Un mes del retorno de Trump al poder: su agenda avanza velozmente, pero han surgido señales de advertencia
El presidente Donald Trump, quien se acerca al primer mes de su segundo mandato, ha actuado con velocidad vertiginosa y fuerza contundente para reorganizar las normas sociales, políticas y comerciales, al tiempo que redefine el papel de Estados Unidos en el mundo.
El presidente ha empoderado a Elon Musk, un multimillonario sudafricano que no fue elegido a cargo público alguno, para orquestar el despido de miles de empleados federales y, posiblemente, cerrar agencias enteras creadas por el Congreso.
Esos esfuerzos han eclipsado ha impuesto nuevos aranceles a socios comerciales de Estados Unidos y ha amenazado con más, aun cuando los economistas advierten que esas tarifas se trasladarán a los consumidores estadounidenses e impulsarán la inflación.
Este es un vistazo a las primeras cuatro semanas de su gobierno:
Despidos masivos en el gobierno federal
El gobierno de Trump despidió a miles de trabajadores que todavía se encontraban en períodos de prueba, los cuales son comunes entre los nuevos empleados. Algunos tuvieron menos de una hora para abandonar sus oficinas.
Entre quienes podrían perder sus empleos hay científicos médicos, especialistas en infraestructura energética, empleados del servicio exterior, agentes del FBI, fiscales, expertos en datos educativos y agrícolas, trabajadores de ayuda en el extranjero e incluso personal de recursos humanos que se supone gestionen los despidos.
En la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, creada para proteger al público tras la crisis financiera de 2008, los empleados dicen que la istración no solo quiere despedir a casi todo el personal, sino también borrar todos sus datos de los últimos 12 años. Por órdenes de un juez, la istración acordó pausar cualquier desmantelamiento adicional de la agencia hasta el 3 de marzo.
Si bien Trump prometió revolucionar a Washington, sus acciones podrían tener consecuencias de gran alcance para miles de empleados federales de todo el país y aumentar la tasa de desempleo si se producen grandes despidos a la vez.
Crecen los desafíos legales a sus políticas
Las impugnaciones a las políticas de Trump comenzaron el día en que tomó posesión y han continuado a un ritmo vertiginoso desde el 20 de enero. La istración enfrenta alrededor de 70 demandas en todo el país que impugnan sus órdenes ejecutivas y sus acciones para reducir el tamaño del gobierno federal.
El Congreso, controlado por los republicanos, ofrece poca resistencia, por lo que el sistema judicial es el punto de partida para oponerse a las medidas del Ejecutivo. Los jueces han emitido más de una docena de una orden ejecutiva para poner fin a la ciudadanía estadounidense que se concede automáticamente a las personas nacidas en el país, hasta permitir que el equipo de Musk tenga a datos federales sensibles.
Si bien muchos de esos jueces fueron nominados por presidentes demócratas, Trump también ha recibido fallos desfavorables de jueces elegidos por mandatarios republicanos. Llegó a sugerir que podría poner en su mira a la judicatura: “Quizás tengamos que poner atención a los jueces”. El gobierno ha dicho que apelará las decisiones judiciales, mientras que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, criticó los fallos que demoran la agenda del presidente y los calificó como “un abuso del estado de derecho”.
La istración también ha logrado algunas victorias, siendo la más significativa cuando un juez le permitió seguir adelante con un programa que ofrece incentivos a trabajadores federales para que renuncien, un esfuerzo encabezado por Musk.
Incertidumbre sobre el panorama económico
En medio de la agitación política, los datos económicos más recientes podrían generar preocupación en la Casa Blanca. La inflación se aceleró a una tasa mensual de 0.5% en enero, según el Departamento de Trabajo. En los últimos tres meses, el índice de precios al consumidor subió a una tasa anual de 4.5%, una señal de que la inflación parece estar acelerándose nuevamente tras haberse frenado durante gran parte de 2024.
Trump dijo a los votantes que podría enfriar la inflación y que lo haría casi inmediatamente después de asumir el cargo. Pero Leavitt, aunque culpó al predecesor de Trump, el demócrata Joe Biden, reconoció que los indicadores de inflación más recientes eran “peores de lo esperado”.
Surgieron más señales de problemas cuando el Departamento de Comercio informó que las ventas minoristas cayeron 0.9% en enero en comparación con el mes anterior. Una caída de tal magnitud podría indicar que un deterioro de la confianza del consumidor y el crecimiento económico.
En el informe de la Reserva Federal sobre la producción industrial también se encontró que la producción de las fábricas disminuyó un 0.1% en enero, en gran parte debido a una caída del 5.2% en la fabricación de vehículos de motor y refacciones.
Los números posiblemente fueron fluctuaciones de corta duración y por eso los datos de febrero serán importantes para avisar si se trata de un patrón que podría prolongarse por más tiempo.
El “comercio justo” del que habla Trump no es necesariamente justo
Tras imponer aranceles a China y preparar impuestos a las importaciones de Canadá y México, Trump presentó lo que llamó “el gran día”. Dijo que su istración elaboraría nuevos aranceles en las próximas semanas y meses para igualar lo que otros países cobran.
Otras naciones consideran injusto el enfoque de Trump. Desde el punto de vista de esos países, el mandatario estadounidense incluye elementos distintos a los aranceles, como impuestos al valor agregado, que son similares a los impuestos sobre las ventas. Eso significa que las tasas podrían ser mucho más altas que un arancel estándar en Europa.
Además, Trump planea imponer aranceles adicionales a los automóviles, chips de computadora y productos farmacéuticos, además de las tarifas de 25% sobre el acero y el aluminio que anunció el lunes.
No está claro si estas sanciones comerciales son herramientas de negociación o formas de aumentar los ingresos. Hasta ahora, Trump ha sugerido que son ambas cosas.
El Congreso presenta hasta ahora poca resistencia
El Congreso parece desconcertado por la embestida, ya que su poder institucional como la primera rama del gobierno según la Constitución, con su autoridad inigualable sobre el gasto federal, está siendo erosionado en tiempo real. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dijo que el sumamente cuestionado trabajo del equipo de Musk le parece “muy emocionante”. Afirmó que Trump “emprende acciones ejecutivas legítimas”.
Pero incluso entre los republicanos del Congreso surgieron pequeñas señales de protesta: se han escrito cartas y se han hecho llamadas telefónicas para proteger los intereses y al electorado de los estados mientras se desmantela la financiación de programas, servicios y contratos gubernamentales.
El representante Carlos Gimenez instó al Departamento de Seguridad Nacional a no realizar deportaciones masivas de migrantes venezolanos que huyeron de su país y ahora llaman hogar al área de Miami. “No soy impotente. Soy miembro del Congreso”, dijo.
Legisladores demócratas se han unido a los manifestantes afuera de las oficinas federales que han sido cerradas, argumentando que Trump y Musk han ido demasiado lejos, y sugirieron promulgar leyes para proteger distintos programas.
Trump busca un nuevo orden mundial
Con su llamada telefónica al presidente ruso Vladimir Putin la semana pasada, Trump espera haber puesto en marcha el principio del fin de la guerra del Kremlin en Ucrania. Ambos líderes acordaron que sus equipos “comenzarían las negociaciones de inmediato”. Después de colgar con Putin, Trump llamó al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, para analizar cómo llevar a ambas partes a la mesa de negociaciones.
La llamada a Putin es un avance monumental en una guerra que ha provocado cientos de miles de muertos y heridos graves. Pero el camino sigue siendo complicado.
Zelensky dijo que no se reunirá con Putin hasta que Trump elabore un plan de paz. El republicano recibió un contragolpe cuando los líderes europeos lo criticaron duramente a él y al secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, por insinuar que la incorporación de Ucrania a la OTAN no estaba en los planes.
La Casa Blanca enfrenta otro dilema, pues Zelensky desea que Estados Unidos y otros países proporcionen garantías de seguridad para Ucrania, y el mandatario ucraniano insiste en que él y Trump deben llegar a un acuerdo sobre los perfiles de cualquier acuerdo de paz.
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