Asesinato de Khashoggi: senador republicano dice que el príncipe saudita sería condenado por un jurado "en 30 minutos"
Senadores que escucharon este martes un informe de la directora de la CIA sobre las circunstancias del asesinato del periodista de The Washington Post Jamal Khashoggi acusaron al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, de ser el responsable de su muerte.
El senador republicano por Tennessee Bob Corker fue el más contundente en sus apreciaciones tras recibir el informe de Gina Haspel al afirmar que Bin Salman "ordenó, monitoreó el asesinato", ocurrido el pasado 2 de octubre en el consulado saudita en Estambul.
"Déjenme ponérselo de esta manera: él (el príncipe Bin Salman) frente a un jurado tendría un veredicto unánime en 30 minutos", dijo el senador a los reporteros mantiendo un semblante serio y circunspecto tras lo cual agregó: "Un veredicto de culpable".
Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la posición del senador, también republicano, Lindsey Graham, un conocido cercano al presidente Donald Trump quien fue muy duro con el líder saudita a pesar de que el presidente ha evitado culparlo: es "virtualmente imposible que una operación así fuese llevada a cabo sin el conocimiento del príncipe".
Tanto el secretario de Estado, Mike Pompeo, como el jefe del Pentágono, Jim Mattis, rechazaron ofrecer a los senadores sus propias conclusiones sobre el caso. "Hay que estar voluntariamente ciego para no llegar a la conclusión de que esto fue orquestado y organizado por personas bajo el mando de Mohammed bin Salman y que él... estuvo involucrado en la desaparición del señor Khashoggi", agregó el senador republicano por Carolina del Sur.
El informe de la directora de la CIA fue dado específicamente al líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell, al de la minoría demócrata, Chuck Schumer, y a senadores clave ligados a asuntos de seguridad nacional.
El senado votó la semana pasada a favor de adelantar una resolución que suspenda la ayuda estadounidense a Arabia Saudita en su conflicto con Yemen.
Khashoggi no fue visto nunca más desde que entró al consulado saudita a principios de octubre para adelantar diligencias legales con el fin de casarse con su novia turca. El gobierno saudita dijo que el periodista, muy crítico del príncipe, había salido por sus propios medios. Sin embargo, tras la aparición de pruebas de la inteligencia turca sustentadas en grabaciones, el reino árabe reconoció que en un interrogatorio se les fue la mano y murió.
El gobierno de Turquía asegura tener pruebas de que Khashoggi fue torturado, asesinado, descuartizado y luego disuelto en ácido, tanto así, que hasta el día de hoy se desconoce su paradero.
Varios países occidentales condenaron lo ocurrido, y en lo que ha sido la prueba más clara de tal malestar, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, mantuvo un duro intercambio de palabras con el príncipe saudita durante la reunión del G-20 en Buenos Aires.
Sin embargo, desde la Casa Blanca se ha intentado suavizar lo ocurrio a tal punto de que el presidente Trump asegura no tener la prueba clave sobre la relación de Bin Salman con el asesinato, pese a que toda la comunidad de inteligencia estadounidense no tiene dudas de que el asesinato fue ordenado por el príncipe heredero.