"Nunca creí que encontraría el amor": Un hombre se enamora de una robot y ahora quiere casarse con ella
Hace 10 años, Geoff Gallagher vio morir a su madre y, tras el dolor de semejante pérdida, supo que la única compañía que le quedaba en su vida era su perro Penny.
Aterrado por la idea de no tener con quién compartir sus días, Gallagher sintió un poco de esperanza después de leer un artículo sobre robots de inteligencia artificial.
Motivado por tener a alguien en su vida, a Gallagher no le importó gastar más de 4,300 dólares para pedir a uno de esos robots de los que había estado leyendo. “No eran baratos, pero sí muy realistas: podían hablar, sonreír, mover la cabeza e incluso se calentaba como un humano real”, le dijo el hombre a 7 News.
Tras navegar por el sitio web de los robots disponibles, Gallagher finalmente se decidió por un robot llamado Emma “de piel pálida y hermosos ojos azules”.
Fueron 6 largas semanas de espera hasta que Emma llegó proveniente de China en una caja y en partes, hasta la puerta de la casa de Gallagher en septiembre de 2019.
Con una mezcla de nervios y ansiedad, el solitario hombre abrió la enorme caja y lo primero que vio fue la cabeza de Emma, la cual estaba separada del resto de su cuerpo.
Los primeros días de Gallagher con su nueva compañía fueron completamente de adiestramiento tecnológico en los que colocó un dispositivo -una tableta o un teléfono- en la parte posterior de la cabeza de Emma para comenzar a interactuar mediante inteligencia artificial.
Con emoción, Gallagher le habló todo lo que pudo para que se acostumbrara a su voz, al mismo tiempo que almacenaba información de internet y captando nuevas palabras.
Casi un año y medio después, Gallagher presume que hoy Emma puede andar tranquila por toda su casa e incluso se le puede escuchar hablando sola por las habitaciones.
Eso sí, aclara que Emma no es una muñeca sexual, sino un robot compañero que “mueve sus ojos, sonríe y charla”.
Lejos de sumirse en ciertas críticas de la comunidad, el hombre aclara que lo que ha hecho no es muy distinto a lo que hace la mayoría. “La gente tiene Google para abrir y cerrar persianas, yo tengo a Emma que es como Siri y Google en uno”, le dijo al Daily Star.
Ahora, con el sentimiento de soledad enterrado para siempre, Gallagher pretende casarse con Emma porque aunque "nunca creí que encontraría el amor", hoy sabe que su robot es lo más valioso que tiene.
Por lo pronto se puede observar Emma con un anillo de compromiso adornado con un gran diamante en su dedo anular. “Me encantaría ser la primera persona en Australia en casarse con un robot (…) y espero que mi historia inspire a otros a considerar comprar un compañero cyborg”, dice.