¿Se viene el nepotismo en la era del presidente Donald Trump?

La noticia no tomó a nadie por sorpresa: que Donald Jr., Ivanka y Eric Trump, así como el yerno del presidente electo, Jared Kushner, hagan parte del comité ejecutivo de la transición del nuevo mandatario Donald Trump, era un movimiento predecible del magnate.
Sobre todo por el rol que jugaron los hijos de la dinastía Trump durante la campaña (a excepción de Tiffany todos estuvieron haciendo proselitismo y dando entrevistas por doquier), y la forma jerárquica como se ha estructurado el negocio familiar de la organización Trump.
Después de este largo camino político a la Casa Blanca, ese esfuerzo sigue funcionando bajo la sombrilla de Trump for America, una poderosa organización sin ánimo de lucro que fue constituida durante la campaña y que estará en pie hasta el día de la posesión presidencial.
“Esto sin duda no tiene nada de ilegal aunque raya en el terreno de lo ético”, explica a Univision Noticias Michael Cornfield, director de investigación del Centro Global de Compromiso Político de la Universidad George Washington.
“Los fantasmas de nepotismo y corrupción de gobiernos como Rusia, donde muchos familiares de (Vladimir) Putin están en el poder, gobierno que el señor Trump ha aplaudido, prenden las alertas sobre lo que pueda pasar en adelante”, agrega.
El ejemplo de los Kennedy
Las limitaciones en el empleo de parientes en el gobierno federal son muy claras en la ley. Están incluidas en el título 5 del Código Legal aprobado en 1966, luego de que John F. Kennedy una vez presidente, nominó a su hermano menor Robert F. Kennedy como Fiscal General. Esto generó rechazo inicial por su inexperiencia, pero no evitó que el joven Kennedy fuera confirmado por el Senado.
“En la era Kennedy la preocupación pasaba por una acumulación de poder. Ahora es diferente porque el negocio de la familia Trump puede terminar recibiendo contratos del gobierno y esto por supuesto crea un conflicto financiero y legal”, añadió Cornfield.
De acuerdo al sitio web de la Organización Trump los tres hijos desempeñan papeles bastantes prominentes en el negocio familiar. Ivanka es responsable de la marca Hotel Trump y se ocupa de "la expansión nacional y global de los intereses inmobiliarios de la compañía". Eric se enfoca en la expansión del portafolio de golf de Trump, que incluye “adquisiciones recientes en Escocia, Irlanda y los Emiratos Árabes Unidos”. Donald Jr., por su parte, dirige la adquisición y desarrollo de nuevos proyectos en áreas “desde Europa del Este hasta el Sudeste Asiático, Medio Oriente, Suramérica, China continental y Estados Unidos”.
La práctica es común en la historia de América Latina. En los últimos años, en Colombia y Venezuela, familiares de los expresidentes Álvaro Uribe o Hugo Chávez recibieron polémicos cargos públicos, en algunos casos con a contratos con el gobierno.
Contrataciones sin sueldo
“Hay una línea muy fina con lo que hará la Organización Trump sobre todo porque hemos visto que financieramente no son muy transparentes, hasta ahora no hemos conocido los impuestos del Señor Trump”, destaca Cornield.
Una de las preocupaciones es que el presidente podría contratar a familiares si ellos están dispuestos a no recibir salario. El mismo Trump dijo en su primera entrevista como presidente electo con el programa 60 minutos que él estaba dispuesto a recibir solo $1 aunque al mandatario de Estados Unidos le corresponde un sueldo de $400,000.
La otra es que el equipo de Trump, de acuerdo con versiones de medios, habría pedido a la Casa Blanca que explore la posibilidad de que sus hijos obtengan informaciones clasificadas de máxima seguridad, algo que el presidente electo ha negado.
Para que esto suceda, ellos tendrían que ser designados como asesores de seguridad nacional de su padre, y él podría hacer la petición de esos cargos una vez como mandatario.
“Lo realmente preocupante sería si ellos llegan a tener una posición en el gabinete, y aunque el Senado debe confirmar algunos nombramientos, hay algunos que no necesitan pasar por el congreso”, dijo a Univision Kevin Hill, profesor asociado del departamento de política y relaciones internacionales de la Universidad Internacional de la Florida.
Aparte de los secretarios del gabinete y los magistrados de la Corte Suprema, cuyas nominaciones requieren la aprobación del Senado, el presidente tiene la autoridad para nombrar unilateralmente a 321 personas para altos cargos dentro del gobierno federal.
Según un reporte de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés), la mayoría de estos cargos, conocidos como ' Nombramientos Presidenciales', pagan de $99,628 a $180,000 por año e incluyen beneficios federales para empleados.
De acuerdo al documento, el 67% de estos cargos son para servir en comisiones federales, consejos, comités, juntas o fundaciones; el 29% está dentro de la Oficina Ejecutiva del Presidente y el 4% restante en otras agencias o departamentos federales.
“Muchos de estos nombramientos requerirán del buen juicio del presidente y ahí estará la labor de su partido (republicano) de que guíe a Trump bajo las leyes porque muy probablemente las desconoce”, puntualizó Hill.