Pertenecer a una minoría: el otro factor de riesgo para el covid-19

Se ha dicho que covid-19, pero hay otro factor de riesgo no oficial que emerge en las estadísticas de esta pandemia: pertenecer a un grupo racial minoritario.
En Nueva York, muchos más hispanos y negros que blancos están contrayendo el virus, siendo hospitalizados y muriendo. Y la misma disparidad se replica en otros de los estados que han publicado su data de mortalidad por razas y etnias.
“La data actual apunta a una carga desproporcionada de enfermedad y muerte entre grupos raciales y étnicos minoritarios”, reconocen los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) en un primer reporte sobre esta data que hasta hace poco era inexistente y al sol de hoy todavía sigue incompleta.
En la ciudad de Nueva York, epicentro de la pandemia en EEUU, data preliminar revela que el índice de mortalidad por covid-19 en hispanos es de casi 23 por cada 100,000; y de casi 20 por cada 100,000 para los afroamericanos, el doble del que se reporta para los blancos (10 por cada 100,000).
“Hay inequidades y disparidades claras en cómo esta enfermedad está afectando a la gente en nuestra ciudad. La verdad es que los efectos negativos del coronavirus y todo el dolor y muerte que ocasiona se alinean con otras profundas disparidades de salud que hemos visto durante décadas”, dijo el alcalde Bill de Blasio.
Se veía venir: estudios sobre otros brotes epidémicos eran un mal presagio. Sandra Crouse Quinn, de la escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland, quien investigó el impacto de la epidemia de influenza H1N1 sobre grupos minoritarios en EEUU encontró que estos estaban desproporcionadamente más expuestos y afectados por el virus que el resto de la población.
“Quedamos asombrados con la inhabilidad de estos grupos de hacer distanciamiento social debido a dónde vivían y trabajaban. Fue profundo”, dice a Science Magazine.
De esa epidemia transcurrió una década, pero nada cambió.
Dónde vives, qué tan sano eres
La inequidad social hace que aquellas personas marginadas socialmente sean más vulnerables ante cualquier enfermedad infecciosa, sea la tuberculosis, la influenza o ahora el covid-19 que vuelve a poner sobre el tapete eso que los académicos llaman ‘ determinantes sociales de la salud’.
“Sabemos que la educación, estatus legal, posición económica y otros factores afectan más la salud de una persona que sus propias condiciones médicas”, explica a Univision Noticias Alexa Mieses, médico de familia en Durham, North Carolina.
Bajo esa óptica, los hispanos o afroestadounidenses estarían siendo más afectados por el covid-19 por algo más que la simple biología o genética. Sí, es cierto que sufren más de enfermedades crónicas como obesidad, diabetes o hipertensión -algo que ciertamente influye- pero también tienen menos a la atención médica, pocos recursos económicos y otros factores sociales que juegan en su contra e incluso contribuyen a generar otros problemas de salud.
Mieses lo comprueba a diario en su consultorio. “He hablado con pacientes que viven en casas pequeñas donde toda la familia comparte el mismo cuarto y debemos recurrir a otras estrategias para ayudarlos a evitar el contagio”.
“ Esta crisis de salud pública está exacerbando las inequidades: Si eres un inmigrante acabo de llegar o que no habla inglés y estás aislado socialmente y no tienes apoyo, tu riesgo ante el covid-19 es mayor”, insiste.
Esenciales para trabajar, olvidados para lo demás
Trabajadores esenciales están más expuestos al virus. ¿Y quiénes son ellos? En Nueva York, 75% -cajeros de tiendas, conductores de buses, operadores de metro, personal de limpieza- pertenecen a un grupo minoritario, explica The New York Times en referencia a data de Scott M. Stringer, contralor de la ciudad.
“Afroamericanos, hispanos y otras minorías son las que están ahí afuera en el depósito vaciando los camiones de comida, llevando las órdenes de Grubhub o Uber Eats. Están ahí afuera en riesgo de contagiarse”, dice en un artículo de AARP, Carlos Rodríguez-Díaz, profesor de salud comunitaria y prevención de la Universidad de George Washington.
Apenas del 20% de los trabajadores negros y 16% de los hispanos están en capacidad de trabajar desde casa, según data de la Oficina de Estadísticas Laborales.
A falta de una licencia de baja remunerada por enfermedad, para muchos de estos trabajadores quedarse en casa si se sienten mal es un lujo que no pueden darse. En una encuesta hecha a principios de marzo por el Pew Research Center, 66% de los adultos hispanos consultados dijeron que no recibirían su salario si faltaban al trabajo por dos semanas o más.
Esa misma encuesta revela que en comparación con el resto de la población, más hispanos ven al nuevo coronavirus como una amenaza para sus finanzas (50% versus 34%), su vida cotidiana (49% versus 36%) y su salud (39% versus 27%).
Todo esto genera altísimos niveles de ansiedad y estrés, lo que también perjudica el sistema inmune y la capacidad del organismo de defenderse del virus. “Recibimos llamadas de personas que sienten mucha ansiedad porque sus trabajos son los únicos que ahora sostienen a la familia y sienten gran presión”, cuenta Margarita Alegría, psiquiatra de Harvard y jefe de la Unidad de Investigación de Disparidades del Massachusetts General Hospital y el Instituto Mongan.
Menos a la salud
Los hispanos son hasta tres veces más propensos a carecer de seguro médico que los blancos. Son el grupo con mayor tasa de no asegurados en el país. La cantidad de negros que ite no haber ido al médico en el último año debido al costo duplica a la de sus pares blancos.
Los indocumentados evitan a toda costa pisar un hospital por temor a la deportación, sobre todo ahora ante el caldeado discurso político. Tampoco confían en recibir un tratamiento digno, como le ocurrió al mexicano Basilio Juárez Pinzón quien falleció por el virus tras negarse a ser hospitalizado. "Decía que por ser inmigrante lo iban a dejar morir más rápido", contó a Univisión un amigio cercano.
Y la reciente norma de la carga pública ya estaba inhibiendo a muchos inmigrantes hispanos de aplicar a beneficios como Medicaid (que ofrece servicios de salud a las personas de bajos ingresos), pese a ser elegibles.
No ayuda el que estos grupos tengan elevados índices de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión que requieren monitoreo constante y que a la vez representan un factor de riesgo ante el nuevo coronavirus.
¿Quieren deliberadamente descuidar su salud? Evidentemente no; simplemente se ven acorralados por sus circunstancias. “El nuevo coronavirus pone sobre la lupa algo que ha existido durante décadas. Esa disparidad que se percibe en las estadísticas del covid-19 se puede extrapolar a cualquier otra enfermedad. Esperamos que esta pandemia sea temporal, pero las condiciones que afectan a la comunidad no lo son y esto debe motivarnos a mejorar la vida de estas personas”, insiste Mieses.