El trumpismo y sus falsedades encuentran eco en Argentina con la candidatura de Milei

Hablemos hoy de un político que piensa que el calentamiento global no existe, que defiende las armas como la solución definitiva para los problemas de seguridad pública, que desinforma cuando habla de la economía de su país y que tiene un cabello peculiar. No. No hablaremos del expresidente Donald Trump, sino del ultraderechista argentino Javier Milei.
Vencedor de las primarias presidenciales realizadas el pasado domingo, 13 de agosto, el diputado parece una fotocopia de Trump. Al atacar al gobierno peronista de Alberto Fernández, por ejemplo, sigue la ruta establecida por el republicano: subraya datos económicos que no siempre (o casi nunca) son verdaderos.
Milei, quien participará en la contienda del 22 de octubre de 2023 para ocupar la Casa Rosada, suele decir que su país “arrancó el siglo XX siendo el país más rico del mundo” y que ahora “está en el puesto 140 al tipo de cambio paralelo”. Los verificadores ya demostraron que esto es falso. La única base de datos que mantiene informaciones económicas anteriores a 1900 revela que Argentina llegó, como mucho, al puesto 13 de todo el mundo. En 2018 (dato más reciente disponible), el país estaba en el puesto 30, sobre un total de 45 naciones. Pero Milei no se corrige.
El diputado también tiene la costumbre de afirmar que los indicadores sociales de la economía son peores hoy que en 2001 y que “Argentina produce alimentos para 400 millones de seres humanos”. Falso y falso. Son frases como estas las que hacen recordar las exageraciones de Trump, quien en 2019 decía, por ejemplo, que la tasa de desempleo de su gobierno era la más baja en 51 años (falso) o que había creado 600,000 puestos de trabajo en la industria (también falso).
Otro punto en común es la defensa de las armas. Y es curioso observar que los dos diseminan datos falsos con frecuencia al sostener sus puntos de vista. Milei repite que “los Estados que tienen libre portación de armas tienen muchos menos delitos”. Una mentira que se basa en estudios controversiales publicados en los años noventa y ya ampliamente descalificados por otros realizados después. Pero el ultraderechista que disputa la presidencia de Argentina no se corrige. Igual que Trump. En 2016, el entonces candidato a la Casa Blanca atacaba a la aspirante demócrata, Hillary Clinton, diciendo que, si ella fuera electa, eliminaría la segunda enmienda de la Constitución estadounidense y prohibiría la posesión de armas. Una información falsa, sin ninguna relación con el programa de gobierno que Clinton tenía.
Acuerdos de Paris. Milei todavía no ha hablado de este punto en específico, pero no parece dispuesto a mantener a Argentina ni siquiera en el Mercosur (bloque económico con Brasil, Paraguay y Uruguay).
Finalmente, vale subrayar que, al igual que le pasó a Trump en 2016, Milei está ahora en el centro de una oleada de informaciones falsas creadas por sus seguidores para, de alguna manera, impulsar su campaña y conseguir más votos.
Una de las noticias falsas más compartidas (y estudiadas) de la historia fue la de que el Papa había pedido votos para Trump. ¿Te acuerdas? Pues ahora se viraliza en redes sociales y apps de mensajería que el futbolista Lionel Messi, considerado uno de los mejores del mundo, ha pedido votos para Milei, o que ha salido en fotografías promoviendo libros del político. Nada de esto es verdad. En el primer caso, la voz del jugador de fútbol fue manipulada; en el segundo, la imagen que circula es un montaje.
Así que hace falta observar desde muy cerca la campaña de Milei y estar listos para hacer frente a las falsedades que puedan aparecer. El domingo pasado, en las redes, había quienes intentaban esparcir por Argentina las narrativas antidemocráticas del “Stop the Steal”, aquellas que enardecieron a la multitud que invadió el Capitolio en 2021. Todo esfuerzo para detener ese tipo de mentira será vital para evitar que Buenos Aires no sufra lo mismo que Washington DC y Brasilia (Brasil).
Cristina Tardáguila es fundadora de Lupa.
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