Viven en agua dulce y también salada. Existen manatíes que han desarrollado un complejo sistema de regulación interna en los riñones que les permite controlar los niveles de sal en el cuerpo. Eso significa que son capaces de vivir tanto en ambientes de agua dulce como de agua salada, aunque siempre necesitan del agua dulce para hidratarse. Especies como el Trichechus manatus y el T. senegalensis, manatíes del oeste de la India y África occidental son buenos ejemplos de esta habilidad. (La imagen no corresponde con estas especies). Crédito: Getty Images
Tienen un cerebro pequeño y liso. El cerebro de los manatíes carece de corrugaciones y es bastante liso. Además, de todos los mamíferos conocidos, el manatí tiene el cerebro más pequeño en relación con su tamaño corporal. Se estima que saben distinguir colores y son muy sensibles al tacto.
Crédito: Getty Images
Crédito: Getty Images
Comparten pariente cercano con los elefantes. Los elefantes y los manatíes podrían haber evolucionado a partir de un ancestro común acuático, un animal del tamaño de un tapir que se alimentó de plantas en los ríos y vivió hace unos 60 millones de años, reveló el análisis químico de diversas dentaduras fosilizadas realizado por expertos de la Universidad de Oxford y de la Universidad Stony Brook de Nueva York, Estados Unidos. Según los científicos, eso podría significar que, en algún momento de su evolución, los antiguos elefantes vivieron casi exclusivamente en el agua o eran anfibios.
Crédito: Getty Images
Crédito: Getty Images
Pasan masticando casi todo el día. Aunque un manatí puede pesar hasta 1,000 libras (unos 450 kg), son animales que se alimentan exclusivamente de algas y otras hierbas de mar. Pasan más de la mitad del día masticando, pues necesitan hasta 110 libras de alimento (50 kg) cada día, aproximadamente un 10% de su peso corporal.
Crédito: Getty Images
Crédito: Getty Images
Son lentos y necesitan ayuda. Son animales muy grandes y pesados que se mueven lentamente. Miden más de 12 pies de largo (3.6 metros) y pueden llegar a pesar hasta 1,700 libras (77 kg). Por eso, a ellos les resulta difícil reaccionar ante el paso de un bote o embarcación y resultan frecuentemente embestidos o muertos.
Crédito: Getty Images
Crédito: Getty Images
Muertes por alta velocidad. Las altas velocidades a las que transitan cada día decenas de botes turísticos por los canales constituyen la peor amenaza para estos animales. Los científicos indican que una de las mejores medidas que se pueden tomar para protegerlos es restringir las embarcaciones que transiten en sus hábitats de 15 a 30 millas por hora (de 25 a 50 km por hora).
Crédito: Getty Images
Crédito: Getty Images
Fueron confundidos con sirenas. Se dice que Cristóbal Colón al viajar hacia América en los recorridos para conquistar nuevos territorios aseguraba que había sido testigos de sirenas en altamar. Los historiadores que han analizados bitácoras como estas las han relacionado con datos geográficos y las poblaciones de manatíes y aseguran que en realidad se trabaja de estos animales.
Crédito: iStock
Crédito: iStock