La Casa Blanca se contradice y afirma que “Trump evalúa la situación” del asesor que habló con Rusia sobre las sanciones de Obama

La Casa Blanca mantuvo silencio por varios días mientras crecían las especulaciones sobre el futuro del general Michael Flynn, el asesor de seguridad del presidente Donald Trump, en medio de una tormeta por supuestamente haberle ofrecido al embajador ruso cambios en la política de Washington a Moscú una vez asumiera el nuevo gobierno, algo que está tipificado como un delito en EEUU.
Pero la tarde del lunes, en poco menos de dos horas, de la sede del poder estadounidense salieron dos versiones contradictorias sobre Flynn: el portavoz presidencial Sean Spicer dijo en un comunicado que “Trump evalúa la situación”, poco después de que Kellyanne Conway, una de las principales asesoras del presidente dijera que el general “disfruta de toda la confianza” del mandatario.
Flynn está en el ojo de una tormenta política que amenaza con convertirse en la primera crisis de gabinete del nuevo gobierno republicano luego de que se presentaran versiones de prensa en las que se asegura que en diciembre Flynn habló con el embajador de Rusia en Washington Sergei Kislyak sobre un posible levantamiento de las sanciones que estaba por imponer por esos días el presidente Barack Obama.
En los días previos a la toma de posesión, el vicepresidente Mike Pence – quien trató el tema con el asesor-, negó que esa hubiera sido la naturaleza de la conversación entre Flynn y el embajador ruso.
Según dijo Spicer este lunes, Trump está en o con el vicepresidente "sobre su conversación con el general Flynn, y también está hablando con otras personas sobre lo que considera el tema más importante: la seguridad nacional".
Además, este lunes se supo que el Departamento de Justicia advirtió a la Casa Blanca sobre la posibilidad de que Flynn pudiera ser chantajeado por Moscú. Según la información, publicada por The Washington Post y CNN, el Departamento de Justicia avisó al nuevo gobierno el pasado mes de que Flynn no dijo la verdad sobre las comunicaciones que mantuvo con el embajador ruso en Estados Unidos.
Promesas ilegales
El viernes The Washington Post y The New York Times informaron que los servicios de inteligencia descubrieron que en diciembre Flynn pidió al embajador ruso Sergei Kislyak no reaccionar de forma desproporcionada porque la Trump podría revisar las sanciones cuando llegara a la Casa Blanca.
La promesa básica que hizo Flynn a Kislyak es que con Trump la animosidad contra Moscú mostrada por Obama cambiaría, una declaración que funcionarios de gobierno consultados por el periódico neoyorquino consideraron “altamente inapropiada”.
La conversación de Flynn , ocurrida en la semana de la navidad del 2016, lo coloca en violación de la Ley Logan de 1799, que impide que ciudadanos privados se entrometan en actividades diplomáticas con países que tengan disputas con EEUU y debiliten la posición del gobierno.
Además, el hallazgo contradice las declaraciones dadas por portavoces del gobierno que aseguraban que la llamada solo buscaba coordinar una fecha para una entrevista telefónica con el presidente Putin una vez que Trump asumiera el poder.
Los funcionarios y exfuncionarios consultados para el reportaje aseguran que el diálogo fue más allá de detalles de logística y afirman que se trató de solo uno de varios os entre Flynn y Kislyak que remontan a antes de las elecciones.
El tema de las sanciones a Moscú ha estado en el centro de interés desde que Trump asumió el poder, por la declarada intención del republicano de mejorar las relaciones con Moscú. Sin embargo, responsables del gobierno han insistido en que no hay planes de suavizarlas por ahora.
The New York Times no logró ar a Flynn para su historia. The Washington Post, que fue el primer medio en tocar ese asunto, destaca un cambio en la posición de los portavoces del asesor,quienes dicen que “aunque él (Flynn) no recuerda que hayan discutido sobre las sanciones, no puede estar seguro de que el tema nunca surgió”.
A quienes han visto la transcripción de la conversación les sorprende que Flynn, un exgeneral y exdirector de la Agencia de Inteligencia de Defensa, haya tenido ese diálogo a sabiendas de que sería una llamada monitoreada por agencias de seguridad.
Inteligencia
Flynn entró en un radar que ya tiene en la mira a otros asesores de Trump. El FBI está investigando al anterior jefe de la campaña, Paul Manafort; a un exasesor en temas de política internacional, Carter Page, y al veterano estratega republicano Roger Stone. Todos por asuntos que los vinculan de alguna manera a Rusia.
Los expertos estiman que, con lo que conocen hasta hoy, es poco probable que Flynn sea sometido a un proceso legal por la violación de la Ley Logan (de hecho, nadie ha sido procesado bajo la centenaria ley), aunque reconocen que se trata de una seria ruptura del protocolo.
Por lo general, el equipo del presidente electo se abstiene de hacer comentarios sobre política exterior, cuyo manejo es potestad del presidente en ejercicio.
Claro que, como todo con el gobierno de Trump, la transición vio algunas novedades en ese aspecto, como la inusual llamada telefónica con la presidenta de Taiwán que alteró circunstancialmente las relaciones con China, o las promesas de cambio que hizo a Israel tras la decisión de Washington de no vetar una resolución de la ONU sobre los asentamientos judíos y hasta comentarios en Twitter sobre lo “bueno” de tener mejor relación con Rusia y lo “malo” de los acuerdos nucleares firmados por Obama.