Comienzan a acercarse personas al Palacio de Buckingham, en Reino Unido, para dejar ofrendas florales y expresar con ellas sus condolencias por la muerte del príncipe Philip, el duque de Edimburgo, quien fue compañero por más de 70 años de la reina Isabel II. También se suceden una tras otra las palabras de consuelo y demostraciones de afecto hacia la monarca.