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Coronavirus

¿Qué tan efectivos son los tapabocas y desinfectantes de manos para protegernos del coronavirus?

Ante la rápida propagación del nuevo virus que tiene al mundo entero en alerta, algunas personas están recurriendo a medidas extremas como el uso de mascarillas y respiradores N95 para evitar el contagio. ¿Vale la pena? ¿Son efectivas? Te lo explicamos.
1 Feb 2020 – 11:01 AM EST
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Peatones con máscaras de protección en una zona comercial de Tokio, el jueves 16 de enero de 2020. (AP Foto/Eugene Hoshiko) Crédito: Eugene Hoshiko/AP

Ante la más de 12,000 personas en más de 20 países, contemplar la posibilidad de usar un tapaboca para protegerse suena razonable.

A fin de cuentas, en Wuhan, epicentro de la epidemia, las autoridades lo han recomendado a la población y es un codiciado producto que ya escasea en varios países asiáticos. En un distrito de Hong Kong residentes hicieron fila por siete horas para adquirir las máscaras protectoras que terminaron agotándose, reportó Reuters. Fabricantes de estos productos trabajan 24/7 para suplir la creciente demanda, pero siguen quedándose cortos ante tantos pedidos.

Salvando las miles de millas de distancia que separan a Estados Unidos de China y obviando el hecho de que por ahora sólo hay siete casos confirmados en suelo estadounidense, cabe preguntarse: ¿realmente funcionan los tapabocas para protegernos de los virus?

“Usar una máscara quirúrgica para prevenir las infecciones es una práctica popular en muchos países como China donde el recuerdo del SARS ha contribuido a aumentar la ansiedad por el nuevo coronavirus. Pero no hay muchas investigaciones científicas serias que avalen su efectividad y los resultados no son concluyentes”, explica en un artículo de la Universidad de Columbia Stephen Morese, profesor de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de esa casa de estudios.

La mayoría de las investigaciones disponibles se enfocan en determinar cómo protegen los tapabocas a los médicos y enfermeras que tratan directa y constantemente a pacientes enfermos y concluyen que su uso consistente ayuda -en mayor o menor grado-.

Sin embargo, muchos expertos como Julie Vaishampayan, directora de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de EEUU consideran estas máscaras como “la última línea de defensa”, tal y como explica al New York Times.

“Lo que nos preocupa es que la gente sienta que obtiene más protección de los tapabocas de la que en realidad obtiene. Lavarse las manos y evitar el o con personas enfermas es mucho más importante que ponerse uno”, dice.

En efecto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades por ahora no recomiendan que las personas sin síntomas usen este tipo de máscaras o los protectores de respiración n95 en público para prevenir el contagio del coronavirus u otros virus respiratorios como la influenza.

En el caso del coronavirus sí instan al personal de hospitales que atienda a potenciales pacientes con el virus a que usen protectores de respiración n95, y que se les dé a estos pacientes una mascarilla quirúrgica. Esto apoyado en evidencia de que los pacientes infectados que usan una máscara son menos propensos a contagiar a otras personas.

La evidencia también indica que los tapabocas son mejores atrapando las bacterias contenidas en gotas de líquido, splashes o sprays como las de los estornudos, pero no filtran las partículas virales más pequeñas contenidas en el aire, explica la Universidad de Columbia. Por eso no son completamente efectivas, pero en lugares como Wuhan, donde el virus está muy expandido, pueden ser mejor que nada.

Las máscaras no son completamente infalibles y errores muy frecuentes en su uso, como removerlas temporalmente para rascarse el rostro o atender el teléfono, pueden anular todo el efecto protector o incluso ser perjudiciales.

A quienes por algún motivo u otro decidan usar un tapabocas se les aconseja hacerlo de forma consistente ante el riesgo de infección (como son incómodas, mucha gente se las quita), lavarse las manos inmediatamente después de removerlo, asegurarse de que cubra la boca y nariz y de que no haya otras aberturas. Y, sobre todo, no sentirse demasiado seguro por usarlo: tener uno no implica que uno deba dejar de seguir otras normas de higiene o exponerse innecesariamente a personas que tosan o estornuden.

Un dato importante: a toda costa lo que se debe evitar es tocarse las mucosas (ojos, nariz, boca) ya que es mediante ellas que los virus, como el coronavirus o la gripe, se transmiten. “Los virus respiratorios no infectan a través de la piel, sino a través de las membranas mucosas”, recuerda Vaishampayan al Times.

¿Y qué del desinfectante de manos?

Lavarse las manos con frecuencia y antes de comer es la recomendación universal. Y no basta con hacerlo: se debe usar abundante agua y jabón durante al menos 20 segundos (lo que dura la canción de cumpleaños feliz dos veces) frotando vigorosamente las manos y por todas las partes de la mano.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades dicen que, en su defecto, se puede usar un desinfectante de manos a base de, al menos, 60% de alcohol.

En su web claramente indican que estas soluciones a base de alcohol pueden rápidamente reducir el número de microbios en las manos en determinadas situaciones, pero no todos los tipos de gérmenes. “Agua y jabón son más efectivos que los desinfectantes de manos al remover ciertos tipos de gérmenes como el norovirus y el clostridium difficile”, aseguran.

Además, se sabe que no son tan efectivos cuando las manos están visiblemente sucias o grasosas y que tampoco remueven químicos como pesticidas o metales pesados.

Justamente esta semana la istración de Alimentos y Medicamentos emitió una carta de advertencia a la marca de desinfectantes Purell por asegurar que puede prevenir el ébola o la gripe, aseveraciones que no están científicamente comprobadas -lo que no quiere decir que debas dejar de usar estos productos que ciertamente proporcionan algo de protección-.

El cómo se aplica el desinfectante de manos también es importante: se debe poner en la palma de la mano y esparcir por toda la superficie de las manos hasta que sequen por completo.

¿Entonces qué debo hacer?


Por el momento, estas son las recomendaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades para prevenir el contagio con el coronavirus y otros virus como la influenza:

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