Jurado se prepara para decidir entre pena de muerte y cadena perpetua para el atacante de Parkland
Nikolas Cruz, autor de la masacre de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida), será sentenciado posiblemente esta semana. El jurado debatirá si es condenado a muerte o a cadena perperua por el asesinato de 17 personas.
Este martes, el fiscal encargado del caso, Mike Satz, dijo en su alegato final que el tiroteo escolar en que Cruz mató a 17 personas fue un ataque "frío, calculado y meticulosamente planeado por el que se merece ser ejecutado".
"Su cerebro no está dañado, están dañados su carácter y personalidad. El odio no es un desorden mental (...). Las agravantes pesan una tonelada más que las circunstancias mitigantes", afirmó el fiscal. "La sentencia apropiada para Nikolas Cruz es la pena de muerte", dijo mencionando a las 17 víctimas.
En sus argumentos, los defensores públicos asignados para representar a Cruz le pidieron al jurado que tuviesen en cuenta su historial problemático, desde una vida familiar disfuncional hasta problemas mentales y de desarrollo graves.
Su abogada defensora Melisa McNeill lo describió hace unos meses como "dañado" y "herido".
Tras el alegato final de los abogados de Cruz, a partir de este miércoles el jurado comienza a deliberar si Cruz, quien ya se declaró culpable de matar a 14 estudiantes y tres trabajadores de su antigua escuela, es condenado a muerte o a cadena perpetua.
La decisión es posible que llegue esta semana. Para que haya condena a muerte, la decisión debe ser unánime en el caso de al menos una de las víctimas. Pero si en los 17 casos hay al menos un voto a favor de la cadena perpetua, esa será su condena.
La peor masacre escolar en ir a juicio en Estados Unidos
Cruz es el autor de la peor masacre escolar en llegar a juicio en Estados Unidos. Los otros nueve que mataron tanta o más gente que él murieron, por suicidio o abatidos por la policía, durante el ataque o poco después. El acusado de la masacre del Walmart de El Paso en 2019, que mató a 23 personas, está a la espera de juicio.
En el juicio, los abogados de Cruz nunca cuestionaron lo horrible de sus actos y se centraron en que el alcoholismo de su madre biológica durante el embarazo le creó un trastorno mental.
Los expertos que llamaron a testificar dijeron que su comportamiento extraño, preocupante y, a veces, violento a partir de los 2 años fue mal diagnosticado como trastorno por déficit de atención e hiperactividad, lo que significa que nunca recibió el tratamiento adecuado. Eso dejó a su madre adoptiva viuda abrumada, afirmaron.
Pero el fiscal Satz y su equipo sostuvieron que Cruz no sufrió daño fetal por alcohol, sino que tiene un trastorno de personalidad antisocial; es decir, es un sociópata.
Los fiscales defendieron que Cruz era capaz de controlar sus acciones, pero decidió no hacerlo. Y como ejemplo pusieron su empleo como cajero en una tienda de descuento donde nunca tuvo problemas disciplinarios.
Además, los fiscales contaron durante el juicio con la inesperada e inestimable ayuda del propio Cruz y los videos de sus entrevistas con dos peritos psiquiatras. Ya que aunque es imposible saber qué pueden estar pensando los 12 jurados, las declaraciones del acusado a los dos forenses no han ayudado a su causa.
“Todo eso hizo a Cruz uno de los mejores testigos de la acusación”, dijo David Weinstein, abogado de Miami y exfiscal que ha estado siguiendo de cerca el juicio.
“La cuestión es qué concluirán los jurados tras ver las entrevistas, si lo verán cómo un asesino a sangre fría que buscaba venganza o una persona tan desesperadamente trastornada que solo puede ser un loco”, se cuestiona Bob Jarvis, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nova Southeastern.
¿Qué dijo Nikolas Cruz durante las entrevistas?
El psiquiatra forense Charles Scott y el neuropsicólogo Robert Denney, por separado, lo pudieron entrevistar durante horas. Los videos de los encuentros muestran cómo Cruz, de forma franca y por momentos muy gráfica, responde a las preguntas sobre la masacre.
En las entrevistas, Cruz aparece sentado al otro lado de la mesa, esposado y con un suéter sobre los hombros. En ocasiones pide lápiz y papel para hacer diagramas que ilustren sus explicaciones.
A Scott le dijo que llevaba contemplando cometer la masacre desde los 13 o 14 años, cinco antes de que lo hiciera. “Era solo un pensamiento, leía libros. Venía y se iba”, dijo. Explicó que volvía a la idea cuando veía videos violentos, particularmente documentales sobre la masacre de Columbine y otras.
También contó que lo planeó todo estudiando tiroteos escolares anteriores. Y explicó algunas lecciones que había aprendido, como mantener distancia con los objetivos, hacer la acción lo más rápido posible y que “la policía no hace nada”.
Disparó 140 veces. “Pensé que gritarían”, dijo sobre sus primeras tres víctimas, a las que mató a quemarropa. “Era más como que se desmayaban y comenzaba a salirles sangre de la cabeza. Era desagradable y triste de ver”.
“Creo que tuve piedad con tres chicas. Iba a dejarlas, pero pusieron caras desagradables y regresé”, dijo Cruz.
A varias de sus víctimas les disparó una segunda vez, ya en el suelo, incluida la última: un alumno que se retorcía por una herida en la pierna. “ Me hizo una mirada desagradable. Una mirada de ira”, relató. “Su cabeza estalló como un melón”, agregó.
Además contó que el ataque terminó cuando se quedaron los pasillos vacíos. “No encontraba a quién matar”.
Al final de la última entrevista, Denney le preguntó si había algo más que debiera saber. Tras unos segundos pensando, respondió: “Por qué escogí San Valentín: porque pensaba que nadie me querría. No me gustaba ese día y quería arruinárselo a todo el mundo”.