¿Y ahora qué? Colombia despierta del sueño de la paz sin un plan B

¿Y ahora qué? Es la pregunta que se repiten a esta hora los colombianos, titulares de medios nacionales e internacionales y hasta los mismos analistas. El triunfo del ‘no’ en el plebiscito en el que los ciudadanos colombianos decidían si aprobaban o no los acuerdos de paz a los que llegaron el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC tomó por sorpresa a todos. Colombia se enfrenta a un escenario que nadie esperaba y para el cual no había un plan.
"Tanto el gobierno como las FARC estaban completamente seguros de que tenían el 'sí' asegurado, inclusive la gente del 'no' pensaba que iban a perder y que lo importante era perder con una votación digna. Nadie pensaba que no fuera a ganar", dice a Univision Noticias el politólogo Germán Sahid, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad del Rosario de Bogotá.
Tal como lo calculaban las encuestas el 'sí’ saldría victorioso por lo menos con un 60% de los votantes. Pero con una escasa diferencia de 53,000 votos el 'no' se impuso con 6,431,476 boletas contra 6,377,482 que eligieron el 'sí', según los datos oficiales. Un acuerdo de seis puntos y 297 páginas construido al cabo de cuatro años de negociaciones queda en el limbo con esta decisión.
Todo estaba listo para empezar a escribir un nuevo capítulo de la historia colombiana, o al menos eso soñaban los que apostaban por el 'sí', que no pudieron evitar sentir una pérdida que los deja de momento sin norte. "Es un panorama crítico para Colombia, donde lo que está a la vuelta de la esquina no es un acuerdo de paz para una apertura democrática. Tendremos que ver si el país reendereza el camino, pero por lo pronto es la crisis", considera el analista Camilo González Posso, presidente de Indepaz (Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz).
Los analistas coinciden en que este inesperado resultado obliga a repensar la estrategia a todos, a pesar de que ambas partes negociadoras insistieron antes del pebliscito en que solo había una vía posible para acabar con el conflicto armado: que los colombianos aprobaran el acuerdo firmado por Santos y la guerrilla de las FARC. Incluso cerraron toda puerta a renegociar en caso de no obtener la aprobación del pueblo.
Sin embargo, las primeras reacciones tanto del gobierno como del grupo guerrillero dieron luces de algo muy distinto. "El nuevo panorama obliga a rebarajar las cartas, como bien lo itió el presidente Santos al anunciar que convocará a todas las fuerzas políticas que se sintieron excluidas del proceso para escucharlos", explica a Univision Noticias Eduard Soto, editor internacional del diario 'El Tiempo'.
Soto pone de relieve que aunque está por definirse el camino a tomar, está claro que las FARC no van a renunciar a las conquistas obtenidas durante las conversaciones, pero no se puede desoír la voz de ese 50% que no acepta el pacto (a pesar de que se haya dado en un contexto con una altísima abstención del 63%).
Los primeros síntomas
Ahora, lo único cierto es que el triunfo del 'no' representa una gran derrota para el gobierno de Juan Manuel Santos, pues si bien es sabido que los ciudadanos desconfían de las FARC, con este resultado queda comprobada la polarización del país y el tinte político que tuvo esta votación. No es un secreto que del lado del 'no' estaban personajes de la oposición como el expresidente Álvaro Uribe Vélez y que muchos asociaron el plebiscito con partidos, no con la decisión que había detrás.
Sin embargo, muchos de los que este domingo deslegitimaron el acuerdo y se decantaron por desaprobarlo, no dijeron que no a la paz, dijeron no a lo que proponía el pacto. Esto es lo que tratan de explicar quienes buscan deslindarse de ideologías uribistas y todavía creen que es posible plantear un fin del conflicto de otras formas.
"La campaña del 'no' mutó en las últimas semanas de un 'no a los acuerdos' a un 'no para renegociar los acuerdos' y hacer unos cambios sustanciales a la participación política, al tema de víctimas y al tema de justicia. Eso obliga a que una vez con el triunfo del 'no', el presidente Santos se vea obligado a abrir canales de comunicación con la oposición e incluso que participen en la mesa de La Habana y obliguen a las FARC a renegociar”.
En su intervención tras conocerse los resultados de la votación del plebiscito el presidente anunció que se reuniría este lunes con todas las fuerzas políticas del país "en particular con las que se manifestaron por el 'no' para buscar espacios de diálogo y determinar el camino a seguir". Santos convocó una reunión en La Habana, donde se realizaron las conversaciones, para que los equipos negociadores permanezcan en diálogo.
Su tónica estuvo muy afín con el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño alias ‘Timochenko’, quien también se pronunció para reiterar su voluntad de paz. "Vamos a decidir entre todos cuál es el camino que debemos tomar para que la paz, esa que todos queremos sea posible y salga todavía más fortalecida de esta situación".
Sin embargo, algunos analistas no creen que el hecho de que los líderes del proceso se hayan manifestado con la intención de continuar por un camino que lleve a la paz signifique ni que sea fácil o se vaya a cumplir.
“No podemos confundirnos con las palabras amables que se cruzan de lado y lado como es parte de la diplomacia del lenguaje de la política colombiana, que es hablar amablemente para hacer la guerra. Yo creo que es una crisis de gobierno, de proyecto de país que fracasó”, asevera González Posso.
Por lo pronto, ambas partes han asegurado que el cese del fuego bilateral se mantiene. La voluntad, al parecer, también. Pero aún quedan muchos interrogantes por resolver, empezando por la credibilidad del gobierno que dejará de ser el único interlocutor con la guerrilla si abre la puerta a un nuevo tipo de negociación.