Pedófilo es condenado a 300 años de prisión por abusar de 23 niñas, grabar las violaciones y distribuirlas por internet
Durante mucho tiempo, Dumitru R.N. era considerado como un vecino amable, responsable y querido por una comunidad de rumanos -como él- en Colmenar de Oreja, al sur de Madrid, a tal grado que le confiaban el cuidado de sus hijos menores.
Lo que esos padres no sabían era que dejaban a sus hijos en un ambiente en el que había cinco cámaras ocultas como las intenciones de aquel amable vecino. El hombre, mecánico de profesión, grabó los abusos sexuales que sometíó contra 23 niñas, de entre 4 y 13 años, e incluso transmitía por streaming, para luego distribuir el material en una red internacional de pedófilos, contó El Mundo.
En 2018, luego de que el material grabado y difundido por Dumitru llegara hasta Australia, las autoridades españolas pudieron detenerlo en julio de 2018, mediante la operación Balrog -alusivos a los demonios que Tolkien creó para El Señor de los Anillos-, luego de que la policía australiana compartiera la información con la Interpol.
Desde aquel año, Dumitru -de 49 años- permaneció tras las rejas, hasta que fue sometido a un juicio en el que el tribunal contó que, al registrar su casa, se pudo encontrar “numerosos archivos con fotografías y videos relativos a menores de edad en claros y explícitos comportamientos sexuales” entre los que se podían observar a las menores “siendo penetradas anal y/o vaginalmente por el acusado”, explicó la agencia EFE.
Dumitru, considerado por la policía española como "el pedófilo más peligroso", es un hombre divorciado y padre de dos hijos, una joven de 18 años y un niño de 9, que incluso llegó a aparecer desnudo en los videos.
En el proceso judicial, Dumitru aceptó con un escueto “sí” a las acusaciones que le imputaron y pidió perdón a todas las víctimas, antes de alegar que era alcohólico desde joven.
Al final, el mecánico rumano fue condenado a 300 años de prisión, al encontrarlo culpable de 24 delitos entre los que están tenencia y distribución de pornografía infantil, abuso sexual con y sin penetración.
Además, le estableció indemnizaciones a algunas de las víctimas, que oscilan entre los 10,000 y 20,000 euros, y entre los 2,000 y 3,000 para cada uno de los padres, aunado al pago de los costos procesales.
Las autoridades también indicaron que, aunque el acusado “presentaba un hábito alcohólico”, “no se aprecia en él patología psíquica con incidencia o alteración de sus facultades cognoscitivas y volitivas ni afectación con relación a los hechos enjuiciados”.
A pesar de todo, se espera que Dumitru no pase más de 20 años en prisión.