Hurgarse la nariz podría aumentar el riesgo de padecer Alzheimer, sugiere investigación
Esa costumbre tan arraigada de meternos el dedo en la nariz cuando nadie está mirando podría tener implicaciones que van mucho más allá de lo socialmente aceptable.
"Somos los primeros en demostrar que la Chlamydia pneumoniae puede subir directamente a la nariz y llegar al cerebro, donde puede desencadenar patologías parecidas a la enfermedad de Alzheimer", dijo James St John, director del Centro Clem Jones de Neurobiología e Investigación de Células Madre, en Australia, y coautor de la investigación. "Vimos que esto ocurría con ratones, y las pruebas son potencialmente aterradoras también para los humanos".
El nervio olfativo de la nariz está directamente expuesto al aire y ofrece una vía corta al cerebro, que evita la barrera hematoencefálica. Es una ruta que los virus y las bacterias han olfateado como una vía fácil para entrar en el cerebro.
El estudio encontró niveles detectables de la bacteria en el cerebro de los ratones en un plazo de 72 horas. En un mes, los roedores desarrollaron cúmulos de esa proteína relacionada con el Alzheimer.
¿Ocurre lo mismo en humanos?
El equipo de investigadores ya está planeando la siguiente fase del estudio y pretende demostrar que la misma vía existe en los seres humanos.
"Tenemos que hacer este estudio en humanos y confirmar si la misma vía opera de la similar manera. Es una investigación que ha sido propuesta por muchos estudiosos, pero que aún no se ha completado. Lo que sí sabemos es que estas mismas bacterias están presentes en los humanos, pero no hemos averiguado cómo llegan a ellas", dijo.
Hay algunas medidas sencillas para cuidar el revestimiento de la nariz. "Hurgarse la nariz y arrancarse los pelos de la nariz no es una buena idea", dijo. "Si se daña el revestimiento de la nariz, puede aumentar la cantidad de bacterias que pueden subir al cerebro".
Según el profesor St. John, las pruebas olfativas también pueden servir para detectar el Alzheimer y la demencia, ya que la pérdida del sentido del olfato es un indicador temprano de la enfermedad de Alzheimer. Sugiere que las pruebas olfativas a partir de los 60 años podrían ser beneficiosas como detector precoz.
"Una vez que se superan los 65 años, el factor de riesgo aumenta, pero también estamos estudiando otras causas, porque no se trata sólo de la edad, sino también de la exposición ambiental. Y creemos que las bacterias y los virus son fundamentales".
El número de personas con demencia crece
La cantidad de personas con demencia se triplicará en el mundo para el año 2050, algo que tendrá grandes repercusiones para la sociedad, a menos de que se tomen medidas drásticas para evitarlo, advirtió un estudio publicado a principios de año.
Esta enfermedad neurodegenerativa ya es la séptima causa de muerte en el mundo. Los investigadores del Instituto Nacional de Métricas de Salud y Evaluación de la Universidad de Washington concluyeron que los casos globales de demencia pasarán de 57 millones en la actualidad a un total de 153 millones en 2050.
En EEUU la cifra ascenderá de poco más de 5 millones a 10.5 millones.
Factores relacionados con el estilo de vida como fumar, hacer ejercicio y la dieta influyen en el desarrollo del Alzheimer, y tomar acciones para enfrentarlos es una forma positiva de reducir el riesgo. Sin embargo entre el 60% y el 80% del riesgo de la enfermedad se basa en nuestra genética.