Cómo Biden usa la Seguridad Social contra los republicanos con miras a la reelección en 2024
Dos días después del discurso del Estado de la Unión en el que se enfrascó con los republicanos en un inusual intercambio tras acusarlos de querer eliminar los programas de seguridad social, el presidente Joe Biden visitó Florida para presentar ese mismo argumento en el estado con la mayor población de retirados que se benefician de esos planes.
Florida es también el lugar de donde es originario el senador republicano Rick Scott, quien propone un plan para que los programas federales “caduquen” y se renegocien cada cinco años, de donde la Casa Blanca saca la idea de que se busca “acabar” con ellos, algo que Scott niega que sea la intención.
Además, es el estado que gobierna Ron De Santis, potencial candidato republicano a la nominación presidencial para 2024 y uno de los más duros combatientes en la llamada guerra cultural que enfrenta a conservadores y republicanos.
Por último, es el estado de residencia de Donald Trump, el derrotado expresidente que hasta ahora es el único candidato formalmente en la competencia por la nominación para la candidatura presidencial y, por tanto, rival de Biden si este aspirara a la reelección (cosa que se espera que anuncie en las próximas semanas).
Por eso, la visita de Biden a Florida puede ser vista dentro de la estrategia electoral: probar en el estado todavía péndulo, pero de fuerte tendencia republicana en los últimos años, que es considerado como el epicentro del actual GOP la tesis de la defensa de la seguridad social, que será uno de los caballos de la batalla electoral que viene.
Cómo la seguridad social puede dividir a los republicanos
“La sola idea de que el senador de Florida (Scott) quiera poner la Seguridad Social y Medicare en la tabla de cortar cada cinco años la encuentro de alguna manera indignante”, dijo Biden en su visita a Tampa el jueves, mientras mostraba un panfleto del plan de Scott.
Biden aseguró que “eso no va a pasar. Yo lo voy a vetar. Yo defenderé la Seguridad Social y Medicare”.
Parece una promesa efectiva para un estado que tienen la mayor cantidad de beneficiarios de esos programas. Según la oficina del Censo, un tercio de los adultos de Florida son mayores de 62 años.
La estrategia tiene el potencial de generar un cisma entre muchos residentes de Florida (y por extensión del resto del país) que, aunque siendo de tendencia conservadora, prefieran defender programas que garantizan sus ingresos y cuidados de salud.
Mientras la Casa Blanca lo selecciona como el objetivo de su ofensiva retórica, Scott se defiende asegurando los demócratas mienten y que él no propone recortar programas sociales.
"Plan de Scott, no plan republicano"
Las ideas de Scott no han sido incorporadas a la plataforma republicana, como se ha apresurado a aclarar el líder de la minoría en el Senado Mitch McConnell, quien este jueves en una entrevista radial ratificó que “eso no es un plan republicano, ese es el plan de Rick Scott”.
Incluso, el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ha dicho que los planes sociales no formarán parte del debate sobre el aumento del techo de la deuda o las negociaciones para el presupuesto hacia finales de año.
Pero esas aclaratorias son obviadas por la Casa Blanca. De hecho, en el discurso del Estado de la Unión, el presidente Biden dijo que no eran todos los republicanos los que respaldaban el proyecto, aunque sí había algunos que lo hacían. Biden no nombró en ese momento a Scott por “cortesía”.
La referencia al plan de Scott generó el mayor abucheo de la noche por parte de los republicanos que consideraban que el presidente mentía sobre los planes de la bancada, en un discurso que estuvo plagada de interrupciones.
Y fue muy notable que el presidente aprovechara ese momento para cambiar la dinámica y comprometer a los republicanos a defender los programas sociales con un “Pongámonos de pie por los jubilados” que hizo que casi todo el pleno del Congreso se parara a aplaudir.
Más allá del plan de Scott, los demócratas explotan el rechazo que tradicionalmente han mostrado los conservadores a los programas sociales, los que consideran costosos y deformadores del "espítiru trabajador" de los ciudadanos estadounidenses.
El Comité de Estudios Republicanos, un grupo que asesora en el diseño de políticas públicas a la bancada en el Cámara de Representantes, propone sobir la elegibilidad de los ciudadanos a Medicare de 65 a 67 años o cortar la extensión de beneficios que se dan a esposas o hijos, así como subir la edad de retiro a los 69 años.
La Seguridad Social tiene un problema en puertas
La distancia a la que el liderazgo republicano se mantiene de las ideas de Scott muestra que el tema es potencialmente dañino en unas elecciones, como lo fue en su momento el empeño de los conservadores en desmontar Obamacare.
Se estima que a partir de 2035 el fundo de pensiones de la Seguridad Social empiece a tener problemas para pagar a los beneficiarios, lo que lleva a muchos a destacar que hay que reformar el sistema para evitar su bancarrota.
Como en todos los países donde funciona un sistema de beneficencia, la extensión de la expectativa de vida, que reduce la relación entre pensionados y trabajadores activos que aportan al fondo de solidaridad, reduce los ingresos de esos programas y compromete futuros desembolsos.
Mientras se pone a prueba cómo funcionará esa estrategia de Biden de presentar al GOP como extremistas que favorecen los recortes de impuestos a ricos y corporaciones mientras quieren reducir beneficios a los trabajadores, es posible que sea un problema para Scott.
El mismo McConnell lo reconoció en su entrevista de radio cuando afirmó que “es simplemente una mala idea” y que Scott “va a tener que lidiar con su propia reelección en Florida, el estado con mas personas mayores de cualquier estado del país”.