Atacante de El Paso se declara inocente del tiroteo en el Walmart en el que murieron 22 personas
El atacante del tiroteo en el Walmart de El Paso, donde murieron 22 personas y 25 más resultaron heridas, se declaró inocente este jueves en una audiencia de corte ante el juez de distrito Sam Medrano que no duró más de tres minutos.
La masacre de la que se le acusa ocurrió en la tienda el pasado 3 de agosto cuando él ingresó disparando un rifle AK-47. Ese día, dijo la policía tras su arresto, Patrick Crusius confesó su autoría en el tiroteo y dijo que su intención era matar a tantos mexicanos como pudiera. La comunidad de El Paso ya estaba devastada, rezando en un intento por entender lo ocurrido y buscaba desesperada información de sus familiares y amigos que estaban en el lugar. Cuando esto se conoció, la conmoción los invadió: se trataba de un ataque directo contra la comunidad hispana.
Este jueves, el joven de 21 años —que ha estado detenido en la cárcel de El Paso y sin posibilidad de fianza— entró a la sala Ceremonial del condado El Paso poco después de las 2:00pm (hora local) con un traje oscuro y sin corbata, sin el mayor gesto en su rostro y escoltado por funcionarios policiales. Ya adentro lo esperaban más de 80 del público que lograron entrar, según reportan medios locales. Entre ellos, una delegación del consulado mexicano: ocho ciudadanos de ese país fueron asesinados en el ataque y la mayoría de las víctimas tenías nombres o apellidos hispanos.
Se negó a que le leyeran los cargos en su contra antes de asegurar que no era culpable.
La puerta del lugar, justo la que tuvieron que atravesar los visitantes de la audiencia, lleva impresa una pegantina en la que se lee "El Paso strong" (El Paso es fuerte). Es en ese mismo espíritu que aseguran estar algunos de esa comunidad tras 68 días del ataque.
Lo ocurrido el 3 de agosto fue catalogado como el séptimo tiroteo que más muertos ha dejado en la historia moderna de Estados Unidos. Esa tarde el atacante llegó al Walmart después de manejar unas 10 horas desde Dallas y minutos antes de acribillar a quienes estaban en el Walmart y afuera de la tienda, había sido publicado en Internet —se presume que por él mismo— un manifiesto racista con el que se denunciaba una supuesta "invasión hispana de Texas". Varias partes de ese texto usan frases similares a la retórica del presidente sus habitantes lo rechazaron y señalaron de motivar estos ataques con su discurso.
"Estamos empezando a dejar esto atrás"
En el Walmart donde ocurrió el tiroteo siguen llegando personas con flores nuevas para cambiar las muertas, y se suman más peluches y mensajes. La comunidad incluso le ha pedido a la tienda que haga oficial la permanencia de ese memorial para recordar a las víctimas. Creen que lo aceptará. También le han pedido que contrate personal de seguridad en el exterior: creen que de haberlo tenido esa tarde, menos personas habrían resultado afectadas.
Ray Mancera, representante de la Liga de Latinoamericanos Unidos (LULAC) en El Paso, tiene dos amigos que resultaron heridos por los disparos del joven: Jessica Oca y 'Memo' García. Ella recibió un balazo en la pierna y ya está recuperada, pero él —que recibió varios disparos por la espalda— aún batalla, dos meses después de la masacre y tras varias cirugías.
Mancera, que representa y apoya a los hispanos en esa ciudad, asegura que aún siguen muy tristes y afectados por lo que pasó esa tarde.
"No estamos enojados, estamos muy tristes. No podemos comprender cómo una persona puede tener tanto odio y venir a matar con ese tipo de armas a personas que desconoce solo porque son latinoamericanos", dice Mancera a Univision Noticias.
Él cree que la comunidad no ha cambiado tanto a pesar del dolor: "Estamos empezando a dejar esto atrás", asegura. "No nos interesa lo que pase el día de hoy (en la audiencia), porque empezamos a seguir adelante con la cara en alto".
"Se lo dejo a Dios
Tanto Mancera como Verónica Escamilla, amiga de uno de los fallecidos, Leonardo Campos, no han olvidado lo ocurrido. El primero aún ve a su amigo recuperarse de las heridas; la segunda lo despidió para siempre.
Antes de que terminara la audiencia, al teléfono, dijeron que aunque esperaban cárcel de por vida para el atacante no son partícipes de la pena de muerte, justo lo que buscan los fiscales del caso.
"Yo solo espero que le den cárcel de por vida. Tiene que tener un castigo por lo que hizo, pero lo de la pena de muerte se lo dejo a Dios", dice Mancera.
"Él es culpable y va atener que pagar, porque se llevó la vida de mi amigo y de muchos más", asegura Escamilla. "Merece quedarse allí en prisión. No le doy ni le quito la vida a nadie. Para mí, Dios es el único que puede quitarle la vida".