron su ataque en contra de los medios de comunicación que habían llegado a dar cobertura. Los disturbios despuntaron con la detención de la ciudadana Elida de Jesús Corea, quien se encuentra desaparecida, según confirmaron sus familiares a Univision Noticias.
El corresponsal de la agencia AFP, Luis Sequeira, grababa el arresto de la mujer cuando fue golpeado por oficiales. También le destruyeron y robaron la cámara. El Diario La Prensa, el principal de Nicaragua, denunció que su periodista Cinthya Torrez también fue agredida y asaltada por los policías.
El grupo de periodistas y corresponsales extranjeros fue rodeado con violencia por la Policía Nacional, que los obligó a replegarse en el parqueo de un banco aledaño a la zona de los incidentes. Teniendo controlados a los reporteros, la policía dobló su número de efectivos y comenzó a detener masivamente a los manifestantes.
Más de 100 detenidos
A última hora de la tarde, la policía de Nicaragua emitió un comunicado en el que informó que había detenido a 107 personas que serían puestas en libertad por las "gestiones" realizadas con el nuncio vaticano, la procuradora de Derechos Humanos y la Comisión de Justicia y Paz, estos dos últimos órganos en manos del oficialismo.
Aunque por el momento se desconoce la lista completa de detenidos, entre ellos hay figuras reconocidas como la periodista y socióloga Sofía Montenegro, el exministro de Educación Humberto Belli o dirigente del disidente Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), Ana Vigil, la exguerrillera sandinista Mónica Baltodano, la abogada y feminista Sandra Ramos, así como negociadores de a Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, el grupo opositor que mantiene negociaciones políticas con el gobierno de Ortega actualmente.
La Policía Nacional negó el permiso para la manifestación este viernes, tal cual lo ha venido haciendo desde septiembre de 2018, cuando ilegalizó las protestas ciudadanas para neutralizar el descontento popular contra el gobierno de Daniel Ortega originado hace once meses, fecha en la que inició la aguda crisis sociopolítica.
Sin embargo, la UNAB y otros sectores sociales desafiaron la orden policial y se volcaron a las calles. Los ciudadanos salieron a marchar animados por la excarcelación de 50 presos políticos este viernes para quienes reclamaron en la calle libertad absoluta.
El gobierno de Ortega aceptó excarcelar a 50 reos de conciencia bajo el paraguas de la negociación sostenida con la Alianza Cívica. Sin embargo, los opositores reclamaron que la excarcelación de medio centenar de presos políticos “era una burla” tomando en cuenta que son más de 760 personas las detenidas desde abril de 2018.
Con esa bandera, la UNAB, la Alianza Cívica y decena de ciudadanos salieron a manifestarse. Pero poco tiempo después, las tropas de la Dirección de Operaciones Especiales y antimotines de la policía del gobierno arremetieron de forma frontal.
La policía también mantuvo a 66 personas rodeadas en una tienda de conveniencia en una gasolinera cercana al sitio donde se originaron los disturbios. En los centros comerciales Metrocentro y Plaza Centroamérica había centenas de personas cercadas, quienes pidieron a la iglesia católica mediación para poder salir.
En el centro comercial Metrocentro se reportó un herido. Se trata de un hombre que pidió no revelar su identidad. Los oficiales lo golpearon con la culata de un AK-47 en la cabeza cuando impidió que apresaran a su mamá, según relató a Univision Noticias.
Una hora después de iniciada la represión, medios de comunicación y ciudadanos reportaron que los antimotines comenzaron a abrir fuego contra ellos, algo que ya ha sucedido durante las protestas ciudadanas de 2018, cuyo saldo fatal hasta la fecha es de 325 muertos, de acuerdo al recuento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Tanto la CIDH como el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (OACNUDH) condenaron la represión en Managua. “El Estado debe cesar ataque a periodistas y manifestantes que se expresaban hoy pacíficamente por la liberación de presos políticos, y debe dar información sobre detenidos y heridos”, expresó el organismo interamericano.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), cuya directora, la veterana abogada Vilma Núñez de Escorcia fue cercada por la policía esta tarde, condenó el “despliegue policial fuertemente armado” que “violentó el artículo 54 de la Constitución Política” que establece el derecho de concentración y manifestación pacifica.
Desde septiembre de 2018, Nicaragua no veía estas escenas de protestas reprimidas con nivel tal de fuerza. La policía realizaba redadas selectivas, pero este sábado la ciudadanía volvió a las calles y también regresó la represión de los antimotines a plena luz del día.
“Es lamentable cómo se puso en riesgo la vida de los comunicadores. Vimos con horror el actuar brutal de oficiales de la policía en contra de los profesionales de la comunicación”, dijo Pablo Cuevas, de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (DH).
Muchos de los ciudadanos presentes en la protesta reclamaron a la Alianza Cívica levantarse del diálogo con el gobierno, ya que no ha mostrado “voluntad política real para respetar las libertades”, dijo Violeta Granera del Frente Amplio por la Democracia.
Al final de la tarde, la embajada de Estados Unidos en Managua se pronunció sobre la jornada violenta. “El Gobierno de Estados Unidos manifiesta su preocupación por informes de violencia policial ejercida hoy contra manifestantes. Llamamos a autoridades nicaragüenses a cesar uso de fuerza excesiva contra manifestantes pacíficos y periodistas que ejercen su derecho a libre expresión y de prensa”.
El nuncio apostólico en Managua, Waldemar Stanislaw Sommertag, tuvo que mediar entre los manifestantes y la policía para cesar con los disturbios. Los de la Alianza Cívica lograron salir de la tienda de conveniencia donde estaban retenidos y se trasladaron al centro comercial Metrocentro a tratar de sacar a los manifestantes atrapados en camionetas. José Pallais, miembro de la Alianza Cívica, confirmó que ellos acudieron al lugar a pedido del religioso.
A la escena también se presentó el comisionado policial Fernando Borge, quien le recomendó a los ciudadanos salir.
Los manifestantes desconfiaron de las palabras de Borge y le pidieron a Pallais que retiraran de los alrededores de Metrocentro a los “paramilitares” que los asediaban. Durante la jornada violenta, civiles también realizaron detenciones junto a los oficiales. La tarde se acaba en Managua, y el ambiente convulso y la militarización se mantiene.