EEUU rumbo a una cuarta ola de contagios de coronavirus: ¿podrá frenarla la campaña de vacunación?
En medio del optimismo por la aceleración de la posibilidad de una cuarta ola se hace cada vez más real en el país.
“En este momento tengo miedo”, dijo el lunes la directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades Rochelle Walensky, durante una rueda de prensa en la que dio un repaso de la situación y advirtió sobre su sensación de "fatalidad inminente".
Las señales son claras: tras un período de estancamiento, los casos de covid-19 aumentaron en más de 10% con respecto a la semana anterior. Las hospitalizaciones y muertes -que ya sobrepasan las 550,000- también subieron en aproximadamente 4% y 2% respectivamente.
Aunque parezcan incrementos leves y los casos sigan por debajo de las cifras alcanzadas en el invierno, con la contagiosa nueva variante B.1.1.7, que pronto será la predominante en todo el país, esos aumentos tienden a dispararse exponencialmente.
“Como se predijo, la cuarta ola de EEUU parece estar comenzando, impulsada por las variantes y la reapertura”, tuiteó Tom Frieden experto en enfermedades infecciosas y CEO de Resolve to Save Lives.
Si bien 1 de cada 3 estadounidenses han recibido al menos una dosis de la vacuna, todavía gran parte de la población sigue sin protección ante el virus. Algunos hospitales indican que los pacientes que están siendo hospitalizados son ahora más jóvenes.
Personas que en cuestión de semanas podrían ser vacunadas ahora que Biden anunció que para mediados de abril 90% de los adultos estadounidenses serán elegibles.
“Hay mucha gente todavía vulnerable ahí afuera. Mucha gente se se enfermará y morirá innecesariamente cuando estamos tan cerca de la meta”, explicó a CNN Ashish Jha, decano de la escuela de salud pública de la Universidad de Brown.
Estados como Michigan llevan semanas en una dirección preocupante: allí se reportan más de 4,600 casos diarios y la hospitalización en adultos entre 30 y 40 años se ha disparado en 600% advierte Leana Wen, médico de emergencia y profesora de Salud Pública de la Universidad de George Washington, en un mensaje en su cuenta Twitter.
Nueva Jersey tiene el mayor número de casos de coronavirus per cápita en el país, seguido de Nueva York, que ya comenzó a ampliar los criterios de elegibilidad para la vacuna.
“Estamos cediendo triunfos que nos costó mucho alcanzar”, insistió el presidente el lunes al hacer un llamado a los estados a frenar temporalmente la reapertura que se da en el marco de grandes desplazamientos de gente por por las vacaciones de Spring Break.
En lugares como Alabama los mandatos de máscaras terminarán el 8 de abril, como ya ocurrió en estados como Texas y Mississippi. “Le reitero a cada gobernador, alcalde y líder local que mantenga y restituya los mandatos de máscaras por favor. Esto no se trata de política”, dijo Biden.
¿Igual que Europa?
Estados Unidos bien podría nuevamente verse en el espejo de Europa, donde varios países como Francia e Italia han tenido que imponer nuevos cierres y restricciones. En el pasado, los repuntes en Europa han antecedido nuevos picos en EEUU. No obstante, esta vez, el país cuenta con un punto a su favor: el acelerado paso de la vacunación que ha permitido que a estas alturas uno de cada tres estadounidenses haya recibido al menos una dosis de la vacuna.
¿Bastará? No por sí sola: es preciso mantener las medidas de mitigación. “Esta no es solo una carrera de las variantes versus las vacunas porque hay un tercer factor: el comportamiento humano. El qué dirección tome la pandemia depende de las acciones que tomemos ahora”, insistió la médico de emergencia Leana Wen en un mensaje en su cuenta de Twitter.
“La vacunación sin límites de velocidad, 24/7 es lo que nos va a proteger de lo que está ocurriendo en Europa”, explicó a The Associated Press, Amesh Adalja, profesor del Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad de Johns Hopkins.
Mientras más personas cuenten con un grado de inmunidad ante el coronavirus, mejor se podrá mitigar el efecto de la variante. Se trata literalmente de una carrera de velocidad que, a juzgar por las más recientes estadísticas, bien podría ganar la variante.
Pero, “aun estamos a tiempo de revertir esta trayectoria”, insiste la directora de los CDC: “Yo también estoy desesperada porque esto termine y sé que ustedes también. Estamos casi ahí, pero no ahí todavía. Y lo que les pido que aguanten un poquito más, que se vacunen para que sus seres queridos estén ahí cuando la pandemia termine”.
Menos grave
¿Qué tan grave será? Una de las hipótesis que se manejan es que gracias a los esfuerzos de la vacunación el repunte de casos no venga acompañado de un pico de muertes y hospitalizaciones, pues la mayoría de la población de alto riesgo ya habría sido vacunada.
Pero no está garantizado y la alta transmisión del virus podría impulsar la propagación de nuevas y más peligrosas variantes o aumentar la prevalencia de las que ya se han reportado en el país como la P1 de Brasil, la B.1.3.5 de Sudáfrica o la B.1526 descubierta en Nueva York, todas con el potencial de reducir la respuesta inmune.
“Esta tensión entre el deseo de empezar a reabrir y el riesgo asociado a la B.1.1.7 nos deja en una posición precaria. Sería ideal si la gente pudiera esperar un poco más hasta que tengamos mayores niveles de cobertura a través de la vacuna”, insistió a StatNews, Yonatan Grad, de la Escuela de Salud Pública T.H Chan de Harvard.
“Estoy preocupada, pero no tanto como lo hubiera estado hace seis meses si hubiera visto estas tendencias”, escribió en Twitter Caitlin Rivers, epidemióloga de la Universidad de John Hopkins.
Otros como Bill Hanage, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública T.H Chan de Harvard, temen que ocurra algo similar a los días iniciales de la pandemia “donde tuvimos introducciones del virus en distintos lugares cuando los científicos dijeron que sería un problema” y “la gente esperó a que fuera un problema antes de tomar acción, y luego, tomó acción demasiado tarde”, indicó al New York Times.