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Coronavirus

Por qué es mala idea retrasar las vacunas de los niños por temor a la pandemia

Las autoridades en EEUU registraron un preocupante descenso en los niveles de inmunización de niños debido a la crisis de salud pública y aunque para el covid-19 todavía no hay una vacuna, para otras peligrosas enfermedades sí. Ahora que algunos estados comienzan a flexibilizar las restricciones y más gente comienza a circular, es fundamental proteger a los niños.
12 May 2020 – 09:38 AM EDT
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“Las vacunas ayudan a nuestros hijos y también a la comunidad. Al momento que nos separamos de los esquemas de vacunación, creamos hoyos en un barco donde el agua comienza a entrar", explica el pediatra Ilan Shapiro sobre la importancia de no retrasar las inmunizaciones, ni siquiera durante la pandemia. Crédito: Jeff J Mitchell/Getty Images

Hace pocos días los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades publicaron un sarampión, meningitis o la tosferina.

Esto es extremadamente preocupante. Recuerdo tratar a niños con estas enfermedades en los años 80 y no queremos regresar a un tiempo en que los padres se preocupaban de que su bebé pudiera morir de meningitis, especialmente cuando hay una vacuna para prevenirlo. La pandemia del covid-19 nos recuerda cómo se siente esta vulnerabilidad”, advierte en un comunicado Sally Goza, presidente de la Academia Estadounidense de Pediatría.

En 2019, Estados Unidos estuvo al borde de salir de la lista de países libres de sarampión. Que miles de niños no cumplan con su esquema regular de vacunación representa una amenaza de salud pública ya que expone al país a que haya nuevos brotes de enfermedades.

“Es importante mantener a la población vacunada contra enfermedades transmisibles (...) evitando epidemias y pandemias”, explica a Univision Noticias, Marietta Vázquez, pediatra especializada en enfermedades infecciosas, de la Universidad de Yale .

“En 1900, antes de que existieran las vacunas, la expectativa de vida de los humanos era de 47 años; ahora es de 70 gracias, en parte, a las vacunas”, dice.

Gracias a la llamada inmunidad colectiva o de rebaño -explica- cuando la mayoría de la población se vacuna, aquellos que no pueden recibirla quedan igualmente protegidos pues hay una disminución oficial del número de portadores de una enfermedad y así se logra disminuir el riesgo de infección.


“Las vacunas ayudan a nuestros hijos y también a la comunidad. Al momento que nos separamos de los esquemas de vacunación, creamos hoyos en un barco donde el agua comienza a entrar. Y de esa manera las enfermedades que ya tenemos controladas nos pueden atacar”, explica a Univision Noticias el pediatra Ilan Shapiro.

Como en muchas oficinas pediátricas, en su consultorio han implementado estrategias para proteger a los niños sanos que van a vacunarse y así también aliviar la preocupación de los padres que temen exponer a los pequeños al covid-19. “Tenemos una clínica en la que exclusivamente se va para las vacunas y todo lo demás se hace por telemedicina como una opción”, cuenta. Otros centros separan las visitas de niños sanos y de niños enfermos en bloques separados del día con rigurosos protocolos de sanitización.

Pero el descenso en la aplicación de inmunizaciones sigue siendo evidente.

El reporte de los CDC indica que, al comparar las órdenes de vacunación entre el 7 de enero y el 21 de abril de este año con las de 2019, se encontró que hubo 2,5 millones de órdenes menos de vacunas -sin contar las de la influenza- con respecto al 2019. Específicamente para la del sarampión, el declive fue de 250,000.

La reducción comenzó la semana después de que se declarara la emergencia nacional el 13 de marzo. Incluso cuando se establecieron restricciones, las autoridades de salud y pediatras insistieron en mantener los controles pediátricos de rutina y las citas de vacunas.

Ahora que las restricciones comienzan a flexibilizarse en muchos estados y la gente empieza a circular de nuevo, niños y adolescentes no vacunados están a mayor riesgo de contraer enfermedades que podían ser prevenidas por una vacuna, recalca Sally Goza, de la Academia Estadounidense de Pediatría.

Hay que recordar que, tal y como indican los CDC en su página web, algunas enfermedades como la tosferina y la varicela continúan siendo comunes en Estados Unidos.

“La vacuna no recibida no nos puede proteger”


El esquema de vacunación actual consta de 14 vacunas que protegen contra 19 enfermedades. Algunas necesitan refuerzos (como la del sarampión, varicela o rubeola, el tétanos y la tosferina).

“El retrasar las vacunas es abrir la puerta al riesgo. La vacuna no recibida no nos puede proteger”, recalca la pediatra Marietta Vázquez y recomienda solicitar a los proveedores de salud que la vacuna se aplique a tiempo.

Y no sólo los más pequeños deben vacunarse. A los 11 años corresponde la primera vacuna contra la meningitis y los pre-adolescentes deben ponerse la del VPH (virus del papiloma humano).

La mayoría de los seguros cubre el costo de las vacunas. Si no tienes seguro médico, revisa los requisitos del programa Vacunas para Niños (VFC por sus siglas en inglés) que, desde 1994, ofrece vacunas gratuitas a menores de 18 años que cuyos padres necesitan ayuda para pagarlas.

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