Por primera vez en una década la FDA aprueba otro medicamento contra el déficit de atención en niños

Desde esta semana y por primera vez en una década hay en Estados Unidos una retos del aprendizaje virtual y confinamiento que ha impuesto la pandemia.
Se trata de Qelbree (viloxazine), una pastilla desarrollada por Supernus Pharmaceuticals que, a diferencia de otros de los fármacos disponibles contra el déficit de atención como el Ritalin (clorhidrato de metilfenidato) o el Adderal (anfetamina y la dextroanfetamina), no es un psicoestimulante o una sustancia controlada.
Está indicada para niños entre 6 y 17 años una vez al día y, aunque su precio no ha sido divulgado, se presume será más costosa que sus predecesoras que están disponibles en versiones genéricas, según reportes de The Associated Press.
Contendrá en la etiqueta una advertencia de pensamientos suicidas, algo que se vio en menos del 1% de los voluntarios que participaron en los ensayos clínicos. Otros de los efectos secundarios de este fármaco son somnolencia, letargo, reducción del apetito y dolor de cabeza.
De acuerdo con los resultados del estudio, de los 477 niños con edades entre 6 y 11 años que recibieron el fármaco una vez al día por seis semanas, los síntomas como la falta de atención o hiperactividad se redujeron a la mitad en comparación con el grupo que recibió el placebo.
Los medicamentos no curan el déficit de atención y no siempre son necesarios: cuando funcionan, mejoran los síntomas del trastorno durante el tiempo en que están activos. “Por esa razón, no son como un antibiótico que puede curar una infección bacteriana, sino más bien como unos lentes que ayudan a mejorar la visión mientras se traen puestos”, advierte el Centro Nacional de Recursos para el Déficit de Atención (CHADD por sus siglas en inglés). De ahí a que se requiera un tratamiento continuo y más integral.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que la medicación contra el déficit de atención venga acompañada con entrenamiento para los padres en manejo del comportamiento y/o intervenciones del comportamiento en la escuela. En algunos casos estas dos últimas podrían bastar sin necesidad de recurrir a fármacos.
El anuncio de la FDA se da en el marco de un posible repunte de diagnósticos y prescripciones de medicamentos para este trastorno durante la pandemia donde el aprendizaje virtual y el confinamiento han hecho que muchos padres busquen ayuda profesional para sus hijos.
Las llamadas al Centro Nacional de Recursos para el Déficit de Atención (CHADD por sus siglas en inglés) aumentaron en 62% desde el comienzo de la crisis del coronavirus. “Recibimos muchas llamadas de padres que trabajan desde casa junto a sus hijos y ven más problemas de comportamiento de los que percibían antes”, dice a NBC News April Gower, vocero de esa organización.
“El covid-19 ha sido un punto de quiebre que ha impulsado a muchas familias a recibir ayuda”, recalcó a ese medio Melvin Oatis, representante de la Academia Estadounidense de Psiquiatría para Niños y Adolescentes.
Un videojuego que también es terapéutico
El año pasado, la FDA aprobó el primer videojuego con fines terapéuticos para niños con este trastorno. Este puede servir como complemento del tratamiento que también puede incluir fármacos o terapia cognitiva.
En el juego llamado EndeavorRx , que se descarga mediante una app, los jugadores pasan por lugares como ríos de lava o una tierra helada y van sorteando obstáculos hasta obtener recompensas a medidas que los van superando. Esto va activando y fortaleciendo redes neurales en el cerebro.
En pruebas con más de 600 niños, demostró ayudar a mejorar la concentración, sin mayores efectos adversos. Los efectos secundarios reportados fueron frustración, dolor de cabeza, mareos, reacciones emocionales y agresividad.
Para obtener más información sobre el déficit de atención en niños y cómo tratarlo, visita este enlace en español del Centro Nacional de Recursos para el Déficit de Atención.