Una tragedia más: el debate de siempre, y ¿qué nos ocurre como sociedad?

Un evento con una gran pérdida de vidas humanas siempre es una tragedia. Nos llena de impotencia, recuerdos inquietantes y profunda tristeza. Es aún más terrible cuando dicha tragedia parece suceder con frecuencia y es consecuencia de una combinación muy macabra de elementos.
El pasado lunes 10 de abril, un hombre de 23 años de edad ingresó a su antiguo sitio de trabajo, un banco, para dispararle mortalmente a cinco personas y herir a otras ocho en Louisville, Kentucky.
Esta tragedia que generó gran atención mediática se suma a la acontecida del lunes 27 de marzo, cuando una joven de 28 años de edad quién se identificaba como hombre transgénero, ingresó con dos AR-15 y un revólver a The Covenant School, una escuela privada cristiana, para dispararle fatalmente a seis víctimas, entre los que estaban tres niños de tan solo nueve años de edad y tres adultos.
El debate de siempre
El debate político, como es común después de esta clase de sucesos, no ha estado ausente en estas últimas semanas, y es entendible. Pocas horas después de producirse el tiroteo de Nashville, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, preguntó públicamente: "¿Cuántos niños más tienen que ser asesinados para que los republicanos del Congreso den un paso al frente y actúen para aprobar la prohibición de las armas de asalto?"
Comprendo a la perfección como la frustración que nos agobia después de esta clase de sucesos nos lleva directamente a querer una solución agresiva e inmediata. Hablamos de vidas humanas y en muchas ocasiones las víctimas son niños.
Sin embargo, el problema es mucho más profundo. Prohibir la venta y posesión de armas de asalto específicamente, temo que haría muy poco para protegernos. Vamos con algunos datos que son importantes, dado que al final el propósito es salvar vidas.
Los homicidios con cualquier tipo de rifle representan el 3.2% de todos los homicidios de media en la última década.
El tipo de arma utilizada en la mayoría de los homicidios en Estados Unidos no es el AR-15. Los revólveres se utilizaron en el 62% de los asesinatos con armas de fuego del país.
Si observamos los datos proporcionados por el FBI, encontramos que todos los rifles, no solo los rifles de estilo asalto, constituyen una media de 340 homicidios al año entre 2007 y 2017, y aunque evidentemente muchos pudiesen argumentar que un homicidio ya sería demasiado, y los entendería por decir eso, hay que recordar que entre 2007 y 2017, casi 1,700 personas fueron asesinadas con un cuchillo u objeto punzante al año. Eso es casi cuatro veces el número de personas asesinadas por un agresor con cualquier tipo de rifle.
Mi intención, de ninguna forma, es la de subestimar el poder de un arma, sobre todo el de un rifle, sino la de proveer información factual para discutir y analizar si verdaderamente la prohibición de rifles de asalto es la salvación a nuestros problemas.
Imaginemos por un momento que los rifles de asalto están prohibidos. Imaginemos también que una bestia criminal como la del pasado lunes decide seguir la ley y no compra rifles de asalto en el mercado negro. Por lo tanto, ingresa a la escuela únicamente con el revólver. ¿Qué ocurriría?
La verdad, hemos visto gran cantidad de tiroteos masivos con revólveres, como el de Columbine en 1999, donde murieron 13 víctimas.
Seamos incluso un poco más radicales. Prohibamos todo tipo de arma de fuego, y asumamos que todas las personas, incluso los criminales, siguen la ley.
¿Se evitarían estos crímenes de odio? No necesariamente. El tiroteo de Columbine también nos mostró que la maldad de los jóvenes los llevó al extremo de construir bombas caseras con la intención de detonarlas en la escuela.
Lo que resulta importante mencionar es que, de acuerdo a ciertas declaraciones, se cree que el tirador de Nashville evitó atacar otra locación precisamente por tener seguridad.
Protegemos a nuestro presidente, congresistas, gobernadores, eventos deportivos, bancos, cortes, edificios públicos con armas. Pero no a muchas escuelas. Debemos hacerlo.
No hablo de armar profesores, sino de un equipo de seguridad capacitado. Las escuelas que lo han implementado son con diferencia, las más seguras. Es inisible que en estos momentos muchas escuelas no tengan guardias de seguridad armados.
¿Funciona el ideal progresista?
Tenemos ejemplos empíricos de estados con políticas agresivas de restricción de armas en Estados Unidos de América. Uno de ellos es Illinois, un estado abrumadoramente demócrata.
Dicho estado tiene un altísimo número de tiroteos masivos per cápita. De hecho, el tercero más alto en la nación. Nueva York, otro estado muy estricto en cuanto a posesión de armas se refiere, ha registrado un aumento de la violencia armada del 166% durante el Covid, a pesar de que durante los últimos tres años las regulaciones de armas no han sido flexibilizadas sino reforzadas.
Joe Biden será recordado como un presidente que a través de órdenes ejecutivas o legislación bipartidista logró más regulaciones. Aunque a muchos no les parezca suficiente, el tiempo juzgará su éxito.
Tenemos 300 leyes federales de armas y 20,000 a nivel estatal y local. Llevamos aprobando leyes de armas desde los años 30 del siglo XX. ¿El problema? Muchas veces las leyes ya establecidas no se cumplen.
¿Qué nos está pasando?
Hay un espectro político que busca ignorar un debate necesario por completo. ¿Qué nos está pasando? Como sociedad, ¿qué ocurre? No hay respuesta fácil, es evidente. Pero sí una discusión obligatoria.
La segunda enmienda, el derecho de tener y portar armas, existe desde 1791. Desde entonces mucho ha cambiado, empezando por nosotros, y terminando por la capacidad o velocidad de las armas. Sin embargo, el incremento abismal de estas tragedias se observa principalmente a partir de 1999.
¿Por qué esta cultura está produciendo sociópatas homicidas? ¿Qué llevó a unjoven a atacar a sus excompañeros de trabajo en un banco o a una persona transgénero una escuela cristiana? ¿Por qué estos sucesos se han incrementado drásticamente en los últimos años? ¿Por qué la generación Z y los millennials son los más deprimidos? ¿Por qué en los últimos cinco años las personas transgénero, que representan menos del 0.5% de la población estadounidense, han realizado cuatro tiroteos masivos?
Pueden prohibir los rifles de asalto, regular el a las armas y olvidar por completo la segunda enmienda. Pueden intentar eliminar un derecho constitucional. Pero hay un problema real, y muy peligroso, que muchos están ignorando.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.