Fiscal especial del ‘Rusiagate’ ordena a la Organización Trump entregar documentos

La oficina del fiscal especial que investiga la interferencia rusa en las elecciones presidenciales del 2016 pidió a la Organización Trump que entregue documentos, incluyendo aquellos que estén relacionados con Rusia, según indicaron fuentes a varios medios estadounidenses.
Aunque no está claro cuál es la intención de la solicitud, ni la naturaleza exacta de los documentos, la orden acerca la investigación al entorno del presidente Donald Trump, pese a que en el pasado el mandatario había advertido al fiscal Mueller no debía hacer averiguaciones más allá de lo político.
De acuerdo con las fuentes, no está claro por qué Mueller no solicitó los documentos en vez de emitir una orden judicial a la empresa que concentra los negocios del presidente Trump en el mundo entero.
La orden fue entregada recientemente a los abogados de la organización para que entreguen todos los documentos relacionados con Rusia y otros aspectos relacionados con la investigación.
De acuerdo con conocedores del tema, esto implica que Mueller puede está ampliando su investigación para determinar hasta qué punto dineros extranjeros pudieron haber ingresado en la campaña presidencial republicana, algo que está prohibido por la ley estadounidense.
Ni la Casa Blanca, ni los abogados de la Organización Trump han reaccionado a la información.
Hasta ahora, la empresa del presidente ha colaborado con las diferentes comisiones del Congreso que le han solicitado información y nunca ha dado indicaciones de que esté dispuesta a desafiar en cortes ese tipo de solicitudes.
La información se conoce el mismo día que el gobierno de Trump decidió por primera vez en sus 14 meses imponer sanciones financieras a 19 ciudadanos y 5 organizaciones rusas (incluídas sus dos principales agencias de inteligencia) por su injerencia en las presidenciales de 2016.
Negocios rusos
Trump siempre ha negado tener negocios presentes o pasados, aunque se sabe que por años trató de entrar al mercado inmobiliario ruso. Sin embargo, ha trascendido que Muelller ha estado entrevistando a personas sobre posibles negocios financieros o inmobiliarios con empresas rusas.
En un mail de fines de 2015, el empresario ruso Félix Sater escribió al abogado de Trump, Michael Cohen, asegurando que sus vínculos con el presidente ruso Vladimir Putin le facilitarían al magnate construir una Torre Trump en la capital rusa y que eso ayudaría a su campaña presidencial
Trump firmó una “carta de intención” no vinculante para llevar a cabo el proyecto y lo discutió con Cohen al menos en tres ocasiones, aunque finalmente la edificación no se concretó.
En una entrevista con The New York Times de julio pasado, el presidente dijo que Mueller estaría cruzando “una línea roja” si empezaba a hacer averiguaciones sobre las finanzas de su familia, más allá de cualquier relación con Rusia, que es el centro del mandato de la fiscalía especial.
En aquel momento, Trump no aclaró qué acciones tomaría si eso sucediera, pero se sabe que la tolerancia del presidente a la existencia de la fiscalía especial es poca. Esa ha sido la razón de sus frecuentes críticas a su secretario de Justicia, Jeff Sessions, quien se recusó de manejar el tema y las dejó en manos de su segundo Rod Rosentein.
Antes de aquellas declaraciones, el consejero legal de la Casa Blanca, Donald F. McGahn II, amenazó con renunciar luego de que el mandatario le dijera que buscara maneras de despedir a Mueller, con el argumento de que el fiscal especial tenía conflictos de interés que le impedían manejar con imparcialidad la investigación.
La fiscalía de Mueller se creó después de que el presidente despidieras intempestivamente en mayo al director del FBI, James Comey, en lo que después el propio Trump reconoció buscaba acabar con la “cacería de brujas” del ‘Rusiagate’, una investigación que considera que solo buscaba explicar la sorpresiva derrota de la demócrata Hillary Clinton.
Mueller fue nombrado para investigar la posible colusión de la campaña republicana con operarios rusos y otros asuntos que pudieran surgir en el trascurso de sus pesquisas.
En febrero presentó los primeros cargos contra 13 ciudadanos rusos y 3 empresas de ese país a los que acusa de interferir en la campaña creando grupos falsos en redes sociales destinados a explotar la polarización política que se vive en EEUU.
Antes, Mueller había acusado al exjefe de la campaña de Trump, Paul Manafort, pero por delitos de fraude y lavado de dinero no relacionados con la campaña, sino con sus tiempos de asesor del gobienro prorruso de Ucrania.
Un punto que investiga el fiscal es si el presidente intentó obstruir la justicia al sacar a Comey del FBI o con otras estrategias para despistar a los investigadores.