Los negocios de Exxon en el mundo: el mayor problema de Tillerson también apunta a Rusia

Cuando Donald Trump escogió al presidente de Exxon Mobil, Rex Tillerson, como candidato para liderar la política exterior estadounidense, destapó un conflicto de intereses que tiene en juego negocios multimillonarios por todo el mundo.
El que más llama la atención es el caso de Rusia.
Desde 2014, Exxon tiene atascado un proyecto con la empresa estatal rusa Rosneft para explorar y extraer petróleo en Siberia, y enfrenta la pérdida inicial de 1,000 millones de dólares si Estados Unidos no levanta las sanciones que le aplicó al gobierno de Vladimir Putin hace dos años, cuando invadió Ucrania.
La corporación controla exploraciones petroleras en 82.1 millones de acres en todo el mundo, de los cuales 63.6 millones –todos mar adentro– pertenecen al t venture con Rosneft en el Mar Negro y en el mar de Kara, en al ártico ruso, según una revisión que hizo Univision Noticias de los informes que la empresa presenta ante la Security Exchange Comission (SEC).
Pero la presencia de Exxon en Rusia data de inicios de los 90, cuando la empresa comenzó a operar el projecto Sakhalin-1 –del que posee un 30%– con el gobierno ruso, una corporación japonesa y la petrolera estatal de India, para extraer crudo y gas en la costa noereste de la Isla de Sajalín, en el mar de Ojotsk.
Este es el fondo de un conflicto que cobra más relevancia, ahora que las agencias de inteligencia de EEUU afirman que Putin intervino personalmente en el hackeo de las elecciones estadounidenses, para afectar a la demócrata Hillary Clinton.
Pero el de Rusia no es el único negocio de Exxon que podría poner en una disyuntiva a Tillerson, un ejecutivo que lleva a Exxon en la sangre después de 41 años de servicio y cuya presidencia alcanzó en enero de 2016.
"Imperio Privado"
Exxon Mobil opera en 58 países alrededor del mundo. Está presente en todos los continentes menos Antártida. Si la empresa fuera un estado sería la economía número 41 del planeta, por encima de Chile, Irlanda, Finlandia y Portugal. Más que una multinacional, sería más acertado pensar en ella como una corporación-estado. Eso le presenta innumerables conflictos de interés a Tillerson, de ser confirmado para la posición.
A finales de 2015 la petrolera fundada por John D. Rockefeller en 1870, tenía 120 subsidiarias trabajando en la exploración de pozos en al menos 22 países. Posee intereses en 23 empresas de capital privado en Europa y Asia que el año pasado produjeron 300,000 barriles diarios de crudo, según los informes de la SEC.
A finales del 2015 tenía 37 proyectos listos para desarrollar en 10 países con costos estimados en $1,154 millones.
Todo esto sin contar con las plantas de refinamiento de petróleo que opera en 14 naciones, con capacidad para procesar más de 5 millones de barriles diarios.
Además Tillerson tiene intereses directos en la empresa al ser dueño de acciones de Exxon valoradas en $151 millones de dólares, según un reporte de valores reciente, dice The Wall Street Journal.
Pero aún si vendiera esas acciones, permanecería la pregunta de qué tanto los intereses de Exxon le pesarán si llegara a ser el mayor diplomático de la nación.
Como secretario de Estado Tillerson manejaría cualquier cambio, por ejemplo, al acuerdo nuclear con Irán, disputas con China -como las que se están formando ahora tras los tuits de Trump, y las sanciones a Rusia, que han afectado desarollos de la petrolera.
Allí es donde primero apuntan a los que les preocupa Tillerson al mando de la diplomacia estadounidense.
"La gran pregunta es qué tanto puede separarse Tillerson de una compañía en la que pasó más de 30 años", le dijo a Univision Noticias Paul Sabin, profesor de historia de energía e historia estadounidense de la Universidad de Yale.
"¿Va a continuar representando sus interesés de alguna manera? Después de ser empleado en esta empresa por más de 30 años su manera de ver el mundo estaría completamente moldeada por ella".
La deuda con Rusia
Muchos de los países donde opera Exxon son fundamentales para Estados Unidos y su seguridad, como Rusia, China y varios en el Medio Oriente, donde el petróleo es un factor clave en los conflictos en los que Washington se ha visto involucrado, como Irak o Kuwait.
Tillerson “ha interactuado más con Vladimir Putin que cualquier otro ciudadano americano con la excepción de Henry Kissinger”, secretario de Estado bajo los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford, le dijo a Bloomberg John Hamre, un subsecretario de defensa de Clinton y presidente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de estudios ubicado en Washington del que Tillerson es miembro de la junta.
¿Cómo llegó Tillerson tan cerca de Putin? En los 90, cuando era el vicepresidente de la unidad rusa de Exxon, Tillerson ayudó a revivir la exploración de petróleo de 17,000 millones de dólares en la Isla de Sajalín. Según Joseph Pratt y William Hale, quienes escribieron un libro sobre la historia de Exxon desde los años 70, este proyecto se convirtió en uno de los tesoros más preciados del portafolio de Exxon y fue por eso que lo hicieron CEO de la compañía.
En 2011, Tillerson negoció un trato con Rusia que le permitiría a la empresa explorar petróleo en el Ártico a través de su petrolera nacional, Rosneft, además permitiéndole a la petrolera rusa invertir en concesiones de Exxon por todo el mundo.
Tillerson y Putin se reunieron en ese entonces en persona, según dice en The New Yorker Steve Coll, quien ha investigado a Exxon por décadas y ha seguido de cerca la carrera del hoy CEO de la corporación. Al año siguiente Putin condecoró a Tillerson con la Orden de Amistad rusa.
El efecto perverso de Ucrania
En total, Exxon y Rosneft colaboran en 10 proyectos conjuntos en el Ártico ruso, en el Mar Negro y en el oeste de Siberia, según la página web de Exxon.
Pero en 2014 esta amistad pasó por un momento difícil. Rusia invadió Ucrania y anexó la región de Crimea en violación de varios tratados internacionales, lo que resultó en que sacaran al país del grupo de los Grupo de las 8 naciones más industrializadas del mundo y que se le impusieran sanciones.
Desde ese entonces el proyecto de Exxon con Rosneft en el ártico se suspendió. Segun el acuerdo con el gobierno ruso, los plazos de exploración se extienden por casi una década. Aunque la licencia para buscar petróleo en el Mar Negro vence en 2017, según reveló la empresa en los informes que presentó a la SEC.
Tillerson se ha manifestado en contra de las penalidades financieras, especificamente en el caso de Rusia. Dijo que “no las encontramos efectivas a menos de que se implementen bien”, y que hay “que mirar de cerca a quién realmente se estaba perjudicando” con estas, según The Wall Street J ournal.
El hoy candidato a Secretario de Estado añadió que estaba preocupado porque los países en Europa no fueran a implementar las restricciones tan estrictamente como EEUU, lo que le daría una ventaja a los competidores de Exxon, según reportó Bloomberg.
Seguridad nacional, conflicto de interés
Rex Tillerson “tiene cientos de millones dólares en inversiones en Exxon y estos dependen fuertemente de las políticas ambientales de Estados Unidos y de las relaciones de EEUU con Rusia”, dijo Paul Sabin de la Universidad de Yale.
El profesor de historia de energía apunta que el secretario de Estado además es el encargado de liderar negociaciones como el Acuerdo de París, al que EEUU se unió, junto con casi 200 naciones más, comprometiéndose a bajar sus contribuciones de gases invernadero.
John Kerry, el actual secretario de Estado, fue fundamental para que el tratado fuera un éxito. Si EEUU, el segundo país que más gases de invernadero emite, no se hubiera unido era poco probable que el resto del mundo lo hiciera.
Y aunque Tillerson apoya el tratado Trump ha dicho que retirará a EEUU de este y ha dicho muchas veces que el cambio climático es “una estafa inventada por los chinos”.
A pesar de que Tillerson ha dicho que acepta el cambio climático también dice que no es posible para la humanidad mantener su calidad de vida y desarrollo sin los combustibles fósiles.
Exxon no respondió a preguntas específicas, pero Suzanne McCarron, vice presidenta de relaciones públicas y gubernamentales para Exxon le dijo a Univision Noticias que "felicitaba a Rex W. Tillerson... en su nominación para la posición de secretario de Estado. La junta se reunirá pronto respecto a la transición".
"Entidad soberana"
ExxonMobil “se ve a sí mismo como una entidad soberana, independiente, transnacional y corporativa en el mundo, un poder independiente del gobierno estadounidense, una entidad firmemente devota a los intereses de sus accionistas y en posesión de su propia política exterior” , detalla Coll en The New Yorker.
Un ejemplo que salta a la vista es el de Chad, en Africa Central, uno de los países más pobres del continente, que limita con Sudán y Libia, países cuyos volátiles conflictos internos han marcado el curso de eventos en la región en los últimos años.
Una sangrienta guerra civil forzó a Sudán en 2011 a dividirse en dos, Sudán y Sudán del Sur, lo que hace a este último el país más joven del mundo. Libia por su parte fue una pieza fundamental de la llamada Primavera Arabe del 2011, donde el gobierno de Muanmar Qaddafi fue derrocado tras una revuelta armada que resultó en una guerra civil.
La región atraviesa una época delicada, y allí Exxon ejerce una influencia a veces mayor que la del mismo Estados Unidos. A mediados de la década de 2000 el gobierno de EEUU destinó en ayudas a Chad menos de 20 millones de dólares al año, mientras que Exxon le daba en regalías más de 500 millones de dólares anuales. Así, “la política extranjera de Exxon a veces tenía más impacto en los países en los que operaba que el mismo Departamento de Estado”, dice Coll.
En Irak, “ Tillerson desafió políticas del Departamento de Estado e hizo un negocio de petróleo por separado con el gobierno kurdo regional que le quitaba autoridad al gobierno nacional iraquí en Baghdad” según Coll. Esto fortaleció la búsqueda de independencia de la región del norte de Irak, o Kurdistan, lo cual iba en contra de los planes de EEUU en la zona.
“ExxonMobil no pidió permiso”, continuó Coll. “Después de hecha la hazaña Tillerson organizó una llamada con funcionarios del Departamento de Estado y explicó sus acciones … ‘Tuve que hacer lo mejor para mis accionistas’”.
Más relevante aún se vuelve el petróleo y las conexiones, conocimiento e infraestructura de Exxon y Tillerson si recordamos que Trump ha dicho varias veces en campaña que EEUU debería tomarse el petróleo de los países con quien está en guerra. Exxon tiene operaciones en Irak, Kuwait, Egipto, Qatar y Yemen, donde Tillerson renegoció una concesión de gas natural.
En Yemen, ahora Tillerson tendría que ser parte de las negociaciones de un conflicto armado en el que EEUU ha estado involucrado desde marzo de 2015.
La historia quedó perdida entre los titulares de la elección pero EEUU ha aportado bombas, inteligencia y aviones entre otras cosas a Arabia Saudita para atacar a insurgentes Houthi, quienes tumbaron al gobierno yemení y forzaron a su presidente a escapar a Arabia Saudita. Pero lo que Washington calificó de "errores" llevó al Pentágono esta semana a limitar la venta de armas a los sauditas.
Muy recomendado
Quien le aconsejó al presidente electo que escogiera a Tillerson fue James Baker, socio del bufet de abogados que representa a Exxon y a Rosneft, y además ex secretario de Estado de Ronald Reagan.
A Tillerson además lo recomendaron la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice y el ex secretario de Defensa Robert Gates, lo cual es importante porque Exxon es un cliente de la firma consultora internacional en la que trabajan ambos: Rice Hadley Gates.
Según el Iraq Oil Report, una página web que reporta sobre la industria, el socio de Rice y Gates, el ex consejero de seguridad nacional Stephen Hadley, ha asesorado a Exxon desde por lo menos 2011.
Otro reconocimiento, algo más controversial, viene de un vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, quien dijo este lunes que Tillerson “cumple sus deberes muy profesionalmente” como la cabeza de Exxon. “Cualquier simpatía se queda en el fondo y lo único que queda es la disposición de demostrar un enfoque constructivo y mostrar profesionalismo”.
El presidente electo de igual manera lo llenó de elogios. Trump tuiteó en la mañana del martes que “lo que más me gusta de Rex Tillerson es que tiene una amplia experiencia lidiando exitosamente con todo tipo de gobiernos extranjeros”.
En esto, el presidente electo no se equivoca.
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