Prueba: Rolls-Royce Cullinan, rompiendo con las viejas tradiciones

Cuando me enteré de que Rolls-Royce estaba trabajando en el desarrollo de su primera SUV, me sentí nuevamente en el año 2002, cuando el Porsche Cayenne aparecía en escena para convertirse en la primera camioneta de la marca alemana, y hoy esta es acreditada por muchos como el producto que salvó a la marca de la bancarrota.

A diferencia de la Cayenne, la Cullinan no es el resultado de un esfuerzo desesperado de Rolls-Royce por sobrevivir, ya que a partir de 2011, el nivel de ventas de la marca de super-lujo mantiene el mejor momento en sus 114 años de historia.

Con el lanzamiento de la Cullinan, y de la nueva generación del Phantom en 2018, se espera que el número total de vehículos Rolls-Royce vendidos supere cómodamente las 3,362 unidades entregadas en el 2017.

Para nuestro primer encuentro con la Cullinan, viajamos a Jackson-Hole, Wyoming, una de las ciudades más bonitas y ricas. Rolls-Royce entiende que algunos de los propietarios y s de la Cullinan se aventurarán con ella fuera del asfalto.

En contra de la creencia de muchos, Torsten Müller-Ötvös CEO de Rolls-Royce nos confirmó que el 80% de los propietarios de vehículos de la marca conducen sus propios vehículos. Esto llevó a que la Cullinan sea vehículo concebido para el conductor en el que el a su capacidad fuera de la ruta es simplificado al toque de un solo botón ubicado en la consola central.

Durante todo un día, manejamos la opulenta camioneta a través estrechos caminos esculpidos sobre la ladera de imponentes montañas para permitir el a sus cimas. Debemos entender que para este vehículo el objetivo principal no es escalar el monte Everest, pero conseguir un manejo calmado y seguro mientras manejas hacia tu mansión durante la temporada de ski.

Alcanzar el nivel de refinamiento esperado por los s recurrentes de Rolls-Royce sobre rutas imperfectas no debe haber sido un reto fácil de superar por los ingenieros. Sobre todo, cuando las expectativas han sido plantadas por una sensación tan distintiva que tiene su propio nombre “ Rolls-Royce Magic Carpet Ride” (paseo en alformbra mágica Rolls-Royce).

Para enfrentar este desafío se apoyaron en un sofisticado sistema de suspensión neumática integrado a cámaras de video delanteras que monitorean la ruta 500 veces por segundo y permiten que el sistema se ajuste a cambios en la via. Adicionalmente, agregaron 220 libras (100 kg) en materiales aislantes a fin de minimizar la invasión de ruidos exteriores hacia dentro de la cabina.

Encontramos un número significativo de sistemas electrónicos preventivos de accidentes, que reducen el riesgo de daños al vehículo y a sus ocupantes cuando se conduce tanto sobre como fuera de la ruta. Entre estos destaca el sistema de control de descenso y el sistema de cámaras que permiten ver el perímetro del vehículo en tiempo real.

Otra de las grandes sorpresas es el trabajo realizado por la transmisión automática ZF de 8 velocidades. Para alguien que no esté enterado del tipo de transmisión, podría asumir que se trata de una CVT (continuamente variable) ya que los cambios de marcha son casi imperceptibles.

El único motor disponible para la Cullinan es un V12 twin-turbo de 6.7 litros (el mismo que conseguimos bajo el capó del Phantom) con una potencia máxima de 563 hp y 627 lb-pie (@1,600 rpm).

Su velocidad máxima ha sido limitada electrónicamente a 155 mph (248 kph) y ofrece una aceleración con la que se puede alcanzar las 60 mph en 4.5 segundos. El desempeño es bastante respetable, teniendo en cuenta que esta SUV pesa 6,150 libras (500 lbs. más que el Phantom).

El sistema de tracción en las cuatro ruedas de la Rolls-Royce Cullinan puede transferir un máximo del 90% del torque generado al eje posterior, logrando un mejor balance dinámico. Lo anterior, sumado a un sistema de dirección en las cuatro ruedas, que reduce el radio de giro a bajas velocidades y aumenta la estabilidad del vehículo a altas velocidades, le proporciona a la Cullinan una maniobrabilidad excepcional.

Contrario a lo que muchos creíamos, el equipo de comunicaciones de la Rolls-Royce insistió que la arquitectura de la Cullinan no es la misma del Phantom. Explicaron que tomaron algunos componentes de este, pero la mayoría fueron diseñados y fabricados especialmente para esta camioneta.

La longitud total de la Cullinan se extiende a 210.3”, su distancia entre ejes 129.7”, 85.2” de ancho y la distancia con el piso es 72.2” y puede aumentar 1.5” adicionales en modo ‘off-road’.

Su espacio de carga es de 21 pies cúbicos detrás de la banca posterior y este puede expandirse hasta 68 pies cúbicos escondiendo los asientos posteriores. Esta operación se puede realizar presionando botones ubicados en las puertas posteriores del tipo suicida y con controles redundantes en el mismo espacio de carga. Además, elevar el piso para crear una rampa, eliminando de esa manera un escalón y facilitando la carga de bultos.

Cabe mencionar que la banca de asientos posterior puede ser reemplazada por dos asientos, con una consola central capaz de asegurar copas, la cual cuenta con un mini refrigerador para mantener una botella enfriada.

Como si todo eso fuera poco, nuestra unidad de pruebas contaba con mesitas de madera alojadas detrás de las butacas delanteras. Estas se despliegan presionando un botón descubriendo las grandes pantallas táctiles.

El precio inicial de la Rolls-Royce Cullinan es 325,000 dólares en Estados Unidos, pero la división especializada en personalización de la marca inglés puede complacer los pedidos más exóticos y ridículos que el dinero puede permitir.

Pueden echar un vistazo rápido a la Rolls-Royce Cullinan en el video ubicado en la parte superior de esta página o puedes ver todos los detalles de la camioneta y mis impresiones en el video a continuación.