Se cumple un año de la declaración de pandemia: ¿actuó demasiado tarde la OMS?
Nunca podremos saber con seguridad qué habría pasado si la pandemia antes del 11 de marzo de 2020, cuando lo hizo formalmente. Pero como ha ocurrido tantas veces a lo largo de este año, es fácil dejarse llevar por la idea —observando la sucesión de hechos en retrospectiva— de que muchas vidas se hubieran salvado.
“Creo que [la declaración] llegó un mes tarde”, dice a Univision Noticias covid-19 como una pandemia desde la primera semana de febrero y activaron controles de fronteras, rastreo de os y otras medidas de salud pública inmediatas. A buena parte de la comunidad internacional todo esto les pilló desprevenidos”.
En realidad, la OMS lanzó una alerta antes: una emergencia de salud pública de importancia internacional o ESPII, el 30 de enero de 2020, con el fin de que los países se preparasen para una posible emergencia sanitaria. Pero no mencionó la palabra clave, esa que tan bien conocemos hoy, la que puso a los gobiernos y a los ciudadanos en marcha. La declaración de pandemia nos confinó y nos colocó la mascarilla; antes, todavía reinaba la idea de que el virus era algo lejano que no llegaría a alcanzarnos.
El coronavirus podía considerarse una pandemia. Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se dirigió a los medios de comunicación en un tono más sombrío de lo habitual. La cantidad de países afectados se había triplicado y el número de víctimas era de 4,291.
No usar a la ligera
Un número que, a fecha de hoy, parece irrisorio, frente a las más de 529,000 personas que ha matado el virus a fecha de hoy solo en EEUU pero que, no obstante, desataba las alarmas de lo que estaba por venir. " Estamos profundamente preocupados tanto por los alarmantes niveles de propagación y gravedad, como por los alarmantes niveles de inacción", dijo entonces el líder de la OMS. “ Pandemia no es una palabra que se pueda usar a la ligera. Es una palabra que, si se utiliza mal, puede causar miedos injustificados, o una aceptación injustificada de que la batalla está perdida, lo que puede conducir a innecesario sufrimiento y muerte”.
Esta premonición tristemente se cumplió; muchos expertos se preguntan ahora si llegó tarde este aviso. El debate sobre la necesidad de reforma de este mecanismo de alerta global para evitar que suceda lo mismo ante una nueva pandemia que muchos expertos no dudan que llegará ya está en marcha.
"A pesar de la declaración de emergencia el 30 de enero, los actores políticos y la población comenzaron a presionar para que la OMS declarara una pandemia, sin reconocer que el poder de declaración de alerta global que los Estados se han concedido es la ESPII, y que el término pandemia es descriptivo para la transmisión geográfica y es en gran medida retórico", señalaban en un artículo del pasado mes de noviembre expertos del Consorcio de Impacto del Derecho Internacional y Enfermedades Infecciosas, de la Universidad de Georgetown en Washington.
En un informe preliminar publicado en enero, el grupo independiente de expertos que examina la respuesta internacional al coronavirus se preguntaba si habría sido de ayuda el que la OMS hubiese utilizado el término "pandemia" con anterioridad. "Aunque ese término no se utiliza ni se define en el Reglamento Sanitario Internacional (2005), su uso sirve para llamar la atención sobre la gravedad de un problema de salud. La OMS no utilizó ese término hasta el 11 de marzo".
Aunque parezca una cuestión semántica, el hecho es que las palabras tienen un potente impacto emocional. Y pandemia asusta mucho más que 'emergencia de salud pública de interés internacional'.
El pasado lunes, ante la pregunta en rueda de prensa de si la OMS debería haber sido más contundente sobre la inminente pandemia, Mike Ryan, jefe de emergencias del organismo internacional, contestó: "Sí, tal vez tengamos que gritar más fuerte. Pero tal vez algunas personas necesiten audífonos".
Otros llegan a cuestionarse los motivos políticos de la OMS para retrasar este anuncio. La OMS tenía "suficiente conocimiento sobre el brote, y tal vez anunciar sus hallazgos antes habría alentado a los países y personas a tomar medidas más extremas", dice Jeff Toll, director médico de una clínica en Los Ángeles, que recuerda la improvisación que sufrió EEUU al inicio de la pandemia, sin tests disponibles y con solo un puñado de laboratorios para procesar los resultados en todo el país. Los tests no estaban disponibles; solo los más enfermos eran examinados inicialmente y había un puñado de laboratorios, nada más, para procesar los resultados.
Demasiada burocracia
Bharat Pankhania, especialista en control de enfermedades transmisibles de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter (Reino Unido), es uno de tantos expertos que cree que la OMS, formada por demasiados comités y muy orientada a los procesos, necesita más agilidad.
Pankhania fue una de las voces expertas que durante las semanas previas a ese día clave del 11 de marzo de 2020 había dicho que el coronavirus era " una pandemia en todo menos en el nombre", asegurando que era solo cuestión de tiempo antes de que la OMS comenzara a usar el término. En declaraciones a elDiario.es, Pankhania subraya que la ESPII es la declaración más importante si se compara con el anuncio formal de la pandemia, pero cree que es importante hacer este último "tan pronto como sea posible".
En opinión de Hardy, desde la OMS se “quemaron” con el virus de la influenza H1N1, y este organismo se sintió presionado para deshacerse de su proceso de declaración de pandemia de 6 pasos. "El H1N1 no demostró ser tan mortal, o tan contagioso como se había pensado originalmente, y por eso muchos países sintieron que la fórmula que estaban usando era defectuosa”. En opinión de este experto, la OMS reaccionó tarde porque el proceso de declaración de pandemia no tiene una fórmula establecida. "Se basa en una simple evaluación de la situación, y si creen que se está produciendo una pandemia, la declaran. Si no, no lo hacen".
Hardy, al igual que otros expertos, creo que la OMS necesita disponer de una fórmula fija para declarar una pandemia, como la que existía antes del H1N1. “Con la gran cantidad de datos científicos, históricos y políticos que estamos obteniendo como resultado de covid-19, no tengo duda que la OMS podría desarrollar una métrica que establezca con éxito las probables precondiciones para una pandemia, al igual que hacemos con los huracanes, tornados y los tsunamis.
¿Estamos mejor protegidos ahora?
“De manera inequívoca, sí, estamos mejor protegidos. Tal y como después del huracán Katrina tuvimos mayor conciencia de los graves problemas naturales desastres, lo mismo ha ocurrido con esta pandemia, señala Hardy.
Tom Kenyon, director de salud de Project HOPE, una organización mundial de ayuda humanitaria y de salud advierte por su parte que la próxima pandemia similar a covid-19 podría ocurrir en cualquier momento. “Antes de que lo haga, es fundamental que EEUU establezca un programa nacional para entregar rápidamente nuevas vacunas eficaces para evitar niveles catastróficos de mortalidad, destrucción económica, agitación social e inseguridad”, dice este experto, que señala que el próximo nuevo virus pandémico podría ser aún más transmisible y letal.
“ El tiempo realmente importa cuando se trata de prevenir que un brote avance a una epidemia o pandemia global. Retrasar las medidas de control efectivas durante días o semanas conduce a un crecimiento exponencial de nuevas infecciones y muertes. Es por eso que no es suficiente acelerar los ensayos clínicos y la fabricación de nuevas vacunas solo como se ha hecho para covid-19 en EEUU. También debe haber un sistema de istración rápida para inmunizar al menos al 80% de la población para alcanzar la inmunidad colectiva. Comenzando por los que corren mayor riesgo".
Aunque se están haciendo todos los esfuerzos posibles para aumentar la producción de vacunas de la manera más segura y rápida posible, "el suministro insuficiente es solo una parte de la explicación de por qué, después de los dos primeros meses de vacunación, ni siquiera hemos llegado al 5% de la población”, señala Kenyon, de Hope.
La verdadera razón es que “ tenemos un conglomerado de servicios de entrega de vacunas en 50 estados, cientos de ciudades y más de 3,000 condados que no están interrelacionados para formar un todo unificado”, dice Kenyon, que cree que cada estado, ciudad y condado han ido a su aire para crear un sistema de vacunación durante una pandemia furiosa, que abruma aún más a los departamentos de salud estatales y locales ya agotados y con fondos insuficientes.
Todos deben formar sus propias cadenas de suministro para mantener la cadena de frío para que la vacuna no se eche a perder, así como su propia estrategia de comunicación, operaciones de vacunación, capacitación del personal, registro de pacientes y sistemas de información pública. " Esto es terriblemente ineficiente y claramente no nos ha servido bien con covid-19".