"De capitán para abajo, la situación es crítica": los militares venezolanos que desertan también huyen del hambre y la corrupción
CÚCUTA, Colombia.- El fin de semana pasado, el teniente Pérez (nombre ficticio para proteger su identidad) vigilaba un puente fronterizo con Colombia junto con cientos de sus compañeros para asegurarse de que por ahí no entraran los camiones de ayuda humanitaria que la oposición venezolana trataba de ingresar al país. Pero alrededor del mediodía, el teniente, quien por motivos de seguridad prefiere que no se difunda su verdadero nombre, dejó su fusil y marchó apresuradamente por una trocha hacia Cúcuta, cruzando un rio angosto que divide a ambos países.
“Ya tenía varios compañeros que me estaban enviando mensajes por WhatsApp para que cruzara”, recuerda este teniente del ejército, quien ahora se refugia en un hotel de la ciudad colombiana de Cúcuta. “En la mañana nos enteramos que un compañero de la Guardia (Nacional) había cruzado. Y eso también nos animó”.
El sábado 23 de febrero, junto con 15 compañeros de su pelotón, asentado cerca del Puente Internacional Tienditas, cruzó hacia Colombia para abandonar al régimen de Nicolás Maduro, caminando por trochas aledañas al cruce en grupos de a dos.
Pérez asegura que él y sus compañeros están dejando una fuerza armada “politiquera” cuya moral ha sido diezmada por la corrupción de sus líderes. Pero también se han visto forzados a abandonar su país para escapar de sueldos pírricos de unos $20 al mes, que tienen a muchos soldados al borde de la miseria.“La situación de los militares, de capitán para abajo es crítica”, afirma el teniente, cuya esposa e hija de tres años aún están en Venezuela. “Hay hambre, hay desespero y a uno le preocupa su familia”, afirma.
Según las autoridades migratorias de Colombia, más de 500 militares y policías venezolanos han ingresado a este país desde el sábado pasado, solicitando refugio. Las deserciones reflejan un creciente descontento en la tropa venezolana con el liderazgo de Nicolas Maduro y con la situación económica del país. Pero no han sido suficientes para forzar un cambio político en Venezuela, donde Maduro se niega a celebrar nuevas elecciones y sigue contando con el apoyo de la cúpula militar.
"Muchos tenemos miedo"
Henri Zambrano, un teniente primero del estado fronterizo de Táchira que también desertó el sábado asegura que la mayoría de los militares que han huido son de bajos rangos, incluyendo tenientes, sargentos y soldados rasos, pues los coroneles y generales no experimentan las mismas necesidades que el resto de la tropa.
Pero Zambrano afirma que muchos desertores tienen esperanzas de volver a Venezuela y algunos estan dispuestos a colaborar con una eventual operación militar en contra de Maduro, si este se niega a negociar una salida pacifica del poder: “El escenario que más me gustaría es que estos líderes que están actuando sin conciencia se vayan y den su brazo a torcer”, dice Zambrano, que aún conserva su uniforme del ejército. “Pero si se debe tomar alguna acción, la debemos tomar nosotros, los militares venezolanos.”
Los soldados venezolanos en Colombia han sido despojados de sus armas y están alojados en hoteles y refugios custodiados por militares colombianos. Muchos se rehúsan a hablar con medios de comunicacion. Temen que, si revelan su identidad, podría haber represalias contra sus familiares que siguen en Venezuela, donde el gobierno ya los ha tildado de traidores y golpistas. También temen ataques de los grupos paramilitares chavistas conocidos como colectivos.
“Muchos de los que estamos acá tenemos miedo", dice el teniente Pérez, quien comparte habitación con cuatro desertores más. “Acá hay gente con información de estado, gente que le ha quitado drogas a carteles y es posible que nos quieran eliminar", apunta.
"Yo no estudie para ser el guardian de una cúpula”
En Venezuela, mientras tanto, el Ministerio de Defensa ha desestimado el impacto de las deserciones, diciendo que no afectan a sus operaciones.
En declaraciones al canal estatal Telesur, el comandante de las fuerzas armadas venezolanas, el general Vladimir Padrino López reconoció que al menos 100 soldados han desertado y les acusó, sin ofrecer pruebas, de tomar pagos de hasta 20,000 dólares por cruzar a Colombia: “Podrán irse los que quieran”, dijo Padrino López. "Pero acá, en las fuerzas armadas hay unidad, hay cohesion y hay patriotismo".
Los desertores que han llegado a Colombia niegan rotundamente haber recibido pagos. Y algunos dicen que la corrupción dentro de las fuerzas armadas venezolanas es otro de los factores que los ha impulsado a abandonar el país.
El teniente Zambrano alega que su carrera de 15 años en el ejército se ha visto frustrada por sus esfuerzos de denunciar a un coronel que, según él, robaba fondos destinados a la alimentación de las tropas.
Por su parte, el teniente Pérez dice que en Venezuela se les obligaba a él y otros soldados a asistir manifestaciones oficialistas vestido de civil para “hacer relleno” y dar la impresión ante las cámaras de que las marchas oficialistas estaban repletas de gente. “Yo no estudié para ser el guardián de una cúpula o de una ideología”, dice Pérez, de 23 años.
El teniente reconoce que su futuro ahora es incierto y está esperando orientación de los líderes de oposición venezolanos y de las entidades que le están ayudando a conseguir asilo en Colombia. Estima que muchos mas compañeros suyos vendrán a Colombia a medida de que encuentren la forma de evadir controles fronterizos y sacar a sus familias del país.
Pero, en su opinión, no habrá un cambio en Venezuela hasta que aparezca un líder capaz de organizar a las tropas en contra de Maduro y los altos mandos que aun están de su lado. “Se necesita un levantamiento militar encaminado por un líder” dice. “Muchos de los compañeros estamos esperando eso".
