Guaidó en las redes y la guerra comunicacional del chavismo

A principios de 2019 casi nadie conocía a Juan Guaidó. Si observamos la curva de Google Trends sobre intensidad de búsqueda del nombre “Juan Guaidó” entre diciembre 1 de 2019 y el 12 de marzo de 2019, lo primero que notamos es que del 1 de enero hacia atrás el porcentaje es cero.
En el gráfico se observa que justo a principios de enero el porcentaje de búsquedas de “Juan Guaidó” toma vida. Llega a su cénit entre 23 y 24 de enero, luego de juramentarse. Ese pico es cuatro veces más alto que el segundo más conversado: el apoyo del Parlamento Europeo (y con éste el de 55 países europeos). Después tiene un ritmo que ronda el 25% con dos lomas hasta el 12 de marzo.
Ya eso es un dato que muestra lo volátil e impredecible de Venezuela como tópico noticioso. Del virtual anonimato internacional, este joven líder de 35 años pasa a ser referencia mundial en poco menos de un mes. Por ejemplo, a principios de enero Guaidó tenía unas pocas decenas de miles de seguidores de Twitter, a la fecha llega a más de 1,7 millones.
Internet: geopolítica en la palma de la mano
En Venezuela los medios independientes han sido cerrados, o comprados por afines al régimen. La llamada “gran prensa” se ha encogido y si hablamos de la opositora o los no afines al régimen, el resultado puede contarse con los dedos.
Columbia Journalism Review da su visión internacional: "Gran parte de la prensa independiente de Venezuela simplemente ha desaparecido. Según el Colegio Nacional de Periodistas, el régimen cerró 40 estaciones de radio en 2017, mientras que una recesión paralizante ha obligado a otros a salir de circulación. El verano pasado Reuters informó que, desde 2013, tres cuartas partes de los periódicos del país se habían cerrado".
Las televisoras y cadenas radiales han sido cerradas, compradas o amansadas con amenazas permanentes.
Menos mal que los medios en línea han sobrevivido y algunos prosperado: los fundacionales como El Nacional, Runrunes o La Patilla o una legión de nuevos medios digitales ágiles, nacidos en línea, como EfectoCocuyo, Armando.info, VPItv et al, que han llenado el vacío y aprendido a lidiar con una dictadura ya sin cortapisas.
La “lucha” informacional también ha caído sobre los ciudadanos, que en el caso opositor son más independientes y con más recursos humanos preparados aunque dispersos, cada quien un “ejército-de-uno”.
Hay más iniciativas en la oposición (grupos, hashtags, campañas descentralizadas, grupos de mensajería) y llenas de vida propia. A eso se suman millones de venezolanos en el mundo, opositores en mayoría abrumadora.
La “guerrilla comunicacional” chavista está dirigida por laboratorios. Reporta Digital Forensic Research Lab, a principios de febrero:
“A lo largo de los años, el gobierno venezolano de Nicolás Maduro se ha beneficiado de una actividad coordinada y ha presionado activamente a sus partidarios para que participen en las redes sociales. (…) Según Hootsuite, 44% de la población es usuaria activa de redes sociales, lo que hace que las actividades inauténticas y las operaciones de influencia sean particularmente grandes”.
La última modalidad: el activista ultra radical, usualmente la caricatura de un derechista, que solo ve soluciones finales violentas y sospechosamente apunta sus misiles casi exclusivamente a dirigentes opositores “traidores”.
Otra actividad: la falsa amplificación, es decir, la “viralidad” artificial producida por muchas cuentas robots y de operadores que rebotan artículos, memes, fotos, videos y otros paquetes de propaganda y desinformación.
Pero lo que no se cubre por redes sociales públicas se completa con Whatsapp, usado por 70% de los s de internet en Venezuela. Es esta red cerrada de mensajería la principal fuente de bulos, rumores y todo tipo de información no confirmada y a la postre falsa. En este territorio, la oposición tiene por mucho la actividad más intensa.
Maquinaria versus ciudadanos, pues. Y en el medio todo tipo de espacio digital informativo, desde aficionados hasta grandes organizaciones periodísticas.
Episodios en los dos meses y medios de Guaidó
A manera de píldoras trataré de sintetizar las 12 primeras semanas de Juan Guaidó, vistas desde la guerra en Internet que el régimen de Maduro ha invocado contra la prensa libre, la comunicación ciudadana, y todo lo que ejerza o parezca oposición. Tomo como fuente principal lo analizado en VerifiKado, el website de factchecking del cual soy Editor.
• Enero: Hacia el 17, una “batalla de ediciones en Wikipedia” en las entradas “Nicolás Maduro” y “Juan Guaidó” llevó al régimen a bloquear el global y reconocidamente neutral sitio por algunas horas. Después lo restituyó, acaso al comprender que en los espacios del mundo libre no cabe la censura. Querían evitar que se dijera que Guaidó tenía legitimidad como presidente interino.
Hacia el 25 cientos de rumores recorrieron las autopistas de mensajería: huida de Guaidó a Colombia, pronunciamientos de generales, enfrentamientos en decenas de estados, audios alertando, videos apócrifos o descontextualizados.
Comprobamos que, en efecto, la confrontación digital en Venezuela es una de laboratorios contra ciudadanos empoderados. Algo así como una gigantesca manada de chacales contra cientos de lobos solitarios.
• Febrero: El 12, mientras Juan Guaidó daba su discurso en Caracas ante una multitud, Cantv (la empresa de telecomunicaciones estatal) bloqueaba YouTube para que no pudiese verse y escucharse en vivo. También estuvieron fuera de línea, durante doce de los trece minutos que duró el discurso, Facebook, Twitter e Instagram.
El propio Estado venezolano atacó la página VoluntariosxVe para instalar un sistema de “phishing”. De esa forma robó cientos de direcciones de voluntarios de la campaña de Guaidó para ayudar con la ayuda humanitaria que se gestionaba.
NetBlocks confirmó el 27 un bloqueo de Youtube, Bing y Google durante la sesión de la Asamblea Nacional.
Ese mismo día El País de España publicó una poderosa investigación que desenmascaraba la costosa maquinaria chavista de falsa amplificación que mencionamos antes:
“Twitter ha revelado por primera vez una base de datos con 1.196 cuentas suspendidas en Venezuela que 'parecen involucradas en una campaña de influencia impulsada por el Estado', según la red social.
“El análisis de la actividad y contenido de casi nueve millones de tuits permite observar cómo el Gobierno usa cuentas falsas para amplificar su propaganda. Su objetivo es hacer ver que tiene más apoyo popular del que tiene en realidad. Twitter solo ha atribuido y revelado los datos de este tipo de campañas en cuatro países: Rusia, Irán, Bangladés y Venezuela.”
nes o mentiras que dijo. Una muestra de porqué el chavismo es uno de los exponentes más agresivos de la posverdad.
Sobre la ayuda humanitaria.Los laboratorios de Maduro no descansaron para cambiar la narrativa de bloqueo de la ayuda humanitaria, ejercida por los chavistas el 23 de febrero, en los puentes que conectan a Colombia y Venezuela por Cúcuta.
El chavismo intentó hacer viral la supuesta foto de un joven opositor que quemaba las cajas de ayuda humanitaria en un camión. Para eso se usó el circuito de medios cubano-chavistas, sobre todo Telesur. Una mirada más profunda del caso reveló que el joven, en vez de quemar la ayuda, trataba de salvarla echándole agua. Eso lo atestiguó la propia autora de la foto, a la cual los medios aliados al chavismo ocultaron.
El New York Times revivió el tema, no desmintiendo lo anterior, sino afirmando “que existe un video que contradice la versión, esgrimida por funcionarios del gobierno de Estados Unidos, de que el régimen de Nicolás Maduro fue el causante de que se quemara la ayuda humanitaria que se pretendía ingresar a territorio venezolano desde Colombia.”
En Verifikado analizamos los argumentos del periodista y encontramos inconsistencias que, a nuestro juicio, no daban al argumento una sólida conclusión. Ciertamente, como afirma el artículo, la bomba
Otros casos incluyeron el breve secuestro de Jorge Ramos de Univision y su equipo. El chavismo clamó que el video mostrado a Maduro, de un hombre comiendo de la basura, era fabricado. Ese argumento absurdo se desmotó.
Ocurrió un nuevo bloqueo, en este caso de Twitter por 40 minutos el 27 de febrero. NetBlocks reportó que “por primera vez durante la crisis, Twitter ha sido bloqueada en Venezuela.”
También en febrero un reporte exclusivo develó que el Petro, la criptomoneda chavista, “muestra serios indicios de blanqueo de capitales y otras irregularidades.” Por ejemplo, cuando se lanzó esta criptomoneda hace un año, Maduro anunció que en 20 horas había recaudado 735 millones de dólares. Posteriormente dijo que lo recaudado superaba los mil millones y, al final, un total de 3,338 millones de dólares durante toda la oferta inicial.
“Sin embargo, durante el desarrollo de la auditoría técnica a esta criptomoneda, realizada en febrero y mayo (de 2018), se evidencia que ninguno de los anuncios de recaudación quedó registrado en la cadena de bloques (Blockchain). (…) La casa de bolsa enumeró al menos ocho indicios de lavado de dinero.”
El colapso eléctrico. El 7 de marzo hubo un apagón que cubrió inicialmente 90% del territorio nacional.La falla es producto de años de desinversión, corrupción y éxodo de personal calificado, especialmente en la gran represa de Guri, principal fuente de energía del país. La máquina propagandística del chavismo se activó mucho antes y con más brío que los esfuerzos de restituir el servicio, que en algunas zonas tardó más de una semana.
Algunas de los alegatos del chavismo, dichos incluso por el mismo Maduro o sus más importantes ministros.
• Fue un sabotaje cibernético dirigido desde ¿dónde más? Estados Unidos, con pleno involucramiento de Donald Trump, Marco Rubio et al. Expertos aseguraron que el sistema de Guri se creó antes de que existiera Internet, por lo que no depende de dicho tipo de conexiones para funcionar.
• Esto es de colección: “La funcionaria chavista María Alejandra Díaz dijo en una declaración que Estados Unidos se inspiró en un virus como el usado en la película ‘Duro de Matar 4’ para generar el fallo eléctrico en todo el país.” Añadió que “a través de un camión en movimiento hackearon todo el sistema eléctrico, toda la telefonía, tomaron el control de los semáforos a través de un virus”. El chiste se cuenta solo.
• El régimen insistió con teorías conspiratorias que no impresionan por lo descabellado, sino porque sus seguidores las creen.
Juan Guaidó tomó la iniciativa durante y después del apagón y lo usó como bandera para demostrar la gigantesca corrupción e ineficiencia del chavismo.
Epílogo
Si quien lee este reporte vive fuera de Venezuela, le parecerán estos ejemplos (sacados a dedo de muchos más) suficientes para enloquecer a una población durante largos años. Por eso se dice que por cada cosa fuera de lo común que ocurre en un país cualquiera, en Venezuela ocurren 20. Es una cascada permanente de sucesos asombrosos pero no necesariamente bienvenidos: colapsos de sistemas públicos, escasez generalizada, inseguridad de tope mundial, inflación superior al millón por ciento. Cosas que pondrían a temblar a un país en un año, en Venezuela ocurren en apenas 60 días.
Lo bueno es que ocurrió al menos algo auspicioso y esperanzador: Juan Guaidó y su gobierno interino, que cambió en apenas dos meses y medios las perspectivas políticas en Venezuela.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.