“Cámara de gas, prohibido el paso": con ese mensaje ahuyentan a los judíos en una playa italiana

Un repunte veraniego del fascismo estremece a Italia. No se trata de un grupo neonazi o de un crimen xenófobo de la ultraderecha. Es una playa a 52 kilómetros de Venecia, un pequeño recodo de arena y mar donde todavía se venera a Benito Mussolini y donde los judíos, los gays y las lesbianas tienen prohibido el paso.
Se llama Punta Canna, un juego de palabras entre la famosa playa de República Dominicana y el cañón de un fusil, y tiene hasta un museo donde los nostálgicos del fascismo pueden comprar recuerdos o fotos de Il Duce (como llamaban a Mussolini).
Pero lo más distintivo de la playa son sus carteles, donde la discriminación, la violencia y la grosería son las palabras de orden.
"Servicio solo para clientes, si no, palo en los dientes"; "zona antidemocrática y bajo régimen. No rompan los huevos"; "defender la propiedad disparando a altura de hombre, si no te gusta, no me importa", se lee en algunos de los afiches colgados en el lugar con costas al Adriático, donde además se cuestiona a las personas por su orientación sexual.
Pero la “joya” fue un cartel que hacía alusión al holocausto judío en el que se lee: “Cámara de gas, prohibido el paso”.
Polémica en Italia
El escándalo por la existencia de la playa privada ya llegó al Parlamento de Italia. Allí los legisladores se preguntan cómo es posible que se desconociera su existencia hasta ahora.
La policía italiana informó que ya realizó dos allanamientos en la propiedad, mientras la Justicia presentó cargos contra el dueño por “apología del fascismo”.
La polémica se desató tras la publicación de un reportaje en el diario italiano La Repubblica, donde aparecieron las fotos xenófobas de los carteles y se notó claramente el culto a Mussolini y al fascismo por el propietario de la playa, Gianni Scarpa, de 64 años.
En un audio publicado por el diario, Scarpa se declara “totalmente antidemocrático” y “favorable al régimen” (de Mussolini), asegura que hay que “exterminar a los drogadictos” y afirma que la mitad de la población mundial “es una mierda”.
La jefa de la comunidad judía de Italia, Noemi Di Segni, dijo al periódico que le preocupaba que hubiera sido la prensa y no las autoridades o la población, quienes hubieran sacado a la luz el caso.
"Las imágenes que hemos visto son un ultraje a la memoria de las víctimas del Holocausto y un insulto a las instituciones democráticas de nuestro país", dijo.
Organización de defensa de los derechos humanos pidieron a los turistas boicotear la playa y retirarle al dueño la licencia para explotarla.